TRICOLORES
Vuelven Neves y Oliveros, pero el problema es la posición de Pablo García, si juega por la punta pierde poder de ataque y si va por el medio el equipo no tiene desborde.
Regresa Gabriel Neves en Nacional para enfrentar a Defensor Sporting (domingo, 21.45, Gran Parque Central) y, por donde se lo mire, es una gran noticia. El tricolor recupera al futbolista que le asegura prolijidad a la hora de salir jugando, un volante dinámico que cubre muy bien los espacios y un futbolista con buena pegada para las pelotas quietas y en movimiento. Sin embargo, difícilmente con él lleguen las soluciones a las grandes preocupaciones que tiene el tricolor.
La falta de generación en el último tercio de cancha —lo que afecta directamente la cantidad de situaciones de riesgo que se generan— es de lo que más ha adolecido el conjunto orientado por Jorge Giordano. Ese déficit lo ha tenido tanto con Neves en cancha como sin él. Y a decir verdad, Nacional no tiene en el plantel ningún futbolista capaz de cumplir esa función de lanzador, algo que sí por ejemplo podía ejecutar Rodrigo Amaral.
¿Cómo puede disimular este déficit el tricolor? La solución la puede aportar el propio Neves, poniendo en carrera a los extremos Brian Ocampo y Pablo García. Sería como volver a las viejas raíces del fútbol uruguayo con un 4-3-3 en el que Neves sería el tradicional “10”. La cuestión es que este esquema no le ha dado buenos rendimientos a Giordano, porque Pablo García rinde más jugando detrás de Gonzalo Bergessio que volcado a la punta. Entonces, ¿cómo parará el técnico al equipo?
Difícilmente retorne al 4-2-3-1, pero sí puede utilizar un 4-4-2 en rombo o, para ser más específicos, un 4-1-2-1-2, con Pablo García teniendo más terreno y libertad para moverse. Esto también le da a Ocampo la posibilidad de caer por sorpresa por el sector opuesto. Entonces, la conclusión es que Neves puede mejorar algo el rendimiento ofensivo, pero no todo, pues necesitará ayuda.
De cualquier manera, este no es el único problema. Otro está en la faz defensiva, principalmente en los laterales. Ante Cerro, con Armando Méndez jugando con perfil cambiado por izquierda, el albiceleste atacó por ese sector e hizo daño. Pero, en un caso similar a lo que ocurre en el medio, el retorno de Agustín Oliveros (luego de la suspensión por amarillas) al lateral izquierdo y el regreso de Méndez a la derecha, tampoco es garantía de nada, porque las bandas han sido un dolor de cabeza desde el inicio del Uruguayo 2020, cuando el técnico era Gustavo Munúa.
Nacional se queda a media agua en todo sentido, porque tiene problemas de contención por las bandas cuando lo atacan y los laterales aportan poco y nada ofensivamente. Entonces, es otro problema de difícil solución para el entrenador. Para peor, ante Cerro por ejemplo, Pablo García no colaboró nada en la marca y por eso a Méndez le hicieron más de una vez el 2-1. Y esto también puede afectar la decisión del esquema en el ataque, porque ante un equipo como Defensor, que tiene delanteros veloces por afuera, si Nacional no usa delanteros contra la raya solo podrá atacar por el medio.
Horas de estudio y definición para Giordano, que sufre el problema de la manta corta, pues si pone a Pablo García por la punta refuerza el lateral zurdo pero se limita en ataque y si lo coloca por el medio deja muy abierto el flanco izquierdo.