Escándalos: la lamentable tradición de los clásicos de verano que se repitió a lo largo de la historia

¿Es verdad que el calor desata la mala conducta? Durante muchos años, las peleas y expulsiones fueron moneda corriente en los diversos torneos estivales.

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Uno de los clásicos de verano de 2014 terminó con los jugadores enfrentados.
Uno de los clásicos de verano de 2014 terminó con los jugadores enfrentados.
Foto: Archivo El País.

Por alguna y lamentable razón, la historia de lostorneos de verano en Uruguay está repleta de incidentes y escándalos. Se podría pensar que el calor desata la mala conducta, aunque en realidad se trató de jugadores desinteresados de los partidos, con más ganas de veranear que de jugar y con la tranquilidad de que las eventuales tarjetas rojas no les iban a costar ninguna suspensión porque eran apenas partidos amistosos.

Esa indisciplina galopante fue común en los equipos argentinos que cruzaban el Plata para la pretemporada, pero también hubo futbolistas uruguayos que perdieron los estribos en estos certámenes.

Por supuesto, nadie pensaba en el espectáculo y especialmente en el público, que más allá del carácter amistoso de los encuentros había pagado su entrada.

Los problemas son de vieja data. Por ejemplo, en el clásico por la Copa Montevideo de 1953, que ganó Nacional 2-1, se hicieron expulsar por agresión mutua dos próceres del fútbol uruguayo como Juan Alberto Schiaffino y Néstor Carballo. Sin embargo, los escándalos verdaderamente dichos empezaron en la década de 1970.

La historia de la copa maldita.

Por ejemplo, otra edición de la Copa Montevideo, la disputada entre enero y febrero de 1971 con Peñarol y Nacional, los argentinos San Lorenzo y Vélez, los brasileños de Cruzeiro y los checos del Inter Bratislava, estuvo repleta de expulsiones y escándalos, al extremo que la revista Deportes la llamó “la copa 100 veces maldita”. Una noche, los jugadores del Cruzeiro se negaron a mover del medio tras un gol de Peñarol, que protestaban por presunto offside. Ante ello, el árbitro Ramón Barreto decidió terminar el partido, aunque recién iban 45 minutos.

Hubo 14 expulsados en los 15 partidos jugados por aquella copa. Algunos, como el aurinegro Alfredo Lamas y el tricolor Julio Montero Castillo, dos veces.

La frutilla de la torta (amarga torta) fue el clásico, disputado el 6 de febrero. En el primer tiempo se agredieron Atilio Ancheta y Lamas y se fueron expulsados. Al rato Juan Martín Mugica le entró violentamente al yugoslavo Ilija Petkovic (después de eso se volvió a su país enyesado) y también vio la roja. Lo acompañó Ildo Maneiro al ratito.

A esa altura Peñarol ganaba 2-0 y Nacional aventajaba en expulsiones: 3 a 1. Apenas reanudado el partido se fue Montero Castillo y a los 55’ Juan Carlos Blanco se hizo echar, presumiblemente para que el partido terminara con ese resultado no tan gravoso para sus colores ante la inferioridad numérica. En efecto, el juez Armando Peña Rocha dio por finalizado allí el juego. Pero no la violencia, porque instantes más tarde los propios técnicos, Washington Etchamendi y Roque Máspoli, se tomaron a golpes de puño en plena cancha.

Etchamendi y Máspoli, los técnicos a los golpes de puño.

Nadie aprendió. El verano siguiente tuvo lugar la Copa del Atlántico, con partidos en Mar del Plata y Montevideo. En San Lorenzo-Peñarol, del lado argentino, echaron a cinco aurinegros y uno del CASLA. En Peñarol-Boca, en el Estadio Centenario, vieron la roja cuatro boquenses y dos mirasoles.

Chau a los "colosos"

En febrero de 1976 tuvo lugar en el Centenario un torneo pomposamente denominado “Colosos del Fútbol”, con la participación de los dos grandes uruguayos, Huracán y Estudiantes de Argentina. Nacional venció a los platenses por 3-2 en un interesante partido, aunque con cinco expulsiones que anticipaban el clima bélico: los tricolores Adán Machado y Daniel González, los pincharratas Cabezas, Brown y Figueroa.

A segunda hora resultó peor, porque Peñarol-Huracán quedó inconcluso en solo 27 minutos luego que varios jugadores del Globito se hicieron echar por protestas. Desfilaron hacia el túnel Brindisi, Fanesi, Longo, Ardiles y Larrosa, por lo que el árbitro Luis Da Rosa dio por concluido el juego. Y el torneo terminó ahí mismo, sin definición.

Los incidentes se trasladaron al Campus de Maldonado en marzo de 1980. De nuevo los grandes ante dos argentinos, Boca y Racing, por la copa “Torre del Vigía”. Los de Avellaneda fueron campeones, pero Boca no terminó su partido contra Peñarol. Hubo un intercambio de insultos entre un jugador Xeneize, Carlos Salinas, que estaba en el banco de suplentes, y un hincha ubicado detrás, en la pequeña grada que había donde luego se construyó la tribuna oficial. De pronto la discusión se volvió pelea y varios futbolistas boquenses que estaban en la cancha decidieron intervenir, ante lo cual el juez los expulsó a todos.

El recuerdo de otros clásicos

El 16 de enero de 2013 ocurrió algo curioso y que escapó a los ojos del público, aunque reprobable. Al finalizar el clásico por la Copa Bimbo con triunfo de Peñarol, varios futbolistas de Nacional siguieron protestándole al árbitro Christian Ferreyra en el círculo central.

Entonces, el arquero Jorge Bava le tiró un golpe a uno de los funcionarios policiales que custodiaban a los jueces, por lo que tuvo que pasar la noche detenido. Como antes del encuentro habían ocurrido choques entre las hinchadas, con un herido de bala, el certamen se canceló sin que llegara a jugarse la final entre Peñarol y Atlético Tucumán.

Un año más tarde, el 20 de enero de 2014 el clásico por la Copa Antel terminó con nueve jugadores procesados: los tricolores Leonardo Burián, Diego Arismendi, Ignacio González, Darwin Torres y el Morro García, los aurinegros Carlos Núñez, Fabián Estoyanoff, Washington Aguerre y Jonathan Sandoval.

Ganaba Nacional 1-0 cuando faltando cinco minutos un foul muy violento de Núñez a Guillermo De los Santos originó una discusión, luego un tumulto y finalmente una pelea entre numerosos futbolistas. El árbitro Martín Vázquez expulsó a dos de cada equipo (González, García, Lolo Estoyanoff y Núñez) y el partido continuó.

El fiscal Gustavo Zubía pidió el procesamiento para los expulsados y cinco jugadores más. No fueron a prisión, aunque por dos meses no pudieron jugar pues se le vetó el ingreso a espectáculos deportivos por ese lapso.

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