Redacción El País
En el marco de la previa de una nueva doble fecha de Eliminatorias, el entrenador de la selección uruguaya, Marcelo Bielsa, brindó una conferencia de prensa en el Estadio Centenario.
La Celeste deberá medirse el próximo 12 de octubre ante Colombia, en Barranquilla, y luego el 17 de octubre ante Brasil, en Montevideo, luego de lo que fueron el triunfo ante Chile en el estreno y la derrota ante Ecuador en la segunda jornada.
Este sábado, el cuerpo técnico encabezado por el entrenador argentino partirá rumbo a Colombia a la espera del arribo de los futbolistas que comenzarán a aterrizar en territorio colombiano donde se realizará de forma íntegra la preparación para el primer encuentro.
Los criterios de convocatoria
"Son muchos los criterios para tomar decisiones. Los mejores, eso es lo primero. El estado de forma de cada uno de los jugadores, hay jugadores que están en momentos mejores y otros que están en momentos peores u oscilantes. A partir de seleccionar a los que yo considero que son los mejores y que están en un rendimiento positivo vincular, construir un sistema colectivo para armonizar los aportes de cada jugador con la idea del equipo. Todo eso se hace sin entrenar. Si bien es una realidad, es algo a tener en cuenta".
"Aunque dije en su momento y admito que pueda no responder a legítimas aspiraciones que tienen los medios de comunicación, prefiero expresar los jugadores convocados cuando han jugado el último partido previo a la convocatoria y no hay ningún motivo que me impida a mí decidir la participación".
A su vez, Bielsa enfatizó en que ante Ecuador, Darwin Núñez salió en el entretiempo por una decisión técnica y no por lesión. Cabe recordar que en su lugar, en Quito, ingresó Cristian Olivera.
El paro del fútbol y posibles citaciones de jugadores del medio local
"Imaginese que yo de ningún modo puedo hacer valoración sobre reclamos gremiales, cualquier reclamo gremial me parece una herramienta legítima pero no soy el encargado de valorar cuáles son las posiciones que se dirimen y manifestarme. En el fútbol uruguayo tienen una liga, una cantidad importante de jugadores compitiendo y yo siempre considero a la totalidad de los jugadores que conforman el universo de posibilidades del fútbol uruguayo en materia de jugadores así que siempre estoy atento a cada partido y al análisis de cada equipo, porque ustedes mucho mejor que yo saben que cualquier equipo uruguayo ha proporcionado jugadores a la élite del fútbol mundial por diferentes recorridos pero el fútbol uruguayo tiene esa riqueza".
El rendimiento ante Ecuador y posibles ajustes
"Por supuesto que me sentí responsable de una derrota que fue justa y lo que me preocupó de esa actuación era que estábamos claramente en condiciones de ganar ese partido y no merecimos hacerlo. Me pareció un partido, después de jugado, que era muy accesible para nosotros y eso aumenta la forma en que evalúo lo que estoy observando que es el último partido que jugamos. Era un partido que estábamos en condiciones de ganar, no ganamos y no merecimos ganar, fue justo que el rival haya ganado".
"También tengo la obligación de encontrar los motivos. Partiendo de la base que siempre considero, digo, los motivos son mi responsabilidad o no y lo justifico. Desde mi punto de vista, Uruguay es un equipo que tiene un aporte muy grande en aspectos de dinámica, movilidad, ritmo, asociación colectiva, para la construcción del juego depende mucho del movimiento y a partir del movimiento tiene jugadores técnicamente muy aptos para aspirar a protagonizar y ganar los partidos alrededor de esa estructura o idea. El partido con Ecuador, el rendimiento físico respecto con el partido con Chile fue un 30% más bajo", subrayó.
"Ese rendimiento físico más bajo se vio alrededor de las cualidades de las que más depende el juego que yo imagino para el equipo. Me refiero a lo que sea explosividad, potencia, todos esos factores que son claves para el equipo, que fueron los que más debilitados estuvieron".
"Se pueden construir lugares alternativos para construir el juego, generando una dependencia menor de la respuesta y la necesidad de generar una producción física alta. No opté por ese camino, opté por un camino distinto, jugar el partido de igual a igual, creo que lo conseguimos, creo que la distancia entre los dos equipos no fueron importantes pero sí lo fueron porque nosotros estábamos en condiciones de establecer diferencias con Ecuador que no conseguimos. Por eso de algún modo aumenta la sensación de culpa porque era ganable, aún admitiendo que debería considerarse una posible merma en la respuesta física, me pareció que el partido seguía siendo ganable. La entrega de los jugadores fue al límite, entonces ese es el desarrollo que yo hago para interpretar la derrota del último partido".
¿Qué espera frente a Colombia?
"Lo mismo, intentaremos que el partido con Ecuador nos permita, como antecedente inmediato y cercano, superar dificultades que venimos de enfrentar. Las dificultades que vamos a encontrar son similares a las que encontramos con Ecuador. Vamos a tratar de protagonizar, atacar, jugar en campo rival, no especular y que el déficit que pudiéramos tener que resolver podamos hacerlo. Si eso no sucede será totalmente vinculable con decisiones que tome yo. Porque estoy claramente diciendo que vamos a enfrentar del mismo modo un obstáculo similar al del partido de Ecuador".
"Yo siempre soy de la idea de que aquello que se constituye en un problema es muy importante aprender a resolverlo. Tal vez hay otras teorías, hay gente que opina, dentro del fútbol, que los problemas que no se pueden resolver hay que evitarlos. Mi idea es que los problemas que no se pueden resolver hay que aprender a resolverlos. Evitar que pase con Colombia cosas que pasaron con Ecuador sería jugar en propio campo, en nuestra área, cediendo la pelota, el protagonismo, todas esas cosas son exactamente lo contrario de lo que yo imagino".
"Lo que me guía también es la dimensión de las dificultades a superar para imponer aquello que uno pretende consolidar, también habla de la fortaleza de un equipo y también son pasos que trataremos de recorrer rápidamente porque cada partido de Eliminatorias, no lo ignoro, tiene un peso muy grande. Por eso lamenté tanto perder un partido ganable. Uno puede perder un partido ganable y merecer un resultado diferente al que obtuvo. Por eso me culpabilizó mucho el partido con Ecuador, no es que merecimos ganar y no ganamos, es que merecíamos haber ganado y perdimos. Cuando uno no gana pudiendo hacerlo y pierde merecidamente las distancias entre lo merecido y lo conseguido aumenta".
Matías Vecino como zaguero
"Eso fue vinculado con los partidos con Ecuador y Chile, el no jugó nunca de zaguero, ese es un dato que hay que tener en cuenta, para mí tiene muchos recursos que permiten imaginar que puede ser zaguero. Es un jugador con buen juego aéreo, sentido claro de la ubicación, que juega en el eje central de la cancha, pase muy bueno, intuitivo, buen lector del juego, jugador experimentado pero no únicamente por acumular partidos y minutos sino porque es un futbolista que sabe lo que pasa durante un partido".
"No son muchos los jugadores, muchos saben jugar porque nadie llega a la élite sin saber jugar, pero no muchos pueden explicar lo que sucede o cómo resolverlo. Algunos lo resuelven y por eso llegan a la élite pero no tienen el deseo, el placer de analizar el juego. Vecino sí. En su momento fue una posibilidad que en este momento no la estoy considerando. Lo que no quiere decir que no la vuelva a considerar a futuro. Cuando tengo una idea respecto al rol de un jugador en un partido, lo primero que le pregunto si él piensa que puede resolver lo que le propongo. Si dice que no, descarto la idea, si me dice que sí no la apruebo, la considero".
El plan B y los cambios de estrategia
"Hay entrenadores que tienen plan B y otros no. Los especialistas creen, el plan A y el B se resume en dos cosas, el protagonismo o especulación, lo demás es secundario. Todos dicen, los que analizan, que el cambio de la distribución de los jugadores en el campo es lo que constituye un plan alternativo. Cuando usted ve que un equipo tiene una distribución determinada y la cambia por otra se entiende que es el alternativo. Yo, es probable que esté equivocado, pero creo que un estilo, una forma de jugar, es lo que no se puede modificar".
"La forma de jugar contempla protagonismo o especulación, predominio del desarrollo creativo o predominio del desarrollo de la recuperación de la pelota, las dos son indispensables. Si un equipo no ataca, defiende mal y si no defiende ataca mal. No se trata de defender o atacar, sino que el estilo tiene otros componentes que está vinculado a los riesgos que un equipo de fútbol está dispuesto a correr según quiera acertar o provocar que el rival se equivoque. Acertar presupone tomar riesgos y está asociado con el protagonismo, apostar a que el rival se equivoque es especular y apunta a eso".
"El entrenador no puede cambiar eso rápidamente, consolidar un estilo lleva tantos partidos y creer que el estilo se cambia de un partido al otro es imposible. La consolidación de una forma de jugar tiene un proceso. En la medida que usted no lo respete al proceso, tardará más en definir que el estilo se instale y tal vez tampoco lo logre. Entrenar exige convencer y es muy difícil convencer a alguien relatando un procedimiento en el que no cree. Por eso si usted observa los entrenadores fracasan cuando hacen lo contrario de lo que sienten. Estamos en una época de pragmatismo, valor del resultado, eso es cierto porque nadie esta dispuesto a valorar pasos paulatinos que te acerquen progresivamente a conseguir la imagen que querés construir".
"Yo nunca tuve, ni tengo, ni voy a tener plan B. El plan B a lo mejor es cambiar el perfil del jugador que va a resolver una posición determinada. Usted puede decir 'voy a jugar con un volante mixto con un perfil determinado o diferente' y ahi puede que se vaya modelando pequeños matices dentro del estilo, pero el estilo es muy difícil de conseguir y si uno lo cambia a cada partido peor todavía".
"También tengamos en cuenta, imagínese que todo lo que estoy diciendo, es aquello que se utiliza para enfrentar ideas contrarias a las que yo describí ahora y esto en toda mi carrera siempre fue igual, yo digo lo que pienso y los que escuchan lo que yo digo y no coinciden tienen argumentos de mucho peso para decir que estoy equivocado".
"Por supuesto que los escucho porque si hay algo que quisiera es no equivocarme, pero ningún entrenador que abandone sus sentimientos mas sólidos vinculados con la filosofía que quiere que juegue su equipo, triunfa. Me fijo mucho más en los entrenadores que actúan en sentido contrario que como actúo yo que los que actúan del mismo modo. Comparo mis ideas con las antagónicas para ver si en esas encuentro alguna que este dispuesto a que sean mejores, por eso le digo el tema de lo que uno siente. Cambiar de idea es facilísimo y mucho más si las ideas tienen que ver con la especulación y no el protagonismo".
"Lograr que un protagonista sea especulativo se consigue sin entrenar pero que un especulativo sea protagónico lleva un proceso más largo. Yo no puedo proponer ideas que no creo y sé que este proceso o este ciclo mio en Uruguay no va a ser sencillo porque Uruguay se desprende de un modo u otro de 5,6,7 u 8 jugadores de una dimensión enorme y tiene que sustituir y encontrar 5,6,7 u 8 jugadores que sirvan para que aquellos que de algún modo dejen de estar puedan ser sustituidos con alguna dosis de acierto".
"Ese proceso hay que hacerlo sin entrenar. Usted convence con la palabra, el ejemplo, la imagen y el entrenamiento. Hay un elemento que es significativo, Menotti lo decia muy bien, cuánto tiempo ensaya una orquesta para sonar bien. Que un equipo suene bien con poco ensayo es una fantasía. Hay un camino que, para que un equipo funcione bien sin ensayar, es mucho mas fácil la especulación".
"Ahora hay una cosa muy común que es cómo juega alguien que se siente peor con alguien que se siente mejor. Yo le llamo el daño de Guardiola. Guardiola lo que logró no es que se imitara su fantasía inigualable para la construcción del juego sino que lo que logró es que 11 jugadores se opusieran a su equipo en un terreno que mide 30 metros de profundidad. ¿Que consiguió? Que le cuesta un poco más ganar los partidos pero sigue ganando y sigue obteniendo los triunfos, que obtiene. También hay una fantasía que usamos los mediocres, entre los cuales me incluyo, que es que no podemos hacer lo que hace Guardiola porque no tenemos los jugadores para semejante construcción llena de atractivos, que es ver a un equipo de Guardiola. Eso tampoco es cierto porque Guardiola tiene muchos imitadores que sin jugadores han conseguido expresiones futbolísticas muy valiosas. A su vez muchos entrenadores que con jugadores iguales o mejores que Guardiola no han construido una expresión tan linda de ser vista. ¿Qué estoy tratando de decir? Que en este proceso o en este desarrollo de proyecto de Uruguay no hay cabida para las excusas. Ninguna excusa te exime del reclamo justo vinculado con la obtención de resultados y tampoco hay tiempo para el desarrollo y consolidación de una idea. Eso para mi no es un obstáculo".
El vínculo entre el coraje y jugar bien
"Si usted quiere buscar algo que unifica a los jugadores de la élite es que no pierden la pelota, eso que parece un infantilismo o una simplificación exagerada, es el principio del fútbol, no pierdan la pelota. Hay una anécdota, no me acuerdo contra quien, creo que un Argentina vs. Brasil, que Brasil dominó claramente a Argentina en el primer tiempo y el DT era (Carlos) Bilardo y los jugadores entraron al entretiempo debilitados porque habían sido dominados y según el relato que he escuchado muchas veces Bilardo estuvo 10 minutos sin hablar y los jugadores extrañados. No entendían cómo no había reclamos. Se paraban para el segundo tiempo y Bilardo dijo, 'si se la siguen dando a los de amarillo es imposible que ganemos'".
"La expresión es representativa, el fútbol es a partir de darle la pelota al compañero. Uruguay tiene esa condición, después hay muchos jugadores que juegan en grandes, nadie juega en Real Madrid o PSG si pierde la pelota. No es difícil armonizar y lograr que interactúen jugadores que tienen como sello identificatorio recursos para no perder la pelota".
"Otra característica es que es competitivo, agresivo, valiente, combativo, esa mezcla por si sola hay que intervenir poco, yo no creo que la construcción de un equipo alrededor de estas características, que los jugadores uruguayos poseen, sea difícil. Paralelamente por supuesto hay que encontrar titulares. Hay que encontrar titulares y buenos suplentes. Hay posiciones donde Uruguay tiene seis jugadores, pero todavía no titulares, hay posiciones que están muy bien resueltas pero no tienen suplentes. En ese sentido trato de aportar. No crean que soy romántico, cada partido son tres puntos indispensables, urgentes y muy probablemente, si me dijeran 'qué preferís jugar mal y ganar tres puntos o jugar bien y perder', en Colombia diría jugar mal y ganar, pero esas ecuaciones con el tiempo sabe que no funcionan. Es difícil ganar con regularidad pensando que el camino es jugar mal".
¿Cómo se prepara el partido ante Brasil?
"Primero, no sé, creo que la mitad de los jugadores de Uruguay son comparables con la mitad de los jugadores brasileños. Usted me dice, me gustan los nombres propios porque a veces uno parece que está guiado por la vanidad. Pero sí le digo que hay seis o cinco jugadores uruguayos que pueden competir con seis o cinco brasileños y que según quién los evalué dirá este es mejor o peor. Si la mitad del equipo es discutible ya hay mucho espacio para la ilusión, y la ilusión es un multiplicador de los recursos. Si tiene un jugador bueno sin entusiasmo o un jugador menos bueno ilusionado, el menos bueno es mejor que el bueno".
"También la ilusión no es únicamente de los jugadores sino también de una simbiosis, conjunción entre el público y el jugador. El público y el jugador, cuando juega la selección, genera una fuerza que se autoalimenta. Yo siempre digo que es extraordinario el jugador que juega para su país y que siente que puede generar en su público una sensación de gratitud, alegría, ilusión. Si el público se siente orgulloso de quienes lo representan, esa articulación empodera al colectivo que logra esa conjunción. Todos sabemos que el lubricante ideal para que eso suceda es el triunfo. Si me pregunta cual es mi ilusión, sueño con ganar en Colombia, ser mejores que Brasil, esa es mi ilusión. Después siempre me pregunto si esa ilusión tiene respaldo en el diseño del equipo y me convenzo de que sí sin engañarme. Creo que para los dos partidos Uruguay está en condiciones de soñar o de competir aspirando a superar al oponente".
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