Esteban Ostojich salvó el examen: arbitró una final con buena nota

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Esteban Ostojich entre Neymar y Montiel
MAURO PIMENTEL

COPA AMÉRICA

El uruguayo estuvo rápido, atento a todas las jugadas y castigó con tarjeta a los que marcaron con dureza; fue bien invalidado el gol de Richarlison.

No era un día más. Una final de Copa América, y nada menos que disputada por Argentina y Brasil en Maracaná, podía transformarse en el fuelle que lo lanzara hacia una gran carrera como árbitro o, también, ser la tumba de los sueños. Y ahí, bajo ese marco, cargando incluso con las viejas sospechas de un torneo anterior y hasta algún empujoncito que le entregaron a los norteños en el actual campeonato, Esteban Ostojich salvó con nota alta el gran examen continental.

Para empezar corrió la cancha sin pausa, se presentó en cada acción que se demandó su presencia, para calmar, para conducir a los jugadores. No dudó ni un segundo en meterse como autoridad del juego, porque a la primera patada regalada por un brasileño a un argentino (tres minutos de juego) mostró el cartón que tenía que sacar.

Tuvo la adecuada colaboración de sus asistentes y juntos no fallaron cuando invalidaron el gol de Richarlison.

Entregó el descuento que marcó y, sin dejarse agobiar por la desesperación brasileña, que veía como se le escapaba la posibilidad de festejar el título, le bajó el telón al partido en el segundo exacto. Sí, Ostojich arbitró bien. Con nivel. Salvó con buena nota.

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