ENTREVISTA
El zaguero uruguayo contó cómo llegó a Valencia y narró la experiencia de entrenar con el primer equipo, allí comparte mates con Maxi Gómez, con quien tiene un asado pendiente.
Facundo González(18) se fue de Uruguay a los cuatro años para mudarse a España, tras la intuición de su abuelo. “Vio que la familia no tenía futuro en el país, que podíamos vivir bien, pero no iba a ser más que eso y tuvo la ambición”, cuenta el futbolista a Ovación. El hombre, fue el primero que viajó a probar suerte y trabajó mucho en el Viejo Continente. Le fue muy bien, hasta hace poco trabajaba en BMW. En ese entonces, planteó la idea de ir todos y la respuesta fue un sí. Ahora, hace 14 años que están allí.
Facundo González cumple 19 años en junio, es zaguero y, aunque lo han llamado de las selecciones juveniles de España e Italia, quiere jugar en Uruguay. “Aunque haya estado ahí cuatro años fue suficiente, me pegó la garra y en casa es imposible pensar otra cosa. Si al final la uruguaya es la que me llama, lo elegiría con los ojos cerrados”, expresa desde Valencia.
Regresó a Uruguay a los siete, pero solo recuerda haber ido a un parque a jugar al fútbol con la familia de su padre, que aún continúa en el país. “Me gustaría volver, pero con el tema de los partidos y prácticas no cuadra la cosa”.
Sus padres, abuelos y tíos llegaron a Barcelona y luego se mudaron a Castelldefels, localidad donde vivían Luis Suárez y Lionel Messi, a quien Facundo se cruzaba seguido en la panadería y les pedía fotos.
Cuando se fue de Uruguay era hijo único, ya en España nació su hermano que ahora tiene 10 años y que “intenta tener un nivel en fútbol, se divierte y le mete al pádel para complementar”, cuenta Facundo.
Empezó a jugar en Unión Deportiva Vista Alegre de Castelldefels y allí estuvo hasta los nueve años cuando lo fichó el Espanyol. Ocho temporadas después llegó al Valencia, equipo del que ya había rechazado una oferta cuando estaba en infantil B, seis años antes, y otra cuando en cadete A. “Ese fue mi mejor año”, asegura Facundo, quien cedió ante el proyecto deportivo. Empezó con la juvenil, con chicos un par de años más grandes y ese mismo año jugó en la liga de su categoría. En enero subió al juvenil A y, tras el parate de pandemia, Facundo se sumó a entrenar con el filial Valencia Mestalla (vendría a hacer una Tercera en Uruguay).
Luego jugó en Segunda B y tuvo uno de sus mejores años, aunque se lesionó sobre el final. En 2021 descendieron de categoría, pero este año salieron campeones anticipados de liga y subieron a la Segunda RFEF con un gol suyo.
Facundo empezó jugando de mediocentro, pero un año en el Espanyol bastó para que su posición mutara a central, cuestión que estuvo favorecida porque su pierna hábil es la zurda y eso le otorgaba más oportunidades. “A la hora de las dudas de poner dos centrales derechos o uno zurdo, me ayudaba”.
Los mates y los consejos de Maxi Gómez
El año pasado Facundo entrenó con el primer equipo mientras jugaba con el filial y esta temporada participó de varias prácticas. Allí comparte tiempo con el delantero uruguayo, Maxi Gómez.
“La relación que tengo es muy buena, siempre comparto con él y tomamos mate, converso de la selección y de todo un poco”, cuenta Facundo, y agrega que tiene pendiente un asado con su compatriota. Sobre los mates del otro uruguayo señala que “este año también comparte plantel con el paraguayo Omar Alderete, que con tal de no hacerse nada se pone a tomar con Maxi. Yo cuando llego también me robo alguno”.
De vez en cuando se felicitan por los partidos y se responden historias, pero no todo es diversión, porque Maxi también le enseña.
“Cuando hay alguna disputa aérea me ha aconsejado diciéndome ‘no estés pegado a mí porque yo soy grande y te puedo manejar, dejame un metro y ahí te anticipás que por arriba me la ganás seguro’”.
Costumbres uruguayas
El vivir con sus abuelos ha hecho que Facundo adquiera y sienta propias muchas prácticas uruguayas. “La costumbre del mate la tengo, se nace con eso”, afirma González, que hacía un rato había merendado mate con bizcochos y unas horas antes de eso había comido un asado por el cumpleaños de su madre.
En su casa se respira Uruguay y se miran los partidos aunque haya diferencia de horario, “a no ser cuando entreno al otro día porque tengo que destacar, pero estamos cien por cien con Uruguay. Cuando hemos podido ver a los Sub 20 también lo hemos hecho”, asegura Facundo, que además de ser jugador también estudia el curso de DT. Todavía no se visualiza en ello, piensa que con el correr de los años puede ser una buena herramienta. Una que ahora lo ayuda a entender aún más el juego.
El 29 de abril terminó el campeonato, así que ahora están a la orden mientras termina LaLiga (22 de mayo) por si Valencia necesita una mano del filial. También se está por confirmar un torneo en Suiza y como González es juvenil puede disputar la Copa de Campeones, que se juega con los equipos que ganaron la liga de su comunidad.
Futuro
Está contento donde está, pero es ambicioso. “Quiero dar un paso en mi carrera y quedarme en la elite. Un paso grande y firme. Tengo ofertas, pero estamos barajando la mejor opción. Si me quedo o no dependerá de lo que haga el Valencia”, sostiene.
Dentro de la decisión, hay un factor que inclina la balanza: “Es importante para mí y mi familia el sentirnos valorados. Porque siempre se valora más lo de fuera. No queremos eso, si no se tomaremos otra decisión”. Así como está seguro de ello, también lo está de su compromiso con Uruguay. “Yo sí que me siento uruguayo de verdad. El llegar a la selecciones mi sueño”, concluye Facundo con un gran acento español.