La estrategia del PSG: comprar grandeza prefabricada

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Cavani, Neymar, Mbappé
CHARLES PLATIAU

COLOSOS DEL FÚTBOL DE HOY

Los cataríes ya invirtieron 1.300 millones de euros en cracks, pero todavía le falta cultura ganadora en Europa

Paris Saint Germain comienza la temporada 2020-2021 con el contratiempo del contagio de corinavirus de sus principales figuras, empezando por Neymar y Mbappé. Pero lo superará y seguramente volverá a ganar la Ligue 1 francesa. El tema es la nueva edición de la Champions League, porque todos en el club esperan, ansían, reclaman el título europeo.

Hace poco, el PSG cumplió sus 50 años. El club nació de la fusión del Paris FC y el Stade Saint-Germanois con la intención de darle a la ciudad el gran club que nunca había tenido (ver aparte). Los sueños de grandeza se reflejaron incluso en el hecho de que su camiseta fue creada por el famoso diseñador Daniel Hechter.

Sin embargo, más allá de algunos éxitos domésticos puntuales, durante años ni siquiera logró dominar el fútbol francés. En la década de 1990, cuando estaba cerca de la bancarrota, fue comprado por el grupo mediático Canal +, que aportó dinero para contratar estrellas como el liberiano Weah o el brasileño Raí (con quien conquistó la extinta Recopa europea, su único título continental hasta ahora).

Entre 2011 y 2012, las acciones del PSG pasaron a manos del Qatar Investment Authority (QIA), un fondo soberano de inversión que maneja los beneficios de la explotación del petróleo y el gas natural cataríes.

Estimaciones aseguran que en esta década los cataríes invirtieron 1.300 millones de euros en el club. Le arrebataron a Neymar al Barcelona por 222 millones, Mbappé vino del Mónaco por 135 millones. Edinson Cavani, quien ya no está en el plantel, costó 64,5 millones. Ángel di María otros 63 y Mauro Icardi 50. Y la lista sigue.

Todo gran equipo se forma con grandes jugadores. Pero no es cuestión de comprarlos y amontonarlos en el vestuario. Y más cuando algunos tienen egos inflados y escaso compromiso. En algún momento, el presidente Nasser Al-Khelaif quiso convertir a Neymar en el líder del grupo, justo cuando el brasileño estaba tratando de irse de París patra regresar al Barcelona. Hoy, el brasileño parece más maduro, más compenetrado con el proyecto.

Es difícil, empero, que tenga a todo un país atrás en sus campañas internacionales. Una encuesta del diario L’Equipe en 2015 concluyó que PSG era el equipo más odiado de Francia: 25,9% de rechazo, casi el doble que el segundo, Olympique de Marsella. La opulencia despierta antipatía, y a eso se une el tradicional rechazo de la gente de las provincias hacia la capital, que va más allá del fútbol. “La gente cree que el PSG no es un club francés, sino uno artificial que responde a intereses geopolíticos. Es tanto el rechazo que genera en la afición contraria, que incluso le atribuyen el título de campeón al segundo de la liga”, comentó el periodista de L’Equipe José Barroso.

¿Y los hinchas propios? Durante años representaron un problema más. El Parque de los Príncipes registraba enfrentamientos constantes entre sus propios ultras, donde abundaba gente de extrema derecha, que acabaron con un aficionado muerto en 2010. Se tomaron luego medidas que de alguna manera “pacificaron” las tribunas.

En 50 años y con la llegada de muchos cracks, el PSG pudo generar una masa de fanáticos. Pero todavía le faltan la tradición, el peso de la camiseta que solo dan la historia y los títulos conquistados. Algo que es distintivo de Real Madrid, Bayern Munich, incluso Manchester United aunque su presente no sea el mejor.

En 2017, todo parecía encaminado hacia la Champions cuando goleó al Barcelona 4-0 en París. Todos saben cómo terminó: el 6-1 en contra en el Camp Nou representó mil baldes de agua helada. En este 2020, el equipo parisino avanzó por fin hasta la final europea. Pero más allá del resultado adverso ajustado, pareció muy limitado por el Bayern, un equipo que además de cracks tiene una cultura ganadora.

En fútbol nada es imposible, ni siquiera la idea de comprar la gloria prefabricada. Por eso PSG vuelve a figurar entre los favoritos para la nueva Champions. La construcción de una leyenda deportiva le costará bastante más.

LOS URUGUAYOS DEL PSG

Es sabido que Edinson Cavani es el mayor goleador histórico del París Saint Germain con 200 conquistas en su paso por el club entre 2013 y 2020, con 301 partidos jugados, y se convirtió en el mayor ídolo de su hinchada.

Pero antes hubo otros tres uruguayos que defendieron los colores del club.

Entre 2005 y 2007 estuvieron Cristian Cebolla Rodríguez, que disputó 49 partidos, y Carlos Bueno, que lo hizo 16 veces. Entre 2011 y 2013 estuvo Diego Lugano, que llegó a jugar 21 encuentros.

No es uruguayo, pero sí cercano:el panameño Julio Dely Valdez también jugó por el PSG.

PARIS, LA CIUDAD QUE "ODIA" AL FÚTBOL

A diferencia de las grandes capitales europeas o sudamericanas, París es ajena al fútbol. Incluso la han definido como “la ciudad que odia al fútbol”. La inexistencia de un gran club fue lo que llevó a la fundación del PSG y lo que motivó más tarde el desembarco de los petrodólares cataríes.

PSG es una excepción en la historia que habla de clubes parisinos débiles o fugaces: el Gallia Club París, el Club Français, el Olympique, el Cercie Athletique, el Paris F.C. y el Racing. Este último, local en el estadio de Colombes, tuvo un fugaz resurgimiento en la década de 1980, cuando entre otros contrató a Enzo Francescoli y Ruben Paz. Otro caso es el del Red Star, el más tradicional de todos, que juega en divisionales de ascenso. Tiene una hinchada pequeña pero muy seguidora, integrada por vecinos e inmigrantes de la localidad obrera de Saint Ouen, lo cual lo identifica como un club “de izquierda”.

La frialdad hacia el fútbol es lo que predomina entre los parisinos. Se asegura que los festejos en sus calles son más grandes cuando gana una selección africana, por la cantidad de inmigrantes que hay en París, que cuando lo hace el seleccionado francés.

¿UN RIVAL CON PETRODÓLARES?
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La rivalidad entre dos monarquías del golfo Pérsico, Catar y Baréin, podría determinar el surgimiento de un rival para el PSG en su propia ciudad, al menos en los recursos cuantiosos que llegan de Medio Oriente. En julio pasado, las autoridades de Baréin adquirieron el 20% del Paris FC, el club que participó en la fundación del PSG pero poco después se escindió.

El propietario sigue siendo el mismo, el empresario Pierre Ferracci, pero bareiníes pusieron 5 millones de euros y se espera que en el corto plazo aumenten su participación al 30%. Además, el fondo estatal Explore Baréin se convertirá en el principal patrocinador del club con el objetivo de aumentar la notoriedad del país en Europa.

Paris FC se salvó en la última temporada de bajar a Tercera división, aunque quedó en el puesto 17. Desde 1974 no juega en Primera. “La ambición deportiva del primer equipo masculino es llegar a la Ligue 1 en tres años. Además, pretendemos que el equipo femenino alcance las cotas más altas", anunció la institución en un comunicado. Todo un reto para un equipo que no pisa la Ligue 1 desde 1974 . “Es una oportunidad para llevar al club a una nueva era”, se indicó.

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