ENTREVISTA
El director técnico habló sobre el estilo de Pablo Repetto en Nacional, se mostró con ganas de volver a dirigir y dijo que la hinchada lo ayudó a ganar clásicos.
“Papá, ¿por qué ahora no te vestís más de fútbol?, ¿por qué no vas más a trabajar?”. Las preguntas se repetían cada día. Surgían de la inocencia de una niña de cinco años que no entendía por qué. Por qué si cada mañana su padre se iba y volvía con el mismo uniforme de trabajo de pronto ya no lo hacía más. Por qué de un día para otro podía llevarla y traerla siempre al colegio. Por qué de golpe pasaba más tiempo en casa. Aunque no lo viera mal, a la hija deMartín Ligüera le costaba entender la razón.
Al exfutbolista no le quedó más remedio que explicarle. La charla la tuvo a comienzos de diciembre de 2021, cuando Nacional le comunicó que ya no seguiría siendo el entrenador: “Los gurises sintieron la salida del club. Yo andaba todo el día vestido de Nacional”.
“Si bien hay una diferencia entre ser jugador y técnico, la exposición es más o menos la misma. Nunca pude medir la diferencia entre estar en el mecanismo del fútbol y estar afuera. Ahora lo veo y el cambio es abismal. Yo tenía muy poco tiempo para estar en casa, tanto como jugador o entrenador. No podías programar nada”, reconoció en diálogo con Ovación.
Ligüera está por cumplir 42 años y sigue con la pelota abajo del pie. Entre semana observa los entrenamientos de sus hijos en el baby, los sábados de mañana juega en la Liga Universitaria de Montevideo y el domingo se calza los botines para jugar al papi fútbol con los veteranos del colegio.
Disfruta, además, de mirar partidos, sigue atento a las novedades deportivas de Nacional, pero también se deja un tiempo para los amigos, las series y los cumpleaños. “El fútbol te hace perder de muchas cosas que están pasando. Estás en una burbuja que no te deja ver”. Todo eso cambió: “Mi vida social aumentó en un 80% de lo que era antes. No paro de tener cosas”, aseguró.
Como padre, se parece mucho al técnico que despegó en la Tercera tricolor y se ganó la confianza de José Decurnex para sustituir a Alejandro Cappuccio en agosto de 2021.
“Me considero un padre bastante exigente con los valores, pero después soy normal. En el tema del estudio, tengo la responsabilidad de ver que se ocupen de las cosas, pero no soy un psicópata con la nota. Con los valores no transo y soy igual que cuando dirigía en la Tercera (División). Prefiero exigirles más y que tengan un respaldo con la educación antes que con el fútbol. Yo escucho a mucha gente decir: ’Estudiá, así tenés otra chance si te va mal en el fútbol’. No, no; estudiá primero y después fíjate si en el fútbol tenés alguna chance”.
Es la primera vez que se siente libre en 25 años. Si quiere planificar un viaje, lo hace y no aparecen motivos deportivos que lo obliguen a cancelarlo. Lo mismo cuando decide viajar a Florida para ver a su madre o a sus hermanos.
Pero, de a poco, a Ligüera le ha vuelto a picar el bichito. Se tomó unos meses de descanso para ser más padre que entrenador, a pesar de ser tentado con ofertas del exterior. Sin embargo, ahora extraña esa “adrenalina” que le dejó el fútbol profesional después de tantos años. “Estuve toda la vida en eso. Siempre en equipos con la exigencia de tener que estar ahí y ganar. No alcanzaba con un partido, después empatar dos, perder uno e irla llevando. Tenías que ganar todos los partidos y extraño esa exigencia. Creo que también necesitaba un poco de esto, para vivir otro tipo de cosas, porque desde los 16 años que empecé profesionalmente no paré”, confesó.
Su salida
El cese de Ligüera se concretó días antes de la asunción de José Fuentes en la presidencia de Nacional a fines de 2021. La decisión se la comunicó el entonces mandatario, José Decurnex, a quien le guarda cariño y respeto por la relación que construyeron, según explicó: “En el club yo estoy agradecido por cómo se manejaron conmigo mientras estuve ahí. Sobre todo con José Decurnex me quedó una sensación muy buena del manejo. Tuve una química muy buena. Él se manejó de una forma que me encanta. Creo que también le gustó la forma en la que yo me manejé, en el error o en el acierto. Fui claro y siempre hice lo que pensaba, no se dio el campeonato (2021) y después, obviamente, queda como que no sirvió nada porque las reglas en los clubes grandes son así”.
Y continuó. “Estoy muy contento con lo que se empieza a ver ahora: con un (Nicolás) Marichal vendido, que si bien debutó con Jorge (Giordano), le dimos la posibilidad de jugar las finales aquellas (contra Rentistas en abril de 2021); con lo de (Franco) Fagúndez hoy, que nosotros lo subimos y no le dimos más minutos porque no era el momento; con lo de Joaquín Sosa, que lo hicimos debutar en la (primera) final (contra Rentistas) y hoy está vendido. No es ponerme mérito, es una realidad que a veces no se dice, pero nosotros estamos muy contentos con el trabajo que hicimos en juveniles porque en Primera quedó el resultado”.
El futuro
Está dispuesto a dirigir un equipo de Primera División, que no necesariamente sea Nacional. ¿El requisito? Sentirse convencido “ en todo sentido” para dar el sí. “Por suerte me ha sonado el teléfono. Si bien estoy con esas ganas de volver a trabajar y esperando una posibilidad, no estoy con el desespero de decir ‘mañana me llaman y agarro’. Un equipo me llamó en febrero, pero yo recién había salido de Nacional y quería pasar un tiempo con mis hijos, hacer un viaje que nunca pude y disfrutar del esfuerzo de toda la carrera”, contó Ligüera.
El clásico
Como entrenador, dijo sentirse identificado con el estilo de juego de Nacional bajo la conducción técnica de Pablo Repetto. Vio con buenos ojos la llegada de Luis Suárez, que fue compañero suyo durante su primera etapa en el club, y recordó que en alguna oportunidad la hinchada lo ayudó a ganar el clásico. “Lo veo muy bien a Nacional. Me gusta mucho el estilo. No es un equipo que toca por tocar, es muy agresivo, va por afuera, cuando tiene que ser directo es directo y cuando tiene que atacar organizado lo hace. Está empleando formas de jugar de acuerdo a cómo está el momento del partido y eso a mí me encanta”.
Acerca de Suárez, dijo que lo nota “competitivo” y “disfrutando”. “Son pocos los que tienen el coraje de tomar la decisión de venir a Uruguay. Va a quedar marcado para la historia que Luis vino”.
Y sobre el clásico del domingo, añadió: “Cuando fui jugador y entrenador de Nacional hubo partidos en los que la gente ayudó mucho en el resultado. Vos sentís esa energía y de repente vas perdiendo 1-0, empatás el partido faltando 10 minutos y en cada córner, en cada ataque, parece que la pelota se va a meter para adentro con la gente. Acá en Uruguay es todo mucho más emocional. Tuve la suerte de jugar clásicos en Paraguay, Perú y Brasil, pero como acá no lo he vivido en otros lados”.