Luciano Boggio: un jugador de la cantera de Defensor que se reinventó y hoy muestra una mejor versión

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Luciano Boggio. Foto: Leonardo Mainé.

ENTREVISTA

El mediocampista se inició en la escuelita violeta con las enseñanzas del Profe Santos, hizo todas las formativas y jugó en Primera hasta que salió a préstamo a River Plate, donde logró pulirse.

Desde que tenía cuatro años Luciano Boggio (23) hacía goles en el Parque Rodó. Incluso antes de calzarse la violeta. Se inició en el baby fútbol de Maeso —cuya cancha está pegada al Franzini— en donde numerosos rivales padecieron sus goleadas. El último año lo hizo en paralelo con la escuelita de Defensor Sporting, que funciona en el Comando Militar. De noche en el Parque Rodó y de tarde alumno del querido Profe Santos, a quien casualmente al otro día del gol de Luly ante Cerrito por la segunda fecha del Intermedio, honraron al bautizar a la escuelita con su nombre por la conmemoración de los 35 años.

Luly Boggio en Maeso FC.
Luly Boggio en Maeso FC.

El habilidoso chico que se perfilaba en Maeso para jugar más arriba en la cancha fue visto por Fernando Fadeuille, hoy parte de la gerencia deportiva de Defensor y en ese momento técnico de la violeta, que llevaba a su hijo a jugar a ese mismo club. Tuvo buen ojo y junto con Dante Prato —el entonces presidente— se acercaron al padre de Luciano, también entrenador de baby fútbol, cuando el futbolista tenía 10 años, para invitarlo a iniciar un camino que hasta ahora continúa a paso firme luego de 13 años.

Categoría 99’, cuatro veces campeón con Maeso FC y con la selección de la Liga Parque. Fue goleador del elenco del Parque Rodó donde anotó más de 400 goles. 

Luciano Boggio.

“Una vez que empecé me gustó y nunca paré”, recuerda Luly, que el lunes habló en el homenaje a César Santos por ser el jugador con más edad presente que había participado de todo el proceso del profe.

“Tuve la suerte de tenerlo, pero me costó mucho en su momento”, expresa el volante, que cuando llegó a la escuelita daba mucha ventaja a sus compañeros en físico y que se encontró con que ya no era el protagonista.

Ahora tenía que luchar por el puesto. “Los primeros años fueron difíciles, el profe no me ponía y yo venía acostumbrado a hacer goles y jugar siempre en Maeso. Además, me paraba en una posición más de mediocampista y para mí era nuevo el tema de la cancha de 11. Me dejó enseñanzas de las que te das cuenta cuando pasa el tiempo, tenés que pasar todo eso para poder tolerar la frustración”, sostiene Luly, y agrega: “Tenía carácter. Te marcaba los errores y los hacía llegar a su forma, para la edad que teníamos nosotros era difícil de asimilar”.

En ese entonces a Luciano le parecía que no podía superarse porque daba demasiada ventaja, pero recuerda que el profe siempre le marcó que tenía condiciones. “Me decía que tenía que esperar el momento, más allá de que uno cuando está ahí quiere que llegue”, explica Boggio, quien atravesó todas las formativas en el Tuerto, aunque sus mejores años fueron los dos años de Cuarta División. Ese año fue el goleador de la categoría y Defensor se coronó campeón.

La primera violeta y el aprendizaje en River

Con el primer equipo se estrenó en abril de 2019 ante Boston River. Continuó hasta que Defensor Sporting perdió la categoría en 2021, pasó por River Plate y regresó para tomar el protagonismo que no había logrado tener nunca en el equipo.

Luciano Boggio en el duelo Cerrito-Defensor Sporting. Foto: Leonardo Mainé.
Luciano Boggio en el duelo Cerrito-Defensor Sporting. Foto: Leonardo Mainé.

El domingo sintió alivio al marcar ante Cerrito. “Lo necesitaba muchísimo, no lo sentía como un debe, sabía que se iba a dar, pero contento porque se me abrió el arco, pero también porque estamos en un momento importante, un desahogo”, explica Luciano, que espera que este no sea el mejor momento de su carrera, aunque cree que es el más completo, en donde cumple todas las facetas que se le exigen. Y aunque sabe que tiene para mejorar este segundo pasaje lo introdujo en un equipo donde se convirtió en una de las figuras e incluso ayuda a los debutantes desde su experiencia. “Me siento protagonista. El pasaje por River y haber jugado en Defensor me ayudó”, sostiene quien siendo juvenil y alcanzapelotas del club seguía los pasos de Nicolás Olivera y Mauro Arambarri.

“Defensor es mi casa, estuve más de la mitad de mi vida acá y no hay nada que me haga más feliz que haber podido volver después de un año sensible para el club”.

Luego de haber jugado de doble cinco y haber alternado casi como un falso nueve en las juveniles, jugar de extremo, enganche y hasta carrilero, hoy es titular indiscutido en el trío de mediocampistas de Marcelo Méndez. Un volante que marca, corre, tira córners, sube, baja y de vez en cuando corona su actuación con goles.

“La posición que me queda más cómoda es la que juego ahora porque puedo aportar en el ataque y trato de aportar también en defensa, cuestión que con el correr de los años y la necesidad de obtenerla porque es fundamental, fui trabajando y hoy trato de aportar en las dos”, explica. Más arriba también sabe hacerlo, pero le gusta estar más suelto y en su momento no le quedó tan “cómodo porque al estar más arriba el equipo necesita tu gol. Genero jugadas pero no soy goleador nato. De mediapunta el equipo necesita tu gol. Donde estoy ahora me gusta más porque el gol es una variante, pero el equipo necesitaba generación de juego”, agrega Luly.

Méndez le pide ida y vuelta. “Necesita que pise el área propia y ayude a compañeros, pero también ganar la espalda del rival para buscar línea de pases y hacerle llegar las pelotas a los delanteros, hacerse cargo de la delantera’, asegura el mediocampista que suele correr 11 km por partido, el mismo al que siempre le remarcaban que se quedaba muy quieto cuando era enganche.

“El pasaje por River Plate me hizo valorar lo que uno tiene”.

River Plate
La celebración de Luciano Boggio luego de convertir el 2-0 ante Nacional. Archivo El País.

La salida de Luly de Defensor Sporting se dio cuando el club del Parque Rodó perdió la categoría en marzo de 2021. No había participado del último duelo y presenció el triste momento desde la tribuna. En un elenco dirigido por Eduardo Acevedo, jugadores que eran prioridad en su puesto (donde además llegaron otros) y la llamada del propio entrenador de River Plate, Gustavo Díaz, lo ayudaron a tomar una decisión muy difícil:dejar el club que había sido su casa, movimiento que, con el diario del lunes, fue favorable para el jugador.

Al llegar al Darsenero encontró un grupo muy bueno al que se integró enseguida y un cuerpo técnico encabezado por entrenador muy estudioso y que, según Luciano, da muchas herramientas a los jugadores.

Este pasaje, donde marcó seis goles, lo ayudó a hacer ese click que le faltaba para afianzarse en Primera como lo ha desarrollado hoy en día. Previo a concretar la salida a River Plate había otras propuestas, pero la llamada del Chavo Díaz lo sedujo. Boggio llegó, tuvo una buena temporada e incluso cierto protagonismo que no creía que iba lograr. Incluso ayudó al equipo del Prado a cumplir el objetivo de meterse en la Copa Sudamericana. Tras ello, retornó a Defensor Sporting.

“No tengo duda que el pasaje por River me hizo valorar lo que uno tiene. No es que antes no lo valoraba, pero vi las cosas desde otro lugar, cambié de aire y despejé la cabeza. Gracias a eso hoy en día sé lo que vive otro equipo y cómo se trabaja en otro lugar. Es mucho más que lo futbolístico que es lo que se ve en la cancha”, explica.

Hay ofertas, pero también tranquilidad

Luciano Boggio. Foto: Leonardo Mainé.
Luciano Boggio. Foto: Leonardo Mainé.

Pese a que hay sondeos por él y una propuesta un poco más elaborada desde Argentina, ahora está tranquilo en el violeta, aprovecha y disfruta la chance de mostrarse. Aunque el sueño del mediocampista, que formó parte del proceso de las selecciones juveniles al mando de Fabián Coito, es dar un salto al exterior, aún tiene un año de contrato con el elenco del Parque Rodó. “Estoy metido en los objetivos del club, el fútbol uruguayo es muy competitivo, nosotros venimos de años complicados y estamos intentando encauzar el barco. Con el trabajo y la tranquilidad tenemos que intentar poner en lo más alto al club. La cabeza la tengo despejada y lo que tenga que ser va a ser lo mejor”, concluyó Luciano sobre su gran momento donde no se desespera por salir.

El beso en el escudo en el gol ante Cerrito es la continuación de una revancha que la violeta y el futbolista se debían. Una imagen capaz de deleitar a cualquier hincha de Defensor, un club que Luciano Boggio define como su casa. “Estoy desde muy chico, conozco a absolutamente todas las personas que trabajan acá, desde pre-séptima a Primera. Es mi casa, estuve más de la mitad de mi vida en el club y no hay nada que me haga más feliz que haber podido volver después de un año sensible para el club. Estar jugando y pasar un buen momento, que la gente te lo reconozca en los partidos es muy positivo. El apoyo es fundamental, volver y ser reconocido por el hincha es muy lindo”, concluyó.

A Luly lo apoya mucho su familia que siempre están presentes en las gradas del Franzini, así como lo estuvo cada fin de semana en el Complejo Arsuaga, más conocido como Pichincha, o desde dónde tocase cuando jugaba en formativas. Él mismo asegura que su padre, quien siempre le volcó su experiencia de DT, ya no le da tantos consejos como cuando era juvenil, pero sabe que siempre estará cuando lo necesite. 

Luly y su familia.
NÚMEROS EN DEFENSOR SPORTING

Formativas y Primera

Juveniles
Sub 15: 24 partidos, 1508' 2 goles
Sub 16: 28 partidos, 1810', 1 gol
Sub 17: 31 partidos, 1914', 3 goles
Sub 19 primer año: 33 partidos, 2143', 2 goles
Sub 19 segundo año: 28 partidos, 1875', 17 goles
Tercera (2019): 4 partidos, 321', 2 goles

Primer equipo
Primera Oficial (2019-2022): en total disputó 61 partidos repartidos en 3112' (3 goles).
En 2019 debutó y participó de 24 encuentros, 1240' (2 goles).
En 2020 jugó 20 de los 37 partidos posibles, 705 minutos (0 goles).
En su regreso en 2022 disputó 17 partidos, 1160 minutos (1 gol). En esta temporada suma más minutos que en toda la anterior. 

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