Hay poco fuera del fútbol en su vida. Algo de cine, algo de recorridas por safaris, museos, montañas. Mucho de películas, mucho de fotos, de pedidos de autógrafos y de tiempo en familia.
De Fernando Gorriarán,como el futbolista profesional con recorrido por Europa, el fútbol mexicano y la selección uruguaya, se conoce mucho. Pero del hombre de 28 años, que vive y que siente (como cualquiera de carne y hueso), que en sus ratos libres piensa como un padre —sin tener hijos— y que aún tiene presente el recuerdo del suyo, fallecido hace una campanada, muy poco.
Hasta que un día (ayer, lunes) se animó a sacarse el mote y a hablar de todo: de la vez que lloró para "transitar el duelo", de los sobrinos a los que no quiere condicionar para que sean futbolistas, de la cuenta pendiente en el liceo, de Diego Alonso, Ignacio Ruglio, Pablo Bengoechea, Peñarol y también River.
A continuación, un resumen de la entrevista que mantuvo con Ovación:
- ¿Cómo es para un uruguayo vivir en México? ¿Embroma mucho el tránsito?
- Es un poco cansador, pero te acostumbrás a los horarios, a salir con tiempo. Más o menos ya sé que cuando hay más tráfico es en horario escolar, entonces trato de evitar salir o de hacerlo un poco más temprano que los colegios.
- ¿Qué se extraña de Uruguay?
- Poder estar con la familia y los amigos creo que es de lo que podría decir que se extraña del país.
- ¿Y las comidas?
- Es que acá tenemos mucha variedad. Conseguimos todo: yerba, dulce, bizchochos. Se consigue de todo en México. Por suerte, todas esas cosas no se extrañan tanto.
- Al que sí me imagino que extraña es a su papá (fallecido en febrero de 2023).
-Sin dudas que sí. Por lo que fue él para mí y para mi familia, sé que todo esto lo estaría disfrutando mucho.
- Lo despidió de una manera muy emotiva a través de las redes sociales. Dijo que se le iba a “pasear” con sus abuelos, pero que siempre iba a seguir con usted. Cuénteme sobre eso.
- Hace unos años se fue mi abuela y pensarlo por ese lado lo hace un poco más llevadero. Te hace aceptarlo. Hoy, por suerte, estoy disfrutando de lo que estoy viviendo deportivamente y es por mí. Lo recuerdo de la mejor manera; es lo más saludable para transitar el duelo de una manera distinta. Uno tiene que aceptar estar mal, llorarlo, pero se hace más fácil cuando recordás las cosas positivas.
- Él era muy bicho futbolero como usted, ¿no?
- Sí, sí. Demasiado. Yo estaba en Stockolmo (baby fútbol) y él me llevó a River.
- ¿La tradición seguirá con sus sobrinos?
-No sé (risas). Tengo tres: dos sobrinas que ojalá que no les guste y otro al que no le gusta tanto. Por el tema de tener que irse del país creo que sería algo fuerte. Es preferible que estudien y que se queden ahí.
- ¿Por qué dice “ojalá que no les guste”?
- Porque uno tiene que hacer un sacrificio importante. Más hoy en día, donde en el fútbol femenino uruguayo uno ve que no les da para poder vivir. Entonces, es mejor que tengan con qué defenderse en la vida. El fútbol quizás no te da para muchas cosas y es muy de los altibajos. Es corto y son más las malas que las buenas. Si ellos optan por sacrificarse y querer hacer un deporte, mi familia y mis hermanos los van a apoyar, pero el consejo que les daría es que estudien y luego si quieren hacerlo como hobbie o por amor que lo hagan.
- Bueno, pero usted llegó a ser profesional. Podría ser un ejemplo para ellos.
- Sí, pero es complicado. Es preferible que estudien y que después decidan con sus padres, que los apoyarán en la decisión que sea que tomen.
- ¿Usted estudió?
- Me falta una sola materia para terminar el liceo.
- ¿Cuál?
- Literatura.
- ¿Y tiene pensado cursarla para ser bachiller?
- Sí, obvio: (al liceo) lo voy a terminar. Justo cuando la estaba haciendo me surgió la posibilidad de irme y ya después se me hizo imposible hacerla.
- Su primer destino fue el fútbol de Hungría. ¿Qué me cuenta de esa etapa?
-Fue una experiencia muy buena. Me manejaba en inglés allá. No tuve problemas y la ciudad era muy linda. La gente es un poco “rara”, porque no es tan pasional con el fútbol. En la calle te dejan tranquilo, no son de pedir fotos, no te dicen nada.
- ¿Por qué se fue de Europa a México?
- Para cambiar un poco de aires y también acercarme a la selección. Y creo que me salió bien.
- ¿Qué sintió al haber usado la camiseta número 10 del país (en un amistoso frente a Estados Unidos)?
- Fue un privilegio para mí. Me llamó mucho la atención en el momento porque no sabía que me la iban a dar y es algo que voy a recordar siempre.
-¿Qué le decían sus (amigos) más cercanos?
- Se mataban de la risa.
- ¿Por qué?
- Porque la 10 la usaban los mejores y era algo inusual.
- Diego Alonso creyó que usted era el indicado para usarla en ese momento. ¿Qué le quedó de él?
- Su idea futbolística, que era muy buena. Él logró convencer a todo el plantel de lo que quería y de lo que era Uruguay para nosotros. Me quedo con ese poder de convencimiento que tuvo hacia el grupo.
- Justo ahora también está con un DT uruguayo (Robert Siboldi) en Tigres, que es su segundo club después de cuatro años en México. ¿Cómo ve al fútbol de allá?
- Es una liga muy competitiva, una de las top. Por la clase de jugadores que hay y por lo difícil que es pelear un título. Tiene cosas para mejorar, como mantener las canchas en buen estado, que sería algo que aumentaría el nivel de la liga.
- Comparte mucho con Nicolás López, quien le dijo que lo estaba esperando. ¿Cómo se llevan?
- Muy bien. Concentramos juntos, tenemos una muy buena relación y nos llevamos muy bien.
- Tiene un estilo similar al suyo: a los dos, por momentos, les gusta “picarla” en las redes sociales. “Es hermoso callar este estadio”, dijo hace poco usted después de ganarle el clásico a Monterrey.
-Hay una rivalidad muy grande. Pero eso fue por la adrenalina del partido.
- Las redes son un tema, pero ¿qué es lo más complicado que tiene el jugador de fútbol?
- Personalmente, siempre tuve a mi familia atrás, que me aconsejó de buena manera, pero hay cosas complicadas. El jugador vive en una burbuja que explota en cualquier momento. No se vive así toda la vida y uno tiene que estar preparado para cuando se termina. Es preferible tener algo seguro, algo con lo que defenderte el día de mañana. Uno siempre tiene que tener claro quiénes son los que estuvieron siempre, desde el principio. Yo tengo una burbuja a mi lado muy pequeña y sé que voy a morir con ellos.
- ¿Se ve más adelante viviendo en Uruguay?
- Sí.
- Tiene un compromiso moral con River...
Me gustaría volver a jugar en River, sí. Por lo menos un torneo. Lo que River me dio es muy grande: me hizo crecer como persona y como jugador. Se ganaron un hincha más.
- Pero usted es hincha de Peñarol y ha declarado que era uno de sus pendientes. ¿Lo sigue pensando?
- Sí. Cuando hablé con la directiva de Peñarol, hace dos años, Ruglio y Bengoechea me dejaron las puertas abiertas y estoy muy agradecido con ellos porque también entendieron mi situación y que no era momento de volver al país. Hoy, por un tema de edad, va a ser difícil porque no voy a ir para no rendir. Si voy, va a ser en buen estado físico para demostrar lo que soy y también estar a la altura de lo que la gente espera de mí. No me quiero comprometer; si sucede, bienvenido sea.
- ¿Quién es su referente futbolístico?
- Me gustaba mucho Iniesta. Miraba muchos videos de él y le intentaba copiar movimientos y jugadas.
- ¿Y su puesto natural?
- Siempre jugué en el medio, principalmente de 8. Pero hoy en día me adapto a lo que sea, sin problema.