TRICOLORES
Ya van tres partidos seguidos en los que los tricolores no pueden ganar y la misma señal se repite: si le convierten, entonces es mucho más complejo que se lleven los tres puntos.
El bajón futbolístico de Nacionalse puede explicar con nombre y apellido. Cuando Felipe Carballo no tiene un buen día, el equipo, por lo general, pierde sintonía, es irregular, sufre en los contragolpes y se adueña de la inconsistencia. Eso le pasó en los últimos tres partidos por el Clausura y se repitió en el choque frente a Rampla por Copa AUF Uruguay, cuando, sin el mediocampista en cancha, perdió 3-0.
Aunque sigue primero en todo y con números ampliamente superiores al resto, Nacional no puede dormirse. Su funcionamiento, de a poco, comienza a deslizar algunos puntos flacos que evidencian una baja en el rendimiento en comparación al primer semestre, que incluso ha reconocido el DT Pablo Repetto. Esa misma caída lo llevó a cerrar los últimos tres fines de semana con empates. “Hay que tener la autocrítica porque no repetimos los partidos que habíamos hecho antes”, dijo tras la igualdad ante Cerro Largo.
Se puede ir puesto por puesto y el problema también se encuentra en otras líneas. Es cierto, Franco Fagúndez, en la delantera, no está igual de fino que en el Torneo Apertura e Intermedio, y Leo Coelho, en defensa, dejó de ser la garantía que era antes, con Nicolás Marichal a su lado, por nombrar dos casos. Pero los lazos del juego siempre pasan por Carballo y es allí donde el equipo encuentra sus principales (des)conexiones.
¿Qué dicen los números?
Además de una Carballodependencia, Nacional está teniendo, desde el partido clásico con Peñarol, dificultades para dejar el arco cerrado. Desde entonces, por el Uruguayo, solo pudo mantener el cero una vez, cuando venció por un gol a Boston River.
Lo que era la base del equipo de Repetto hoy se convirtió en una falencia. La valla invicta que tomó protagonismo, pasado el tiempo, empezó a agujerearse.
El equipo en defensa ya no es el que arrasó en el Intermedio y recibió un solo gol en ocho partidos -incluida la final-. Tampoco es aquel que se acostumbró a ganar a base de no recibir goles, como lo hizo en todos los partidos del Torneo Apertura en los que sacó un triunfo.
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El presente marca que a Nacional le convirtieron siete tantos en 11 encuentros. No es alarmante. Sin embargo, ya van tres partidos en los que no puede ganar y la misma señal se repite: si le convierten, entonces es mucho más complejo que gane.
Estar en una situación así -recibiendo goles en tres partidos seguidos era algo que no le pasaba al tricolor desde la cuarta, quinta y sexta fecha del Apertura, cuando le marcaron Peñarol, Montevideo City Torque y Wanderers.
Ahora, que el equipo parece haberse tomado una siesta en algunos sentidos, y en un pestaneo sus rivales se le acercaron, Repetto tendrá que volver a buscar la fórmula que devuelva la versión del Nacional efervescente desde la vuelta de Luis Suárez.
Antecedente
No recibía goles en tres partidos seguidos desde la cuarta, quinta y sexta fecha del Torneo Apertura.
INTERMEDIO. Se mantuvo con el arco en cero en siete de los ocho partidos que jugó, incluida la final ante Liverpool.
CLAUSURA. Lleva tres empates consecutivos, pero se mantiene primero y con ventaja en la Anual.