Por Diego Domínguez
Cuando el árbitro se lleva el silbato a la boca y con un pitazo da la orden de que empiece el partido, los dirigentes se transforman. Pasan de ser representantes institucionales a vivir los 90 minutos como un hincha más de su club, que únicamente conserva la formalidad en la vestimenta.
Gritan. Festejan. Se emocionan. Se abrazan. Insultan. Aplauden. Y así quedó demostrado en el clásico del pasado lunes cuando la mayor parte de la dirigencia de Nacionalse ubicó en el sector de la Tribuna América y entró en estado de estupor ni bien corrían 11 minutos del juego y el equipo perdía 2-0 contra el Peñarolde Alfredo Arias.
Ahora, que esa página ya se dio vuelta y la definición de la Supercopa Uruguaya con Liverpool se asoma (domingo a las 21:00 horas), volvió a reinar la calma, la seriedad y la mirada plácida que los caracteriza.
En la previa al primer partido oficial del año, Ovación dialogó con varios integrantes de la comisión directiva tricolor, que en su mayoría coincidieron en las opiniones.
Si bien el balance al final de la pretemporada no es optimista, tampoco “hay que buscar cucos donde no los hay” o realizar análisis “apresurados”. En su lugar, prefieren darle margen de trabajo al cuerpo técnico y quedarse con lo que suceda después del domingo.
“Tiempo al tiempo y tiempo al técnico”, señaló una de las voces consultadas.
“A la etapa de preparación hay que ponerle el ojo de preparación”, opinó por su parte el directivo Ariel Martínez.
La postura la compartió el dirigente José López Rubio, ganador de 11 Campeonatos Uruguayos como dirigente del club: “Nacional tuvo un buen período de pases. Hay que esperar, esto recién empieza. Hubo jugadores que estaban en Nacional hacía nueve o 10 días y jugaron el partido más estresante (por el clásico del lunes) que tiene el club”. Es el caso de Gastón Pereiro, que se sumó al plantel el 18 de enero y jugó el clásico cinco días después, y lo mismo Daniel Bocanegra, Fabián Noguera y Marcos Montiel, que entrenaron por primera vez el 16 de este mes.
“Tengo toda la confianza del mundo en que este cuerpo técnico, del que ya se ve la impronta que tiene, va a demostrar. Los equipos de (Ricardo) Zielinski son todos de mucha personalidad”, sostuvo López Rubio.
El seno de la directiva comparte que, a pesar de la seguidilla de empates, “no es el momento de bajar el martillo”, aun así cuando el resultado del domingo termine siendo desfavorable.
La sensación generalizada hoy es de “confianza” y el respaldo se los da el hecho de haber sido campeones del Uruguayo. Por eso, más allá de alguna puntualización, la directiva prefiere seguir por la misma línea que le dio el título en 2022. “Los partidos de pretemporada son partidos de pretemporada. El clásico ya se preparó de otra manera y lo vi bien a Nacional, con mucha actitud. Por lo que me dejó, estoy tranquilo y conforme, más allá de los penales”, señaló el dirigente Antonio Palma.
La incertidumbre, por el contrario, aparece en algunos grupos de hinchas, que eligen no quedarse callados y muestran su disconformidad con el inicio del nuevo ciclo.
LOS CASOS DE DOMÍNGUEZ Y ARRUABARRENA
Los últimos entrenadores argentinos que pasaron por Nacional no contaron con la misma suerte que sí tuvo, por ejemplo, Marcelo Gallardo.
Tanto Eduardo Domínguez destituido en la quinta fecha del Torneo Apertura 2019 a los 75 días de asumir, como Rodolfo Arruabarrena -entrenador del equipo durante 27 partidos y rescindido a finales de 2013- incumplieron con las expectativas que tenía la dirigencia para con ellos. En ambos casos fue la primera y única experiencia que tuvieron en el fútbol uruguayo. Mientras que el Vasco cerró con un balance de 15 victorias, dos empates y 10 caídas, Domínguez duró apenas ocho partidos, en los que se despidió con un saldo a favor de tres triunfos, dos igualdades y dos derrotas.