TORNEO APERTURA
El juvenil, que debutó ante Danubio como titular, jugó 60 minutos en el lateral derecho con un impresionante desdoble; y Bergessio hizo de las suyas otra vez.
Un pequeño gran hombre. Eso fue anoche en el Gran Parque Central el juvenil Alfonso Trezza. El floridense, que cumplió la mayoría de edad hace tres meses, debutó ante Danubio en la titularidad. Fue la sorpresa de Gustavo Munúa, que necesitaba cambiar las bandas y lo hizo, pero nadie esperaba que Trezza saliera entre los once.
Y enseguida se convirtió en protagonista, porque en la primera jugada, cuando iban sólo 40 segundos, mandó un centro que rechazó el arquero Ichazo, la pelota dio en el paraguayo Domínguez y se metió en su arco. Nacional se ponía en ventaja antes del minuto de juego y el pequeño gran hombre había tenido que ver para encaminar lo que sería una victoria por 2-0.
Trezza, ubicado por la derecha de los tres futbolistas de ataque que Munúa coloca detrás de Gonzalo Bergessio, parecía querer hacer todo en los primeros minutos, seguramente porque era su primera vez como titular. Aunque en realidad esa velocidad, ese ida y vuelta, ese desgaste y esa solidaridad en la marca son parte de las características del juvenil que supo ganar la Copa Libertadores Sub 20 hace dos años.
Pero lo mejor de Trezza comenzó a verse a la media hora, cuando Armando Méndez recibió dos amarillas seguidas y tuvo que dejar la cancha. Es que por ese sector atacaba constantemente Danubio que, lejos de amilanarse con el gol en contra con que prácticamente salió del vestuario, fue más que el tricolor en los primeros 45 minutos.
Los dos entrenadores necesitaban cambiar para el partido de anoche. Nacional venía de un empate 1-1 con Defensor Sporting donde los violetas merecieron más. Y Danubio de perder por primera vez en la era Ramos ante Liverpool. Ambos llegaron con variantes. Las de Ramos en la mitad de la cancha; las de Munúa en las bandas, el sector que más preocupado lo tenía y donde Armando Méndez y Oliveros ocuparon los lugares de Suárez y Cougo.
Pero Méndez se fue expulsado y Trezza pasó a ocupar su lugar en el lateral derecho. En ese momento parecía que iba a dar una mano allí hasta que terminara el primer tiempo y el entrenador mandara algún cambio. Pero no, Munúa se la jugó por Trezza y no lo decepcionó. Todo lo contrario. Mostró un desdoble impresionante.
Trezza es un ejemplo más de la buena cantera tricolor. Llegó a Nacional desde su Florida natal donde defendía a Atlético para jugar en la Preséptima. Pero su camino en las formativas tricolores nunca fue sencillo. Muchas veces se quedó sin jugar porque lo consideraban muy pequeño. Es más, durante sus primeros años en el club albo iba y venía todos los días hasta Florida. El apoyo familiar lo ayudó a no bajar nunca los brazos. Y empezó a ver los resultados.
Fue campeón de la Copa Libertadores Sub 20 y el año pasado fue figura en Tercera División. Pero fue de la mano de Gustavo Munúa que llegó a Primera División.
El segundo tiempo fue diferente para Nacional. Ya no sufrió como en los primeros 45 minutos donde Danubio tuvo varias oportunidades de empatar. No pudo hacerlo por falta de puntería o porque Sergio Rochet volvió a responder con seguridad en el arco tricolor.
Además, como no podía ser de otra manera, Gonzalo Bergessio anotó el segundo gol para darle tranquilidad a los suyos y desmoronar el ánimo de los rivales, que no pudieron repetir lo bueno del inicio. Esta vez fue el propio Bergessio el que inició la jugada y tras una pared con Santiago Rodríguez, marcó su décimo gol en el torneo.
Nacional tenía que ganar para estar en lo más alto de la tabla y preparar bien el partido del jueves por la Libertadores frente a Racing. Y lo hizo. Pero el que se fue más felicitado y abrazado por todos fue Alfonso Trezza, el pequeño gran hombre.