Con el advenimiento de la tecnología, el fútbol está sufriendo cambios a una escala enorme que impactan a todos los protagonistas y a la mayoría de los aspectos del juego.
Principalmente desde la aplicación del VAR (videoarbitraje o Video Assistant Referee) vemos situaciones que antes eran inimaginables, como que un estadio entero festeje un gol y que dos minutos después (en el mejor de los escenarios) sea anulado, que un jugador haga tiempo tirado en césped para “darle tiempo al VAR” de revisar cualquier jugada dudosa, que el juez de línea levante la bandera por un offside que fue quizás 20 segundos antes, o -también- que los entrenadores y miembros de un cuerpo técnico vean las incidencias en tiempo real y le reclamen al árbitro que intervenga el VAR. Porque hoy en día todos tienen acceso a una repetición casi instantánea de una jugada, salvo los propios futbolistas adentro de la cancha.
En todas las ligas del mundo, pero también en el Campeonato Uruguayo, ver como los directores técnicos o asistentes de algún equipo miran una incidencia en una tablet —otro fruto de la aplicación de la tecnología en el fútbol, herramienta de los videoanalistas de cada cuerpo técnico— y le reclaman a los árbitros una jugada polémica, ya es moneda corriente.
Ahora bien, la pregunta es: ¿está permitido? O mejor: ¿se puede regular/impedir de alguna manera?
A estas conslutas respondió a Ovación el secretario del gremio de los árbitros (Audaf), Héctor Bergaló: “Idealmente, las tablets o computadoras se deberían utilizar para fines tácticos o estratégicos, eso es lo que menciona el reglamento. O también para el monitoreo de los dispositivos GPS. Se han vuelto una herramienta más dentro de los cuerpos técnicos. La realidad es que también te dan la posibilidad de ver las repeticiones de la jugada en vivo, pero hasta ahí nosotros (los árbitros) no tenemos mucha posibilidad de interceder. Porque yo no le puedo pedir al cuarto árbitro o al asistente que vigile qué mira cada persona que está en el banco”.
¿En qué punto eso se convierte en un problema? Cuando un entrenador reclama una decisión arbitral basado en algo que vio y pone su convicción como argumento para cuestionarla, y eso desemboca en una protesta generalizada de todo un banco de suplentes, hinchas y los futbolistas que están jugando, en contra de los árbitros del partido.
“Eso no lo podemos permitir y es causal de expulsión. Si hay una protesta como consecuencia del uso indebido de ese aparato, es causal de expulsión sea asistente, jugador suplente o entrenador. Porque ellos pueden tener su interpretación y se genera un malestar general contra nosotros (los jueces)”, explicó Bergaló.
Tal como lo explicó, también lo marca el manual de Reglas de Juego de la IFAB (International Football Association Board) en su Regla 4.4 sobre dispositivos electrónicos: “Serán expulsados aquellos miembros del cuerpo técnico que usen equipos no autorizados o que se comporten de manera inapropiada como producto del uso de equipos electrónicos o de comunicación”.
En conclusión, los árbitros no pueden vigilar qué se mira en las tablets y demás dispositivos, ni pretenden sancionar por utilizarlos para mirar repeticiones de jugadas en vivo. Pero sí tienen la potestad de expulsar a cualquiera que genere una protesta colectiva por haber visto una incidencia.