Elías De León, el cazagoles de Minas: su emotiva historia familiar y la noche en que se lució contra Nacional

Se fue con 14 años de su ciudad, tuvo un estreno mejor de lo que pensaba como titular y hoy combina el fútbol con los estudios en la rutina.

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Elías De León
Elías De León, autor de un doblete ante Nacional.
Foto: Estefanía Leal.

Se despertó, relojeó el celular y lo tenía explotado. Mensajes de números desconocidos, llamadas perdidas y un sinfín de solicitudes en Instagram que bregaban por su aprobación aún cuando la noche anterior apenas le había dado para pegar un ojo.

Elías De León vivió una jornada soñada el lunes en el Gran Parque Central y al día siguiente siguió soñando, pero despierto. Fue el héroe sin capa de un Deportivo Maldonado que, pese a la noche nublada y lluviosa, encontró luz en un chico que hace apenas un mes cumplió los 18 años. Luego, tuvo que jugar un partido aparte con todas las repercusiones, que lo llevaron a conceder esta nota a última hora después de haber vuelto de una clase de Economía en el liceo.

Oriundo de Minas, y con una tonada que todavía delata sus raíces, se formó en Lavalleja Fútbol Club, pero hizo potrero en una casa rodeada de verde -mucho verde- a pocos pasos del Parque de Vacaciones, ubicado a las afueras de la ciudad. También jugó en Libertad y en River en el baby, aunque como mediocampista; lejos de la versión actual que conocieron todos. La de ese centrodelantero ágil, pícaro y con hambre de gloria.

Criado por sus padres junto a dos hermanas y un hermano mayor -que siempre fue un aficionado del deporte-, se educó en una familia religiosa que llevó la competición en las venas. Tanto así que con 14 años su talento, que ya rompía los ojos, fue motivo de su desarraigo a la ciudad. “Desde chico siempre llevé la fe conmigo para todos lados. En esto del fútbol me ayudó mucho en momentos difíciles”.

Las puertas de Deportivo Maldonado se le abrieron y él, sin dudarlo, se animó a tomar el desafío. Inconsciente, tal vez, de la dificultad que suponía, pero empeñado en seguir escalando hasta el sueño de ser jugador profesional, se metió en un mundo desconocido que en poco tiempo le dio frutos. Debut en Primera División con 17, primera titularidad con 18 y dos goles a falta de uno en su estreno contra Nacional.

Nacional vs. Deportivo Maldonado.
La celebración de los jugadores de Deportivo Maldonado al convertir ante Nacional.
Foto: Estefanía Leal.

Pese a su corta edad, que no se refleja en su estatura (1.88 metros), a De León no le tembló el pulso cuando en el entrenamiento del día previo el técnico Fabián Coito le dijo que sería titular. Más bien lo contrario: “Todo se dio mejor de lo que soñaba”.

Sus hermanos, sabiendo ese dato, se empaparon atrás del arco de la tribuna Scarone para acompañarlo durante el partido y vivieron el momento como lo que son: sus “fans número uno”.

Historia emotiva

Nacional ante Deportivo Maldonado.
Nacional ante Deportivo Maldonado.
Foto: Estefanía Leal.

Cuando De León estaba por cumplir 10 años, a su hermano varón le diagnosticaron cáncer. Al tiempo tuvo una recaída y ese hito le quedó grabado por el resto de su vida. “En ese momento la sufrí. Era todo una incertidumbre. Al ser chico no entendés tanto y eso, quieras o no, te termina jugando en contra. De un día para el otro podía no estar, pero gracias a Dios no pasó nada y pudo salir adelante. Él siempre que lo veías estaba lo más contento posible. Era increíble verlo como si nada pasara”.

Hoy, que pasaron años de ese tropezón, ambos disfrutan del buen momento familiar y aprovechan que el más pequeño se lució con dos goles, que, si bien en el estadio se sintieron poco, en el festejo dejaron marcado su grito directo hacia el cielo.

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