Redacción El País
El mediocampista uruguayo Felipe Carballose bajó de la convocatoria de Marcelo Bielsa para la fecha 3 y 4 de la Eliminatoria luego de sentir que físicamente no está al 100% para rendir y se encuentra en medio de una batalla silenciosa, luchando contra una pubalgia que lo aqueja desde hace varios meses. En una sincera entrevista realizada en el programa Minuto 1 de Carve Deportiva, Carballo compartió detalles del calvario que vivió estos meses, explicando por qué tomó la difícil decisión de no unirse a la convocatoria de la selección uruguaya para enfrentarse a las selecciones de Colombia y Brasil en la Eliminatoria sudamericana correspondiente al Mundial 2026.

Carballo expresó la complejidad de su situación al describir cómo esta dolorosa lesión impacta en su vida y su carrera. "Estoy arrastrando una pubalgia desde hace varios meses, desde abril más o menos", admitió. "Quien conoce esta lesión sabe que hay momentos y días en que te sentís bien y hay momentos y días en los que no podés moverte y el cuerpo te obliga a parar".

El mediocampista enfrentó momentos de intenso dolor mientras luchaba por seguir jugando. "Yo tendría que haber parado, ya hace tiempo", reconoció. "He tenido micro paradas, pero dado el ímpetu de querer jugar y también de que esté la selección de por medio, yo no he parado. He jugado con mucho dolor, he hecho muchos sacrificios a veces porque el equipo necesitaba", confesó.

Foto: Prensa Uruguay.

Sin embargo, Carballo describió cómo su cuerpo comenzó a mostrar signos de desgaste por la compensación de movimientos debido a la pubalgia. "El cuerpo empieza a sacar fuerza desde otro lado y comienza a compensar los movimientos desde otro lado que no son desde el pubis, y te empieza a doler la espalda, los posteriores, las rodillas y la cadera", detalló.

Finalmente, la lesión llegó a un punto crítico que le impidió jugar incluso con medicación. "No jugué el último partido, estuve totalmente medicado y de todas formas tenía dolores que me imposibilitaban hasta correr", confesó. Fue en ese momento que Carballo y la selección de Uruguay tomaron la difícil decisión de detenerse, permitiendo que su cuerpo se recuperara adecuadamente.

La pubalgia es una lesión complicada, y Carballo sigue un riguroso programa de rehabilitación para recuperarse. "Tengo que ir siempre antes de cada entrenamiento, 45 minutos antes, a hacer trabajos específicos para esto", explicó. "Después del entrenamiento, en la gran mayoría de las veces en la tarde, también hago, ya sea en mi casa o en el gimnasio que tengo en el barrio, trabajo para eso y sobre todo de movilidad, estirar y fortalecimiento".

En la entrevista, Carballo también reveló cómo la presión de la exigente liga brasileña y la constante necesidad de rendir al más alto nivel habían influido en su decisión de parar y centrarse en su recuperación. "A veces llega un punto, sobre todo en la exigencia de tantos partidos, seguidos que te obliga a parar, a veces es un partido, una semana, a veces es salir de algunos entrenamientos", destacó.

Foto: Gremio.

Sin embargo, la parte más difícil de esta experiencia para Carballo ha sido la carga emocional. "El lo más difícil es la parte emocional que la parte física porque lo emocional te afecta", confesó. "Sé que no estoy rindiendo lo que puedo rendir, pero no por un tema de fútbol, sino que va desde una parte física que me lo impide".

Para afrontar esta dura realidad, Carballo buscó apoyo emocional en su círculo cercano y ha mantenido conversaciones valiosas con personas que han pasado por situaciones similares. Su decisión de ser honesto consigo mismo y con su equipo ha sido una parte fundamental de su proceso de recuperación.

Sobre la decisión de no ir a la Celeste reveló: "Tuve una llamada con Marcelo (Bielsa), no voy a dar detalles porque no me gusta tampoco. Si hay algo que él ha sido siempre conmigo y creo que con todos es una persona muy sincera, muy directa y a mí me encanta eso. Yo quise hacerlo y resolverlo de la misma forma; como te dije no es solo ser sincero con él, sino conmigo, con mis compañeros y pese a que duele muchísimo. La decisión no la tomé antes, la tomé dos horas antes fue porque realmente me di cuenta que no podía y ni la había pensado también en frío. En las otras fechas fui con con dolor y se la exigencia que requiere, también los entrenamientos y el juego que pide el entrenador, pero por más que duele en el alma, es como un un dolor para mejorar después".

Además, Carballo habló sobre cómo la influencia de un ícono como Luis Suárez impacta en su carrera y en el equipo. Carballo destacó la importancia de aprender y crecer junto a jugadores de la talla del Pistolero: "Tenerlo (a Luis Suárez) en el día a día, es importante. Muchas veces le pregunto cosas, le consultó o a veces ni siquiera le tengo que decir, él me ve o ya lo sabe. A mí me cuesta mucho el parar dejar de hacer algo por los dolores o lo que fuese. Mismo la decisión de la charla, que tuve con la gente de la selección después de del parte, él medio me preguntaba cuando me iba esto aquello y lo estábamos hablando y yo estaba ahí en el vestuario bastante cabizbajo, por así decirlo y me dio su opinión, sus consejos que yo los tomo y los valoro muchísimo, no solo por lo que es como jugador que es una parte importante, sino por todo lo que es como como persona también", confesó.

En tanto, también se refirió al nivel de los mediocampistas de la celeste: "Yo siento un orgullo terrible, te soy sincero, si al principio del año pasado me decían el año que viene vas a estar en la selección y yo veía a (Federico) Valverde, (Manuel) Ugarte, (Rodrigo) Bentancur, (Lucas) Torreira, Emiliano Martínez, todo la categoría de jugadores que hay y yo decía: no, es imposible. Entonces el estar ahora acá lo más importante de los momentos que estoy con ellos es aprender de ellos porque uno aprende todos los días y ves jugadores de esa talla y tenés que aprender. Lo segundo es disfrutarlo, estar orgulloso de estar donde estoy porque hay que valorarlo, eso es algo que a veces en el trajín del día a día y sobre todo el jugador de fútbol, que va de acá para allá y generalmente está acostumbrado a ser mimado no valora tanto estas cosas. Cuando te sentas en frío y ves esas cosas te tenés que sentir orgulloso y trabajar para poder seguir estando ahí", destacó.