ENTREVISTA
Gloria de Peñarol y parte del club como Director de Relaciones Institucionales expresó: "La vida me dio la suerte de que cada vez que estoy en Peñarol, Peñarol gana".
¿Cómo se puede hacer feliz a un hombre que ganó siete veces el Campeonato Uruguayo, una vez la Copa Libertadores y en otra ocasión la Copa Intercontinental? La respuesta es más simple de lo que parece: con un llamado. Y si ese llamado es para que vuelva a participar en el club de sus amores, mucho más. Y eso fue lo que le pasó a Walter “Indio” Olivera, gloria de Peñarolque se sumó a la estructura de la institución luego de que Ignacio Ruglio asumiera como presidente del club y adoptó el cargo de Director de Relaciones Institucionales.
“Mi cabeza estaba dando vueltas por aquello de que estaba jubilado, no tener mucha cosa en qué pensar y no era cuestión de dinero ni nada, aquello de no trabajar y no estar ocupando la cabeza era bravo”, confiesa Olivera desde su casa en diálogo con Ovación.
“Trabajé como técnico, pero los años fueron pasando e instalé un negocio y estuve uno cuantos años trabajando en él y la vida era tranquila, pero después me jubilé y pasé a no hacer nada extra y eso me fue tirando un poco al piso, la vida que yo tenía me fue tirando”, sostiene.
Es por eso que para Olivera retornar al club de sus amores fue tan importante: “El comienzo fue duro, pero después vi que todo era diferente. Ir todos los días a Los Aromos, ver a los muchahos entrenando y conversar con gente llevó a que me adapte y la verdad que yo se lo dije a los muchachos justo en mi cumpleaños que me devolvieron las ganas de vivir, de estar en grupos porque me trataron como si fuera uno más”.
Tanto fue asi que su compañía fue importante y pieza clave en lo que terminó siendo una consagración que para el Indio fue distinta a las demás: “Para la cabeza el sufrimiento ahora es peor”, sostiene Olivera.
“Dependés de otros. Ellos sabían lo que se jugaban, lo que tenías en el equipo porque es muy bueno, pero no podías hacer nada dentro de la cancha. Se sufre muchísimo estando afuera y más en este rol estando tan cerca”, agregó.
De todas maneras, en las últimas horas la alegría que acompaña al Indio se multiplicó teniendo en cuenta la consagración del plantel aurinegro en el Campeonato Uruguayo.
“Habíamos tenido un año bastante bueno y también con algunas dificultades porque se cambió mucho el plantel. No fue fácil armar el plantel y un cuerpo técnico nuevo que se adaptó a todo lo que es Peñarol que no es fácil y Bengoechea y Cedrés junto a Ruglio armaron un equipo solido y se dieron los resultados”, sentenció Olivera.
Para el Indio volver a formar parte del club y hacerlo además con el título fue muy importante y de hecho aseguró: “Sigo con la ilusión de seguir ganando y me devolvieron la vida alegre que yo había abandonado. Pienso en estar un tiempo más en la función y que los muchachos que queden o los que vengan que sigan ganando cosas porque Peñarol todo lo que venga por delante lo tiene que salir a ganar”.
Si bien en su cargo es muy importante el trato del día a día con el jugador, él no se limita a eso y de hecho deja claro que estando en Peñarol ayuda en lo que sea necesario dejando de lado la huella que dejó en el club y que lo transformó en gloria: “Si tengo que ayudar al que entrega la ropa no tengo problema, juntar las pelotas o lo que sea, soy un empleado más de los jugadores porque ellos necesitan de todos”.
“Los muchachos se me acercan a hablar de cualquier tema, aunque a veces la muchachada esté en otro mundo. Con algunos salen charlas porque se habla del fútbol de antes, de la fuerza con la que se jugaba y ese tipo de bromas a veces aparecen”, expresó y agregó entre risas: "Me reconocen por sus abuelos o sus padres".
Olivera remarcó que él no está ocupando el cargo que tuvo Fernando Morena en el club y que de hecho ese siempre será de él: “Lo de él era más relacionado con los dirigentes y lo político”, sostuvo teniendo en cuenta que el goleador histórico del club tenía un vínculo más fuerte con las políticas institucionales.
“Es un vínculo más familiar que de trabajo” explica Olivera sobre el que tiene con hombres como Pablo Bengoechea, Gabriel Cedrés, Darío Rodríguez u Óscar Ferro que hoy están trabajando dentro de la institución. “Paso todos los entrenamientos con ellos porque Pablo esta siempre ahí, Gabriel también y tanto Darío como Óscar trabajan en el cuerpo técnico directamente”.
También con Mauricio Larriera quien se ganó la confianza de todos. “Él se ganó todo eso con su trabajo y con lo que mostró Peñarol en cada partido que jugó. A nosotros nos ganó con la amistad que hicimos ahí adentro. Se ve que es un hombre muy bueno, dejando por fuera si sabe o no de fútbol que sí lo sabe. El vínculo es muy bueno y por eso Peñarol ganó”.
A sus 69 años, y como él mismo lo remarcó, Walter Olivera volvió a la vida y fue gracias a volver a trabajar en el club que tantas alegrías le había dado como jugador e hincha: “Estoy muy contento de haber estado y de haber sido parte de un nuevo campeonato que Peñarol ganó. Casualmente la vida me dio la suerte de que cada vez que estoy dentro de Peñarol, Peñarol gana. Estar cerca de los planteles y que me den esta alegría es increíble y es parte de la felicidad que la vida me mandó”.