Emiliano Velázquez: el modo "avión" en Nacional para 2024, los 384 días sin jugar y el "rezo" contra Suárez

"No vine a Nacional a recuperarme", asegura el zaguero, que confía en recuperar su mejor nivel mientras se entrena en vacaciones.

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Practica de Nacional
Emiliano Velázquez entrenando en la práctica de Nacional.
Foto: Francisco Flores.

Tres operaciones en un año. 384 días contados sin jugar un partido oficial. Dos cicatrices gigantes en el tobillo y dolores de todo tipo. La cama en planta baja por no poder subir las escaleras. Una voz interna que lo carcomía diciendo “no me recupero, no me recupero, no me recupero”. El nacimiento de su segunda hija en el medio. Aún así, Emiliano Velázquez resistió. Y ahora, que ya sorteó todo ese calvario, no tiene más remedio que sentar cabeza y pasar página.

Empezando por el corte de pelo -dejará atrás las chapas para volver a cortárselo corto, “bien guerrero”-, siguiendo por los entrenamientos personalizados y la pretemporada venidera, cumplió el primer objetivo que se había trazado cuando se fracturó el peroné: llegar a diciembre sin lesiones.

En estos días, está (pero no está) de vacaciones y trabaja para llegar con todo a la pretemporada del 5 de enero.

—Estoy de vacaciones porque se terminó el entrenamiento de Nacional y nos dieron libre, pero entreno todos los días lo que nos mandaron y más para poder llegar al 5 de enero como un avión. No voy a regalar ni un minuto; tengo que focalizarme en que 2024 tiene que ser el año. Para Nacional y para mí. Quiero ayudarlo a llegar lo más alto posible en lo que se proponga, empezar el 5 de enero con el profe -que nos dijo que nos iba a matar-, porque si sufrimos ahora, vamos a disfrutar el resto del año. Vamos a volar. Va a salir todo bien. Ojalá que dejemos a Nacional campeón que es lo más importante.

En pos de ese objetivo, abre su rutina todos los días a las siete de la mañana, con un trote intenso que se extiende por cinco kilómetros y al que le sigue una parada casi obligatoria en el gimnasio. Al pie de la letra, tal y como le indicaron desde Nacional, acompaña el ejercicio con buena alimentación y por momentos despierta las risas de su esposa: “Mi mujer a veces se ríe porque vamos a un restaurante y ella se pide un plato de pastas y yo una ensalada. Pero si es lo que me toca en el día, lo disfruto. Porque esa ensalada es la que, en el día de mañana, me va a dar un buen año en 2024”.

El llamado

Nacional vs. Deportivo Maldonado.
Emiliano Velázquez ante Deportivo Maldonado.
Foto: Estefanía Leal.

Velázquez desembarcó en Los Céspedes con una idea, a sabiendas de que sería considerado para el próximo año.

El día que lo llamó el gerente deportivo Sebastián Taramasco se lo dijo bien claro: “Mirá, queremos que vengas, más que nada para apuntar al 2024”.

Y él lo asumió, marcando algunas de sus matices: “Voy encantado, pero no me lo voy a tomar así. Quiero estar para el 2023 y la semana que viene, si me ponen, quiero jugar”.

Acuerdo de palabra mediante, firmó contrato aun cuando tenía otras ofertas sobre la mesa. Había interés de equipos de Colombia, Perú, Argentina, e incluso la Segunda División de España, y las propuestas económicas eran superiores, pero la principal motivación suya pasaba por el espectro deportivo.

—Si no me hubiese molestado el posterior (en octubre), hubiese podido ayudar más al equipo. No vine a Nacional a recuperarme; yo ya estaba bien. Armé un grupo de gente para prepararme y me pareció que Nacional me iba a poder dar el impulso que necesitaba en cuanto a cabeza, competencia y fútbol para poder demostrarme a mí y al resto que estoy bien.

Encontrar el norte no le fue sencillo. Durante mañanas y mañanas estuvo viéndole la cara al mismo fisioterapeuta para ejercitar su tobillo con prácticas básicas. Así hasta el mediodía, para después internarse en el gimnasio a hacer pesas y seguir en la noche con un masajista que lo ayudaba a descomprimir la fuerza.

—Sinceramente, no estaba contento. Tengo dos hijas (una de tres años y la otra de 10 meses) y mi mujer estaba embarazada cuando me lesioné. Me aferré a todo lo que podía ser el momento hermoso del segundo embarazo. Era lo único que me desconectaba de estar pensando en: “No me recupero, no me recupero, no me recupero”. Después, motivado, armamos un grupo con un nutricionista, dos fisioterapeutas y un masajista para ayudarme a que esté lo mejor posible. Y me pasó que cuando llegué a Nacional se sorprendieron de que estuviera tan bien después de haber estado tanto tiempo afuera.

Lucas Morales, Emiliano Velázquez y Bruno Damiani.
Emiliano Velázquez en el entrenamiento de Nacional.
Foto: @nacional.

Su estreno fue contra Boston River, el 1° de octubre, en un día en el que a Nacional no le salió nada. Velázquez entró de arranque en el segundo tiempo y el equipo se ahogó en un mar de desatenciones: sufrió un nuevo gol, perdió 2-0 y Álvaro Gutiérrez puso a disposición el cargo de director técnico.

Consultado, el zaguero reconoce que en su vuelta, luego de 384 días, no pudo “disfrutar a pleno” y tuvo un sentimiento agridulce, supeditado al resultado.

Sí lo hizo, en parte, porque esa noche, en la que paró de sufrir para hacer lo que más le gusta, por fin había vuelto a sentirse jugador. Pero fue solo una media sonrisa.

Jugó 45 minutos y su desempeño le valió, también, para replantearse que lo podía hacer “muchísimo mejor”, aunque, pasado el tiempo, analiza que primero tenía que empezar por la “A” para después seguir con el resto de las letras.

Desgarro

Practica de Nacional
Emiliano Velázquez en la práctica de Nacional.
Francisco Flores/Archivo El Pais

La exigencia del calendario deportivo le jugó una mala pasada y a las 72 horas de su estreno de blanco, volvió a tener protagonismo, ya con Álvaro Recoba como sucesor de Gutiérrez.

Fue titular, estuvo en cancha los 90 minutos y eso, sumado a la intensidad que tuvo en los entrenamientos, provocó que a los días sintiera una molestia en el posterior, que se tradujo en un desgarro del que Nacional jamás informó públicamente.

Sin olvidar su pasado, pero consciente de que alguna vez un muy joven Emiliano Velázquez dijo que en Uruguay solo jugaría en Danubio, reconoce que su corazón seguirá siendo franjeado, pero también da las explicaciones del caso.

—Son decisiones y uno tiene que tomarlas. Te van a criticar para un lado o para el otro, así que hay que aguantar los trapos.

Con la salida ya confirmada de Maximiliano Perg y la renovación de contrato de Daniel Bocanegra desestimada, se le abren las puertas para compartir zaga con Diego Polenta. Solo le falta activar el modo avión.

La opinión sobre Álvaro Recoba

“Como entrenador no lo conocía, pero tengo gente en común que lo conoce y me había dicho que él iba con la verdad para adelante, te guste o no te guste. Y es así: te dice lo que piensa, te da confianza plena, y trata de expresar o demostrar lo que él vivió como jugador. El respeto que le tiene la gente y los jugadores tiene un punto a favor. También tiene un buen cuerpo técnico (con Nelsón Abeijón y Juan Alzamendi)”.

La anécdota del día que lo goleó el Barcelona de Luis Suárez

En marzo de 2016, Barcelona estaba goleando 5-0 al Getafe de Emiliano Velázquez y, camino al entretiempo, el zaguero no tuvo mejor idea que dirigirse a Luis Suárez, para rogarle que parara a sus compañeros. “Ya está, Luis. No jodas más; 5 a 0 en el primer tiempo, bajen un poco la máquina”. Su compatriota, entre risas, fue cómplice al no hacer ningún gol, pero el partido terminó 6-0. “No te quedaba otra que posicionarte, tratar de marcar y rezar”.

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