PEÑAROL
El lateral de Peñarol ya fue bicampeón con el aurinegro a sus 21 años y asegura que su temporada en España fue muy importante: “Salir al exterior me hizo madurar mucho”.
"Yo cuando era chico le decía a mi padre que quería jugar en Peñarol, pero lo que no sabía era que había juveniles entonces pensaba: ‘pah, tengo que esperar muchísimo para estar ahí’”, recuerda hoy Ezequiel Busquets con cierta vergüenza ante su inocencia infantil.
Lo que nunca imaginó el lateral de Peñarol es que los tiempos para llegar al club de sus amores iban a ser mucho más cortos de lo que él pensaba y que con solo 17 años iba a estar debutando en el plantel principal de una institución con la que a sus 21 ya es bicampeón del Uruguayo.
“Fue algo que no me lo esperaba. De un día para el otro me llaman y estaba jugando y fue una experiencia tremenda para el aprendizaje. Pensás y decís que fuiste dos veces campeón, con el club que uno más quiere y con el club más grande de Uruguay es un logro tremendo y un gran orgullo para uno mismo”, afirma el lateral que llegó al club con 14 años, junto a Kevin Lewis, luego de enfrentar al aurinegro en un amistoso defendiendo la camiseta del San Vicente de Chuy.
Llegó al club para jugar como volante o de “10”, pero fue Alejandro Cappuccio quien lo colocó en el puesto con el que iba a terminar debutando en la Primera: “Lo tuve en Sexta y me dijo ‘vos por el despliegue tenés que ser lateral’”, recuerda Busquets y lo cierto es que el técnico no se equivocó.
Entre 2018 y 2019, Busquets disputó 12 partidos por año en el plantel principal de Peñarol, pero no logró ganarse el puesto de la forma esperada y, en parte, sabe qué fue lo que ocurrió: “No asentarme va en parte por la edad que tenía y la madurez de ese momento. Pasa el tiempo, uno crece y aprende de lo que pasó”.
Y lo que jugó a favor para la madurez fue su pasaje por el Marbella de España. “El salir afuera me hizo madurar mucho más y ver otras cosas. Tal vez cuando uno va lo hace para quedarse toda la vida, para mí fue ir, vivir la experiencia y aprender de los errores que tuve. Mi novia, la familia y mi representante también fueron importantes para ir madurando y creciendo para ver cosas que antes, cuando era más chico, no las veía”, analiza el lateral que durante su pasaje por el Viejo Continente mantuvo el vínculo con Brian Rodríguez mientras este jugaba en el Almería.
Y fue esa madurez también la que lo llevó a superar un momento muy complicado en su carrera: el tiempo sin jugar. “Fue difícil porque cuando termina la temporada en España sabía que el equipo ya iba a estar armado. Entonces hablé con Mauricio Larriera, me explicó la situación y los dos nos entendimos. Gracias a la cabeza, a estar tranquilo y a entrenar logré una estabilidad y esperar el momento”. Parte muy importante en eso fue Grisel, madre de Diego Rossi y psicóloga deportiva que lo acompañó en todo el proceso que lo tuvo seis meses sin jugar un partido oficial.
La "sorpresa" de llegar al Viejo Continente
"Ya veníamos hablando de una posible salida y yo nunca pensé que podía ser España entonces por ahí me tomó de sorpresa, pero lo tomé como un buen desafío. Me costó un poquito porque no es fácil llegar y asentarte, cuando en realidad no había podido asentarme en Uruguay, pero me ayudó muchísimo y la verdad que agradezco ese paso por ahí y esperemos algún día volver y mejor que antes", añadió quien disputó 18 partidos y 13 de ellos como titular.
De todas maneras, volver a jugar en Peñarol lo volvió a poner en un lugar muy importante porque Larriera lo hizo rotar en el lateral y terminó marcando uno de los penales ante Plaza Colonia el día que logró su segundo Campeonato Uruguayo.
“Aprendí mucho de mi paso anterior en Peñarol y sé que acá hay que ser directo, consistente y estar seguro de uno mismo, me acordé de todo eso y fui”, sostiene consultado sobre la decisión de su remate.
Previo al mismo se dio un “cruce” con Santiago Mele, el arquero Pata Blanca, y Busquets lo recordó de la siguiente manera: “Yo soy una persona a la que no le gusta que le digan cosas en la cancha. Él me miraba y me decía ‘te como, te como’ y por dentro pensaba ‘ni loco, te como yo a vos y voy a hacer el gol’. Lo terminé haciendo y después todo el desahogo en el grito, pero no es nada personal con él”, aunque admitió: “Quedará como anécdota. Voy yo 1-0 arriba”, en caso de que el arquero termine recalando en el club ya que es una de las posibles altas aurinegras.
“Todavía no han hablado nada, pero hay posibilidad de seguir”, admite consultado sobre su continuidad en el club. El presidente aseguró que lo quiere, por lo que Busquets puede tener la chance de volcar toda su madurez al plantel mirasol.
Gio y Mono: más compañeros que "rivales".
"Con Gio (González) tengo tremenda relación. Él está desde que antes subiera a Primera y siempre nos llevamos bien. Cuando me fui me escribió una carta muy linda y espero que se le dé la chance de emigrar porque es tremenda persona y jugador”, expresó respecto a quien fue el lateral derecho titular durante varias temporadas en Peñarol.
"Para un joven tener un referente como el Mono que jugó mundiales y que lo veía por televisión es más que nada un aprendizaje de las cosas que hace dentro, pero también las de fuera de la cancha porque llegó donde llegó por el cuidado y no solo por lo deportivo”, añadió respecto a Maximiliano Pereira.