COPA LIBERTADORES
El tricolor da confianza en el fondo por lo que es capaz de mantener el cero en su arco, pero carece de peso ofensivo, al punto que hace tres partidos de Copa que no anota.
Ese cabezazo de Bruno Zuculini en tiempo de descuento pegó duro y puede ser decisivo, porque la victoria 2-0 de River Plate sobre Nacional puede ser demasiado para las aspiraciones del tricolor de avanzar a las semifinales de la Libertadores.
La responsabilidad el próximo jueves en el Gran Parque Central será entera de los tricolores, que no solo deberán anotar al menos dos goles, sino también mantener su arco en cero. Lo primero parece más difícil que lo segundo.
Empecemos por lo defensivo. El tricolor apostó una vez más a un esquema 4-1-4-1 que le permitiera frenar al rival —de mayor categoría individual, sin dudas— y le salió bien se puede decir que hasta ese cabezazo tan decisivo como polémico de Zuculini, por más que ya en la madrugada aparecieron algunas imágenes televisivas que podrían permitir pensar que el gol fue bien convalidado.
Por lo tanto, de local y ante un River que llegará con una ventaja bastante buena, es posible que logre mantener su arco cerrado. La cuestión es que este Nacional no parece tener el peso ofensivo necesario como para anotarle dos goles a River Plate.
En los últimos tres partidos de Copa el tricolor no convirtió. Sus últimos tantos fueron en el 2-0 sobre Alianza Lima en el GPC, un equipo peruano que recordemos descendió en su país.
Dirigido por Jorge Giordano, Nacional solo ganó dos partidos por dos goles o más: el ya citado al conjunto incaico, el 3-0 a Defensor Sporting y el 2-0 al River Plate criollo. Justamente en este último juego fue que Gonzalo Bergessio anotó su último gol y cuando el capitán no la mete, es bravo encontrar a alguien que lo haga. El último que lo hizo fue Santiago Rodríguez ante el darsenero para el 2-0.
Lo positivo para Nacional debe buscarse por el futuro que tiene en defensa. Ayer la línea de cuatro estuvo integrada por Armando Méndez (24 años), Matías Laborda (21), Renzo Orihuela (19) y Agustín Oliveros (22). El promedio de edad del fondo fue de 21,5 años y le plantaron cara a uno de los gigantes del continente.
La mala noticia, al menos en lo inmediato, es que Méndez y Orihuela (quien ya fue vendido al Grupo City) difícilmente estén para el clásico y para la vuelta.
Posible línea de cuatro para el clásico
¿Cómo puede ser la defensa de Nacional en el clásico ante las lesiones de Orihuela y Méndez? Pasaría Laborda al lateral derecho y Oliveros a la zaga, entraría Vinicius y Cougo iría a marcar la banda izquierda.
Giordano ya sabe cómo frenar a los rivales, pero ahora el gran desafío que tiene por delante es cómo atacarlos y vencerlos. La tarea no parece sencilla y el tiempo no le sobrará.
Eso sí, a Nacional nunca se lo puede dar por vencido y si alguien lo sabe, ese es Marcelo Gallardo.