AURINEGROS
El aurinegro tiene aún chances matemáticas de ir por el Campeonato Uruguayo, pero la prioridad -coinciden sus directivos- es clasificar directo a la Copa Libertadores.
La situación deportiva de Peñaroles particular. Está cerca de ganar la primera Copa AUF Uruguay de la historia, pero no era su prioridad al iniciar el año. Tiene chances matemáticas de levantar el título del Clausura, pero tampoco es el principal objetivo que señalan ahora sus dirigentes. Por otro lado, la Tabla Anual ya es historia, pero la pelea matemática por el Uruguayo continúa, aunque parece haber perdido peso.
¿Qué le queda por hacer entonces? ¿Se tiene que conformar con clasificar a la Copa Libertadores? ¿Es prioridad la Copa AUF? ¿Salva el año con alguno de esos escenarios?
Antes del cierre de temporada Peñarol jugará al menos seis partidos, que pueden extenderse a siete si avanza a la final de la Copa AUF, o incluso a más si llega a la definición del Campeonato Uruguayo.
En el mejor de los escenarios, quedará en la historia por ser el primer campeón de una competencia que nucleó a un total de 76 clubes entre Primera, Segunda, Tercera y Cuarta División, así como también equipos afiliados a la Organización de Fútbol del Interior (OFI).
Pero de no conseguirlo y tampoco finalizar primero en el Torneo Clausura -que lo mantiene a seis puntos de distancia del líder Nacional-, será un cierre de año sin conquistas.
En ese sentido, para Guillermo Varela, consejero del club, así Peñarol sea el primer campeón de la historia de la Copa AUF, ese eventual título no significará “ni siquiera un premio consuelo” por la magnitud del certamen. Así lo explicó a Ovación: “No hemos tenido un buen remate de año deportivo. No salva ni cerca. Sería casi que una obligación (ganarla) y por lo menos un gesto para empezar a pensar que las cosas se pueden revertir y dar vuelta, pero nada más que eso. Ni siquiera es un premio consuelo”.
Con él coincidieron el vicepresidente Eduardo Zaidensztat, quien recalcó que si bien ganar una primera copa “siempre es importante”, Peñarol “merece otra cosa”, y el dirigente Rodolfo Catino, que subrayó que “bajo ningún punto de vista puede salvar el año una copa en la que jugás contra cuadros de la ‘B’ y ‘C’”. “Estamos en Peñarol. Ya hemos bajado tanto el nivel que nos conforma cualquier cosa”, aseguró.
Jorge Nirenberg, prosecretario de la institución, fue algo más cauto al ser consultado sobre este tema. En su análisis, valoró el trofeo como algo “bueno para el club”, aunque reconoció que no tiene el peso de otros. “Como hincha de Peñarol, con 55 años de socio y ahora como consejero, siempre que hay una copa nueva y podemos ganarla por primera vez, como dice la canción que canta la hinchada, es bueno para el club. Lógicamente que hay copas que tienen más valor, pero todas son valorables. Para mí sería un orgullo ganarla por más que tenga más valor salir campeón uruguayo. Peñarol tiene que ganar todas las copas en las que participa. Por la camiseta, el honor y el respeto a los hinchas, y los jugadores siempre dar lo mejor de sí”.
Entre los objetivos fijados para lo que resta del semestre, los dirigentes coincidieron en que la prioridad es sumar la mayor cantidad de puntos posibles en el Clausura para clasificar directamente a la Copa Libertadores. Al mismo tiempo, recordaron que el aurinegro todavía tiene chances matemáticas de pelear el Uruguayo, a pesar de que la tabla lo muestre lejos de la punta: “Todavía no conseguimos un nivel futbolístico que dé la pauta de que podamos llegar a pelear el Clausura. Si viniera, sería una sorpresa positiva”, subrayó Varela.