Resiliencia. Esa puede ser la mejor palabra para definir a Luis Suárez. No es la primera vez que se usa para hablar del salteño y probablemente no sea la última, pero eso es lo que genera el Pistolero en los demás. La resiliencia es la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas y si bien para el delantero pueden no ser tan extremas, sí pueden poner su carrera cuesta arriba.
En más de una ocasión se recuperó en tiempo récord de lesiones, sobrellevó sanciones demasiado drásticas y hasta se repuso a resultados deportivos que no le favorecieron. Es que Suárez siempre parece tener una marcha más y la capacidad de sorprender a propios y extraños.
Cuando lo daban por terminado logró un título de liga histórico con Atlético de Madrid, cuando nadie lo esperaba volvió a Nacional para ser campeón, cuando le decían que el fútbol brasileño no era para él alcanzó 25 participaciones de gol en sus primeros 31 partidos sumando 16 tantos y nueve asistencias.
Precisamente el fútbol norteño es el que hoy lo disfruta, sobre todo los hinchas de Gremio que ya vieron cómo el Pistolero se alzó con dos trofeos: la Recopa Gaúcha y el Campeonato Gaúcho. Pero eso no es todo porque el tricolor gaúcho está en semifinales de Copa de Brasil y pelea en los puestos altos de Brasileirao, lo que para muchos era un desafío por llegar desde la Segunda División.
De todas maneras, Suárez ya no es el mismo del Barcelona: ¿o sí? Son varios los datos que llaman la atención de la actual temporada del atacante uruguayo y uno de ellos es la cantidad de partidos que lleva jugados desde que arrancó.
Son 31 los que disputó en total y solo faltó a ocho de los que Gremio tuvo en el año, lo que demuestra la vigencia del Pistolero que en enero de este año cumplió 36 años. Y es precisamente ese detalle el que llama la atención porque el salteño podría terminar cerca o hasta superar, los registros de la campaña con más partidos jugados de su carrera a nivel de clubes.
Para ella hay que remontarse a la temporada 2015/16 donde defendía al Barcelona. El equipo Culé tenía todavía una delantera de ensueño que contaba con Lionel Messi y Neymar acompañando a Luis Suárez. Esa campaña, el salteño la terminó con 53 partidos disputados y un total de 4.766 minutos, además de la increíble cantidad de 59 goles anotados y 22 asistencias que lo dejaron como líder y escolta de Messi en los respectivos ítems de la temporada culé.
¿Podría lograr eso en Gremio? Si bien los cálculos variarían mucho dependiendo de lesiones que puedan aquejarlo o decisiones técnicas, sí podría hacerlo, incluso jugando menos minutos en algún encuentro.
Gremio tiene por delante 23 partidos más de Brasileirao y suponiendo que juegue cuatro más de Copa de Brasil (dos semifinales y dos finales) Suárez alcanzaría los 5090 minutos, siempre y cuando juegue los 90 en los 27 encuentros. La cifra baja a 4910 si es que Gremio cae en las llaves de semifinales con Flamengo.
Lo cierto es que hasta hoy Suárez suma 2660 minutos en esos 31 partidos disputados lo que da un promedio de 85 minutos jugados por encuentro, un número que nuevamente refleja el buen momento del salteño más allá de ciertos dolores que lo hicieron jugar menos en algunos encuentros.
Otro detalle a destacar es que hoy el salteño está haciendo con 36 años algo similar a lo que logró en aquel momento con Barcelona cuando comenzó la temporada con 28 años y la terminó con 29.
Hay quien podría decir que los rivales de Gremio en el Campeonato Gaúcho son más débiles de los que tenía Suárez en España, puede ser, pero no hay que perder de vista que cada duelo de Brasileirao puede ser más parejo que muchos de los partidos que el Pistolero jugaba defendiendo a Barcelona en el fútbol español.
A favor del salteño también está que durante esa temporada en Barcelona disputó seis torneos, mientras que ahora en Gremio jugó cuatro y no tuvo participación en copas internacionales, lo que podría haber elevado la cantidad de partidos y de minutos en cancha.
Otro aspecto a tener en cuenta son los viajes que hoy debe realizar con Gremio, más allá de que son todos dentro del territorio norteño, su extensión es más grande que la de España y eso obliga a trayectos más largos que suman también otro desgaste para el futbolista, así como también el hecho de adaptarse a campos de juego que en algunos equipos menores de Brasil, suelen tener ciertas falencias, sobre todo cuando no se habla de conjuntos de la Primera División.
¿Se quedará en Gremio? ¿Irá al Inter Miami? ¿Se perderá partidos por un posible tratamiento en su rodilla? Son varias preguntas que con el paso de las semanas se irán contestando, pero lo que está claro es que Luis Suárez, a pesar de estar lejos del Viejo Continente, vive una temporada con exigencia europea.
Suárez tiene contrato hasta fines de 2024 con Gremio. Los largos viajes, concentraciones y, principalmente, los partidos cada tres días tienen al Pistolero exigido al máximo con sus dolores en la rodilla.
Por eso ante el interés del Inter Miami que se reforzó con sus amigos Lionel Messi, Sergio Busquets y Jordi Alba, Lucho vio con buenos ojos la posibilidad de ir a una liga con un ritmo más leve y menos competitiva.
Esta semana Ovación informó que el uruguayo había llegado a un acuerdo con Gremio para rescindir el contrato. Sin embargo, el club le ponía como condición de que no podía fichar con otro equipo por el resto del año entendiendo que los dolores que manifestaba en su rodilla no eran ciertos.
El Pistolero le ofreció devolverle a Gremio el dinero de este semestre, y sumarle una rescisión de contrato, lo que llegaría a una suma total de casi US$ 10 millones.
Gremio no lo quiere dejar salir. Primero porque es indispensable dentro de la cancha. Segundo porque desde su llegada aumentó considerablemente los ingresos (nuevos socios, venta de entradas y camisetas). Tercero, y último, porque en la cancha ya mostró que es determinante y el tricolor tiene objetivos muy importantes en el corto plazo. La Copa de Brasil, por ejemplo, entrega al campeón US$ 20 millones más la clasificación a la Copa Libertadores del año que viene.
Suárez está molesto. Entiende que se le está faltando el respeto por esta situación y según pudo confirmar Ovación, el presidente de Gremio, Alberto Guerra, ni siquiera le responde los últimos mensajes que el jugador le envió.
Lo cierto es que en medio de esta polémica y el tiro y afloje entre el jugador y los dirigentes de Gremio, hay algo que está claro: a sus 36 años, ya camino a los 37, Suárez está disputando una de las temporadas más exigentes de su carrera.
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