TORNEO CLAUSURA
El entrenador aurinegro insiste con su estilo y los jugadores responden, aunque sabe que el equipo necesita sumar de a tres para pelear arriba.
Un triunfo, dos empates y una derrota es hasta ahora el saldo de Mauricio Larriera al frente del plantel de Peñarol en el inicio del Torneo Clausura.
Si bien los resultados no son los mejores ni tampoco los esperados, porque el carbonero ya dejó siete puntos por el camino de 12 posibles, hay una idea que el entrenador quiere inculcar y de a poco se van viendo mejoras.
Si bien en el debut frente a Cerro el equipo no jugó como el técnico pretende y apenas pudo conseguir un empate en el Tróccoli, en la segunda fecha ante Defensor Sporting, luego de un primer tiempo de dominio aurinegro y con chances claras de gol, Peñarol se puso en ventaja con un tanto que pintó en cuerpo y alma lo que pregona Larriera: posesión, toque de pelota de un lado a otro, transición y llegada al área.
Pero no supo sostener el resultado ante los violetas, recibió dos goles y perdió teniendo graves errores defensivos.
El encuentro frente a Danubio no fue la mejor exposición futbolística del mirasol, pero fue superior al rival, sacó la mínima ventaja y defendió bien el resultado para sumar tres puntos y mantener el arco en cero.
El aspecto defensivo fue clave en los últimos dos encuentros y Peñarol no recibió goles, pero solamente pudo anotar uno.
En el clásico hubo momentos en los que el carbonero fue más que Nacional, pero en otros también desnudó alguna falencia para defender y Kevin Dawson respondió.
Lo cierto es que en cuatro partidos oficiales, la idea de Mauricio Larriera sigue creciendo en lo conceptual y en lo que los jugadores muestran en la cancha en varios pasajes de los encuentros, pero ahora falta consolidar el juego con los resultados para seguir buscando los objetivos.