RECUERDO
El "Principito" brilló en Danubio, Lazio, Inter de Milán, la selección uruguaya y Nacional, pero lo que hizo aquella vez en Brasil por la Copa América 1989 fue memorable.
"¡Alegría, alegría!". Cada vez que Ruben Sosa llegaba a Los Céspedes en su auto, pasaba por al lado de los presentes y gritaba esa palabra repetida luego de bajar el volumen de la radio, la que prácticamente hacía saltar el techo.
? ¡Feliz cumple, Sosita!
Producto genuino de nuestra cantera y uno de los máximos exponentes de #LaUniversidadDelFútbol? en el mundo.
? ¡Dejale tu saludo al “Peter”!? pic.twitter.com/gjSZGr0RPT
— Danubio Fútbol Club (@DanubioFC) April 25, 2020
Este sábado 25 de abril Ruben, el "Principito" o "El Peter" cumple 54 años. Paseó su talento por las canchas uruguayas con las camisetas de la franja, la tricolor y en algunos partidos la de Racing, pero también internacionalmente, ya que muy joven (19 años) se fue al Zaragoza de España, luego a Lazio de Italia, a Inter de Milán, el alemán Borussia Dortmund, el español Logroñés, el chino Shanghai Shenhua y sobre todo a la selección uruguaya.
Disputó 46 partidos y anotó 15 goles vestido de Celeste. Fue clave para que Uruguay clasificara a Italia 90. Aquel seleccionado dirigido por el maestro Tabárez disputó las Eliminatorias ante Perú y Bolivia y de la mano de su talento, ya sea con goles, corridas o habilitaciones, Uruguay certificó su presencia mundialista.
Ese 1989 en el que se jugaron las Eliminatorias (era en grupos y se definía en cuestión de semanas) fue un gran año para Ruben Sosa, que había comenzado con la Copa América en Brasil, de la que Uruguay fue vicecampeón al caer en la final con el anfitrión.
Sosa logró un nivel magnífico, al punto de haber sido elegido el mejor jugador de la competencia. Su performance más importante fue el 14 de julio, en la semifinal ante Argentina, que con Diego Maradona en su apogeo y como campeona del mundo partía como favorita.
Nery Pumpido parecía imbatible. Uruguay había sorprendido y llegaba constantemente a posiciones ofensivas, pero siempre se encontraba con la férrea defensa del arquero albiceleste, que se había transformado en figura.
Sin embargo, el "Principito" logró batirlo dos veces, con un primer gol de fútbol sala, pues hizo un enganche magistral para dejar revolcado a Pumpido y rematar con el arco vacío.
El segundo tanto fue, sencillamente, una obra maestra. Comenzó su carrera en campo propio y por la izquierda, aguantó el forcejeo con Clausen, también el intento por frenarlo del defensor con un puntapié mientras desde el banco Carlos Bilardo le gritaba que lo bajara y definió picando la pelota ya entrando al área y ante la salida del arquero.
Fue quizás su mejor gol con la camiseta uruguaya. Hoy, en el cumpleaños número 54 de quien fuera un extraordinario futbolista, el saludo y el recuerdo de aquella epopeya para meter a Uruguay en la final de la Copa América 1989.