DEFINICIÓN
Virtudes del tricolor: un buen período de pases, generar un equipo unido más allá de las individualidades, respetar los roles y la paciencia con Pablo Repetto.
Nacional es el merecido campeón uruguayo de la temporada 2022. Fue el equipo que mejor hizo las cosas en este año en el fútbol local y los resultados lo avalan. Ayer se quedó con el título tras vencer a Liverpool en alargue por 4-1, con doblete de Luis Suárez-la estrella del partido- y con otros dos goles de Emmanuel Gigliotti.
Empezó ganando desde el período de pases, con elecciones acertadas de jugadores que respondieron; la directiva esperó al entrenador Pablo Repetto cuando el equipo no tuvo un buen inicio, también cuando no ganó el Apertura; el presidente José Fuentes fue gran responsable de la llegada de Luis Suárez al fútbol uruguayo y le dio al plantel un salto de calidad; el Pistolero lejos de venir como un estrella tuvo gestos que hablaron de su humildad (como respetar la capitanía de Sergio Rochet) y el equipo fue eso: un equipo.
Un equipo donde hubo líderes silenciosos, que aportaron desde su rol, sin importar tener pocos minutos o quedar relegados, como pasó con Emmanuel Gigliotti, quien era el goleador cuando llegó Suárez y se “bancó” pasar a ser el suplente número uno. O con ejemplos de liderazgo, como el de Martín Rodríguez -que muchas veces parecía el ayudante técnico de Repetto por todas las indicaciones que daba- o el de Mario Risso, que fue de los defensas que menos jugó, pero siempre con un mensaje positivo, puertas adentro y también hacia el afuera, con sus publicaciones en redes sociales y con sus declaraciones.
Nacional es el justo campeón porque tuvo al mejor futbolista del Uruguayo, como Felipe Carballo. Ese volante moderno, con una edad y madurez que lo hacen sobresalir y que generó, por ejemplo, que el Pistolero lo destacara en una de las últimas conferencias al decir que tiene nivel europeo, o nivel de selección, como lo dijo en más de una vez puertas adentro de la Ciudad Deportiva de Los Céspedes. Ese lugar que Nacional se ha preocupado por invertir, y que se refleja en los comentarios de los jugadores de élite que han venido a jugar en los albos en los últimos tiempos.
Nacional es el justo campeón porque tuvo al mejor arquero del certamen, ese que en algunas ocasiones le dio el triunfo al tricolor fruto de sus atajadas. No es un dato menor saber que Sergio Rochet será el arquero de Uruguay ni más ni menos que en un Mundial. Y los Bolsos se dieron el lujo de tener en su 11 a dos jugadores titulares de la Celeste.
Nacional es el justo campeón porque tuvo a los laterales más destacados del torneo, como José Luis Rodríguez y Camilo Cándido, y a un suplente (no tan suplente) de lujo como Leandro Lozano.
Nacional es el justo campeón porque tuvo una defensa sólida, con Leo Coelho como abanderado, con Nicolás Marichal que pudo plasmar en la cancha todo lo bueno que sus entrenadores hablaban de él -a tal punto que fue vendido en una muy buena cifra-, lugar que luego tomó Mathías Laborda y mantuvo la fortaleza.
Nacional es el justo campeón porque contó con una de las revelaciones del campeonato, como Franco Fagúndez, y con un jugador que genera muchísimo, como Alfonso Trezza, pese a todas las críticas que suele recibir.
Claro que llegar al objetivo no fue fácil y hay que aplaudir lo que hizo Liverpool, el segundo mejor equipo del Campeonato Uruguayo, que mostró cómo se puede dar pelea con un plantel de menor presupuesto. Su premio fue clasificarse por primera vez en la historia directamente a la fase de grupos de la Copa Libertadores y haberse quedado con el Apertura. Destaque aparte para Jorge Bava, un DT que ilusiona al fútbol uruguayo en el futuro, como Marcelo Méndez o como Ignacio Ithurralde.
No hubo lluvia ni frío que opacara el festejo de los tricolores, que se sacaron las ganas de gritar campeón nuevamente en un siglo que los tiene como claros dominadores en el fútbol uruguayo y como principales representantes del país en la Copa Libertadores.