COPA LIBERTADORES
El "Muñeco" logra un convencimiento pleno de los futbolistas, el equipo no pierde potencial pese a los cambios y la dirigencia lo respalda con absoluta firmeza.
River Plate está dulce. Y ese momento lo viene disfrutando desde hace largo rato, porque de la mano de Marcelo Gallardo logró construir una estructura muy sólida y un proyecto deportivo ganador por excelencia. Este ciclo, además, acaba de celebrar con entusiasmo y descontrol por las calles de Buenos Aires, el mayor de los sucesos: la victoria del 9 de diciembre de 2018 en Madrid ante Boca Juniors por la final de la Copa Libertadores. A este River fuerte, seguro y de buen juego, enfrentará Nacional este jueves.
Es momento, entonces, de repasar las cinco virtudes que muestra el equipo Millonario:
Un gran entrenador
No hay dudas. El punto inicial está en la conducción. Gallardo ha dado muestras sobradas de ser un técnico que pone la lupa en el rival y proyecta el partido con las diferentes situaciones de juego que le pueden plantear. Sus jugadores viven remarcando que el "Muñeco" les pasa una película anticipada de lo que luego se verá en la cancha. Analizar las virtudes del adversario y encontrar la fórmula para minimizarlas es un punto alto. Sin ignorar que su mensaje es siempre preciso. La idea no se abandona porque los jugadores están convencidos que eso les lleva al éxito.
Una identidad futbolística
Ese convencimiento que logra Gallardo sobre sus jugadores le permite imponer con facilidad un estilo de juego. El entrenador tiene, además, un poder absoluto sobre la manera en la que se desarrollan las tareas en las formativas, entonces, los jugadores van creciendo futbolísticamente con la idea del DT que los espera en Primera. Gallardo, aunque ha ido mutando en algunas cosas, lo que quiere es tener el control del juego y pensar siempre en el arco rival. Construye muchos ataques y no espera atrás.
No se debilita pese a las bajas
Se van jugadores, porque son transferidos. Se pierden algunos por lesiones o por culpa de la pandemia de coronavirus, pero el equipo no se resiente. El entrenador encuentra siempre la mejor solución y arma el equipo con jugadores que no le hacen perder el nivel. Buen ojo del DT, buen acople de los futbolistas. River se rearma con facilidad.
Respaldo de la dirigencia
Un aspecto muy importante. Gallardo manda. Y el poder se lo entrega la dirigencia que preside Rodolfo D'Onofrio porque se confía plenamente en la tarea que está desarrollando el técnico. Es cierto: es muy fácil confiar tanto cuando se trata de un entrenador que ha aportado una cantidad impresionante de títulos internacionales, pero tampoco es menor que no haya discusión alguna en la interna de la institución. El barco va hacia donde Gallardo quiere.
Arquero de Selección y jugadores de buen pie
Además de la voz de mando, de la inteligencia para plantear los partidos y del convencimiento pleno de lo que hay que hacer, River tiene un gran equipo. Empieza desde al arco, porque Franco Armani es arquero de Selección y como River propone y se expone a que le lleguen necesita un guardameta de esa categoría. Después, del medio hacia arriba le sobra talento. Muchos jugadores que pueden llegar al gol, que son capaces de desnivelar en la acción individual y que demandan cuidado especial. Sus laterales son prácticamente punteros y varios futbolistas son muy rápidos.