Redacción El País
"Un verdadero equipo". Así definió el entrenador Emiliano Alfaro a su Liverpool. Un Liverpool que, pese a haber sufrido más de 10 bajas en su plantel, se dio maña para eliminar a Nacional de la Copa AUF Uruguay y todavía parece tener siembra de la impronta que construyó Jorge Bava. Ahora, se enfrentará a Peñarol el próximo lunes por los cuartos de final del torneo.

"Esto es el comienzo", aseguró el técnico tras la victoria por 2-1 en Belvedere para luego comenzar a hablar de la confianza: "Estamos empezando a trabajar con estos jugadores, a agarrar confianza. Hoy demostraron que tampoco hace falta armar un equipo de muchos nombres, sino uno verdadero. Lo demostraron trabajando defensivamente, aplicándose a la táctica, que es muy importante y, sobre todo, cuando vamos al ataque, que somos determinantes".

Dejando al descubierto su sensación de felicidad, de inmediato, apenas terminó el partido, se fue corriendo hasta el alambrado con una sonrisa de oreja a oreja para recibir el saludo de su familia.

En sus declaraciones, además de emocionado, se mostró conforme con la respuesta de los jugadores a su planteo y dio detalles de cómo frenar a la dupla ofensiva que comparten Ruben Bentancourt y Gonzalo Carneiro en Nacional. "Los conocemos y son determinantes. Creo que los manejamos muy bien tratando de generar superioridad numérica con Lucas Lemos, que bajaba a generar justamente el 3 versus 2. A partir de ahí, empezamos a circular y a jugar, y con intensidad logramos sacar un buen resultado".

"Subestimar o pensar que sos mejor que otro es el peor error en el fútbol. A nosotros este tipo de partidos nos vienen bien, nos gustan, ponen a los jugadores en alerta. Prácticamente no hay ni que tocar el tema emocional porque ellos por sí solos quieren jugarlo", subrayó.

Foto: Juan Manuel Ramos.

Sin dejar a un lado la cuota de "suerte", Alfaro reconoció que el tricolor los apuró en varios tramos del partido, destacó a su entrenador y a sus incorporaciones. Pero también habló de Luciano Rodríguez, alguien que estuvo coqueteando con la posibilidad de salir al extranjero y se quedará por seis meses.

"A Luciano no queda otra más que agradecerle. Él se sumó y enseguida pidió para jugar. Se hablan muchas cosas, es muy difícil manejar eso: su cabeza, su familia. Ojalá las cosas se den para él de la mejor forma, nosotros vamos a ayudarlo en todo lo que se pueda. Realmente se merece un pasito más, pero hay que tener paciencia a veces y ojalá que eso se concrete. Cuando tenga que ser, nosotros vamos a tratar de ayudarlo en todo lo que se pueda", comentó.