OPINIÓN
Desde lo alto del trono que solo puede ocupar el mejor futbolista del mundo, con la autoridad del Papa en su balcón del Vaticano, pero en su típico tono Lionel Messi declaró: "Era importante mover la pelota para que corran ellos, para que corra la pelota, no nosotros". Es una vieja frase futbolística utilizada para describir el planteamiento de Argentina ante Polonia en la Copa del Mundo.
Todo lo que dice Messi hay que estudiarlo y traducirlo. El grupo de trabajo técnico de la FIFA hizo este trabajo por nosotros y analizó todos los detalles de los 48 partidos de la fase de grupos del Mundial de Qatar 2022.
Y lo que se puede concluir de estos números es fascinante. No es difícil adivinar cuál de los 32 equipos, en la suma de todos sus jugadores durante los tres partidos, recorrió la menor distancia sobre el terreno de juego. Sí, la Argentina de Messi, con 105 kilómetros. Quien corre es la pelota, al fin y al cabo. Entre los 16 equipos que avanzaron a la fase eliminatoria, el segundo que menos corrió fue Brasil (110 km). En el otro extremo, Australia (123 km) y Estados Unidos (120 km).
La FIFA también midió —entre los clasificados para los octavos de final— cuanto tiempo necesitaban los equipos para recuperar la pelota, y los separó por continentes. Los equipos de Sudamérica, en este caso representados por Brasil y Argentina, son los que menos tiempo aguantan vivir sin la pelota. La queremos, la buscamos. El tiempo de recuperación promedio es de 14,9 segundos, menos que los equipos de Europa (18,1 segundos), América del Norte (20,2 segundos), África (20,9 segundos) y Asia (23,4 segundos).
Otro punto interesante captado por el grupo de análisis técnico de la FIFA, que está liderado por personas tan capaces como Arsene Wenger y Jurgen Klinsmann, es la cantidad de iniciativas individuales, enfrentamientos uno contra uno, ganadas por cada equipo. Una vez más, Sudamérica lidera fácilmente este ranking continental en la Copa del Mundo. Son 3,6 duelos ganados por partido, número superior a los equipos de la UEFA (2,1) y todos los demás. De nuevo, el recorte de datos solo tiene en cuenta las selecciones que llegaron a octavos de final. "Eso es natural en Sudamérica, donde el fútbol callejero, la mentalidad de uno contra uno, sigue siendo muy fuerte", comentó Klinsmann. Tiene razón, pero casi todos los jugadores de Brasil y Argentina juegan en Europa.
A primera vista, estos datos sueltos pueden representar poco, pero es necesario contextualizarlos. La globalización, con su libre circulación de ideas y personas, ha desdibujado los rasgos que siempre han caracterizado a las escuelas de fútbol tradicionales, eso que siempre ha identificado las potencias del juego. Por eso Arabia Saudita puede vencer a Argentina jugando como Holanda, Japón puede vencer a Alemania jugando como Italia. Las distancias entre la élite del juego y la base de la pirámide son cada vez más pequeñas, el mismo menú de métodos de entrenamiento y esquemas tácticos está disponible para todos.
Por eso es tan saludable ver que Argentina y Brasil avanzaron en la Copa del Mundo jugando según algo que se puede llamar su propio estilo. A pesar de los problemas causados por las lesiones en estos dos equipos, Lionel Scaloni y Tite se mantuvieron fieles a sus convicciones. En los cuartos de final, Argentina se enfrenta a Holanda y Brasil juega contra Croacia. Si los dos ganan, se enfrentarán en la semifinal, en el más grande Argentina-Brasil de la historia, posiblemente el partido más importante en la historia del fútbol mundial.
*Martín Fernández es periodista de ge.globo, comentarista de Sportv, columnista de O Globo de Brasil y del Grupo de Diarios América (GDA).