Todavía no había comenzado el clásico en el Campeón del Siglo pero Mathías De Armas ya había intervenido en un caliente cruce entre dos jugadores. Washington Aguerre, arquero de Peñarol, le negó el saludo a Ruben Bentancourt, delantero de Nacional con pasado en el equipo aurinegro y cuando los futbolistas rompieron filas, siguieron gritándose y haciendo señas. El árbitro los llamó a los dos para advertirlos, tratar de calmar las aguas y dar un mensaje de que estaría en cada detalle del partido, que culminó igualado sin goles.
Fue el segundo clásico consecutivo para De Armas que ya había dirigido el último oficial de la temporada pasada en el que empataron 2-2 en el Gran Parque Central. Pasaron más de 20 años hasta que un árbitro volvió a dirigir dos partidos oficiales entre Nacional y Peñarol de forma consecutiva.
No es casualidad. A sus 30 años es un buen árbitro con mucho potencial, estuvo cerca de las jugadas y demostró que su intención era no dejar nada librado al azar y regular los ánimos de los futbolistas en un partido especial en el que el factor psicológico influye.
De Armas paró el partido en tres ocasiones porque cayeron algunos proyectiles desde la tribuna. A los 60, cinco minutos después para que ingresara la Republicana y a los 87 cuando le lanzaron una petaca al arquero de Nacional Luis Mejía. Por suerte, cayó lejos.
El árbitro siempre se mantuvo tranquilo, incluso tuvo otro gesto para destacar. En el primer córner del partido advirtió a Guzmán Rodríguez y a Mateo Antoni e hizo lo mismo en el primer tiro de esquina del equipo local con Damián García y Diego Polenta. El arbitraje fue bueno pero le faltó la ayuda del VAR para mejorar.
Cuando corrían 22 minutos, Mauricio Pereyra desvió con mucha clase y de primera un pase de Antoni y habilitó a Gonzalo Carneiro que pudo meterse en el área de Peñarol. Camilo Mayada fue a su marca pero el corpulento delantero tricolor puso su físico por delante y, en el afán por anticiparse, el lateral del Carbonero lo tocó en dos ocasiones. La primera cuando Mayada quiso tomar contacto con la pelota y la segunda es muy evidente cuando Carneiro ya se estaba cayendo. Contacto, roce o toque, siempre hay que interpretar si eso pudo ocasionar que en este caso el delantero de Nacional se desplomara en el área.
De Armas estaba bien ubicado, desestimó, incluso esperó un tiempo prudente, pero no fue llamado por Antonio García y Jonhatan Fuentes, sus compañeros en el VAR. Esto llamó la atención porque, más allá de lo que pudieron haber interpretado, hubo contacto y era una jugada para que el referee pudiera revisar y además generar cierta transparencia entre los protagonistas y también para los espectadores.
El arbitraje fue muy bueno, la interpretación puede ser una cosa u otra pero esa jugada era revisable
“Felicito la actuación del árbitro, por algo es catalogado como de los mejores, pero para mí es penal no cobrado”, declaró Álvaro Recoba, entrenador de Nacional. “No me quedo con eso, son decisiones que se toman. El arbitraje fue muy bueno, la interpretación puede ser una cosa u otra pero esa jugada era revisable”, enfatizó el Chino tras el empate sin goles en el Campeón del Siglo que mantiene a Peñarol líder con seis puntos de ventaja.
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