COPA SUDAMERICANA
Luego de 18 meses, 5.000 fanáticos de Peñarol serán los primeros en volver al estadio y por eso Ovación fue en busca de historias de esos hinchas privilegiados que consiguieron su entrada.
Pasaron 18 meses para que los estadios de Uruguay vuelvan a latir con la pasión del fútbol. La pandemia del coronavirus tocó la puerta de nuestro país en marzo del años pasado e inmediatamente dejó los estadios vacíos.
Durante ese lapso se terminaron los cánticos, los abucheos, las ovaciones y los insultos. Todo. Los gritos de gol fueron sustituidos por apenas un puñado de dirigentes, los únicos habilitados a concurrir a los escenarios deportivos.
Sin embargo, la espera terminó. Al menos simbólicamente, porque Peñarol será este miércoles el primer equipo uruguayo en recuperar el aliento en las tribunas.
Serán 5.000 los fanáticos que podrán ingresar al Campeón del Siglo para apoyar a su equipo ante Sporting Cristal por los cuartos de final de la Copa Sudamericana. En condiciones normales, claro está, el estadio hubiera estado repleto. Sin embargo, en este contexto el retorno del público adquiere un significado histórico.
Por ese motivo Ovación fue en busca de historias de hinchas, esos privilegiados que serán los primeros en regresar a la cancha.
"La ansiedad que manejo es increíble"
Sebastián Garaza tiene 27 años. Maneja un Uber y estudia mecánica. No resulta raro entender su fanatismo. Su propio estado de WhatsApp lo deja en evidencia: "Club Atlético Peñarol". Mañana estará en la tribuna Gastón Guelfi.
"Fue algo curioso. La verdad me parecía imposible conseguir entrada, porque son solo 5.000 y a eso hay que descontarles las de los palquistas y butaquistas. Apenas se habilitó entré a la aplicación a ver su la podía canjear y se me trancó. Probé de vuelta y, no me preguntes por qué, me dijo que había quedado habilitado. Increíble. Le cuento a mis amigos y no lo pueden creer", relató.
Sebastián es socio de 2007. No pudo ir al último partido con público (ante Jorge Wilstermann el 11 de marzo de 2020), pero no recuerda cuándo fue la última vez que estuvo en la tribuna alentando. "No sé cuál fue el último. Pasó tanto tiempo que no lo tengo claro", indicó.
Pero ahora la espera terminó: "Lo que extrañaba esto y la ansiedad que manejo es increíble".
Los 18 meses frente al televisor fueron demasiado para Sebastián. "Era como estar en el estadio, pero a los gritos en casa", contó entre risas.
Lamenta no haber podido estar en los clásicos, principalmente en los de Copa Sudamericana. Justamente respecto al torneo continental, Sebastián confesó que tiene fe ciega en el plantel. "Creo que el rival más difícil de la Copa está en el ganador de la llave que tiene: Liga de Quito o Athletico Paranaense".
Sebastián está feliz y se nota. No lo puede disimular. "Peñarol es todo, alegría, tristeza. Si gana en la semana la pasamos bien y si pierde la pasamos mal", subrayó.
"Peñarol es una parte de mi vida"
Michelle Nathan tiene 26 años y estudia Medicina, pero todo el día piensa y habla de Peñarol. No poder ir a la cancha fue una de las cosas que más le costó aceptar durante la pandemia de coronavirus pero este miércoles tendrá el esperado regreso al Campeón del Siglo.
Pero conseguir la entrada no fue tan fácil: "Fue a través de la app TCAP, después de infinitos intentos. Empecé a las 14:00 en punto con el canje, logré llegar dos veces a la selección de tribuna (último paso), y se caía. Sobre las 15:00 me rendí, hasta que me llegó el mensaje de un amigo que había conseguido (alrededor de 15:20). Volví a intentar, y tengo mi entrada. No pude canjear tribuna Damiani, que es a la que acostumbraba a ir, pero lo importante es estar ahí".
"Todavía no caigo que tengo entrada y que después de un año y medio de sentir que me falta algo, vuelvo a la cancha. Sin dudas va a ser una locura. Hay que dejar a un hincha de Peñarol sin alentar en vivo tanto tiempo...", agregó.
Pasaron 18 meses para que Michelle vuelva a la cancha y precisamente la última vez que asistió al Campeón del Siglo fue en el último encuentro del carbonero que tuvo hinchas: "El 11 de Marzo del 2020, Peñarol-Jorge Wilsterman por Copa Libertadores. Lluvia torrencial. Ganamos 1-0. Nadie sabía que era nuestro último partido con público...", recordó.
Durante la pandemia hubo que aguantar los trapos desde casa, en familia y algunas veces entre amigos, dependiendo de la situación sanitaria del Uruguay, pero Michelle nunca dejó de ver al equipo de sus amores: "Lo seguí siempre por televisión. Generalmente desde casa y en familia, siempre respetando las cábalas que, por supuesto, no se cuentan (risas)".
La pasión por el carbonero nació antes que ella y así lo cuenta Michelle: "Peñarol es una parte de mi vida. Desde la anécdota de mi madre con contracciones en un partido hasta cada ida a cualquier cancha, sola, con amigos o familia. Peñarol es todo y volverlo a ver en vivo va a ser algo divino".