FÚTBOL INTERNACIONAL
Entre bajos rendimientos, lesiones y falta de adaptación, muchos cracks cotizados no devolvieron la inversión
En septiembre de 2013, Tottenham transfirió a Gareth Bale al Real Madrid por 101 millones de euros. Los “merengues” se llevaban así a una figura ascendente de la Premier, el club londinense embolsaba una fortuna pero, sobre todo, se rompía la marca de los 100 millones de euros pagados por el pase de un futbolista.
Era el comienzo de una era de supertransferencias, por cifras desorbitadas. Siete años y medio más tarde, no solo las consecuencias económicas de la pandemia han frenado este tipo de pases: los resultados deportivos de estos “cien millonarios” en general no justificaron los montos invertidos.
Después, Paul Pogba pasó de Juventus a Manchester United por 105 millones en 2016. Un año más tarde, Neymar y Kylian Mbappé fueron al PSG por 222 y 180 millones respectivamente, lo que motivó a Barcelona a incorporar a Philippe Coutinho por 120 millones más 40 en variables y a Ousmane Dembelé por 105 más 40 en variables. Juventus se llevó a Cristiano Ronaldo por 117 millones en 2018 y en 2019 Real Madrid compró a Eden Hazard por 115 millones, Barcelona a Antoine Griezmann por 120 y Atlético de Madrid a Joao Félix por 127.
Si bien Cristiano siguió haciendo goles, no alcanzó todavía el gran objetivo buscado por la Juve, que era ganar la Champions. La dupla Neymar-Mbappé llevó a PSG a la final europea, pero perdieron ante Bayern.
El balance de estos tres casos es más favorable, porque muchas de las otras estrellas todavía no han devuelto con su rendimiento los más de cien millones pagados. En el caso de Bale, Real se cansó de esperarlo. A Coutinho, Barcelona lo prestó al Bayern, que luego lo devolvió. Otros, como Pogba, se han ido apagando.
También hubo varios casos de largas o reiteradas lesiones entre estas figuras. No es culpa de ellos, claro, pero las situaciones de Dembelé o Hazard dejan en claro que las inversiones en futbolistas encierran estos riesgos.
“Los equipos grandes han pagado unas cantidades que superan el valor real de los jugadores”, admitió un exdirigente del Barça a El País de Madrid. Y responsabilizó de eso al PSG, cuya compra de Neymar y Dembelé provocó esa ola inflacionaria.
Otro dirigente señaló que pagar tanto por un futbolista “altera el equilibrio de egos en un plantel”. Sus compañeros lo empiezan a mirar de reojo y el propio protagonista siente la presión de justificar el dinero que costó.
Según las fuentes consultadas por el diario, de la lista indicada al comienzo solo el portugués Joao Félix puede ser considerado una inversión rentable. Si bien es cierto que todavía no mostró en el Atlético todo lo que promete, a sus 21 años todavía tiene tiempo para demostrarlo. (En base a El País de Madrid).
DEMBELÉ, MUY FRÁGIL
Ousmane Dembelé parecía la gran promesa del Borussia Dortmund cuando se lo llevó Barcelona, apurado por llenar el vacío que dejaba Neymar al irse al PSG en 2017. Costó 105 millones de euros, más 40 en variables. Nunca los justificó. El francés ha sufrido reiteradas lesiones musculares, pero cuando jugó tampoco mostró mucho. El club catalán incluso le contrató un cocinero, ya que Dembelé sólo consumía comida chatarra.
GRIEZMANN PARECE OTRO
Un caso singular. Era la figura ofensiva del Atlético Madrid y de la selección francesa, campeona del mundo 2018, lo que llevó a Barcelona a contratarlo por 120 millones de euros. Sin embargo, con la camiseta azulgrana parece otro jugador, pues nunca hizo grandes partidos. El gran dilema hasta ahora ha sido dónde colocarlo en la cancha, pues parece que ninguna posición le resulta propicia.
HAZARD, UNA LARGA LESIÓN
pUntal del Chelsea y la selección de Bélgica, Eden Hazard llegó a Real Madrid por 115 millones en 2019, pedido expresamente por Zidane. Sin embargo, pudo jugar pocos partidos, afectado por problemas físicos casi constantes. Desde su fichaje, el club disputó 72 encuentros, de los cuales Hazard se perdió 43 y estuvo 283 días de baja, según el recuento de la prensa española. Otro diario estimó que cada gol o asistencia suya le costó al Real 7.812.506 euros.
MBAPPÉ, TODAVÍA LE FALTA
El Mundial 2018 lo postuló como el gran candidato a ser el número uno del mundo cuando Messi, Cristiano y Neymar se retiraran. Veloz, ambicioso, de buen físico. PSG apeló a la fortuna catarí para sacarlo de Mónaco y llevárselo a París por 180 millones de euros. No se puede decir que ha sido un fracaso, pero todavía no despegó hacia ese número uno. Alcanzó la última final de la Champions ante Bayern, pero su rendimiento en ese partido fue decepcionante.
POGBA SE QUIERE IR
Paul Pogba era la gran apuesta de Manchester United cuando llegó en 2016 desde Juventus. Y de hecho el francés se convirtió en el eje del mediocampo de los Reds. Le jugó en contra que eso ocurrió en un período gris del United. Ahora que el equipo parece estar listo para pelear la Premier él declara que no se siente a gusto, está triste y quiere irse. El club acepta transferirlo al final de la temporada para tratar de desquitar una parte de los 105 millones que costó.
COUTINHO, RECHAZADO POR LA TRIBUNA
El brasileño era la gran apuesta del Barcelona para renovar su mediocampo y por eso entabló una larga negociación con el Liverpool. Pero sus actuaciones resultaron tan mediocres y con tan escasa entrega que la hinchada no lo toleraba. Fue cedido al Bayern Munich, donde no deslumbró, pero irónicamente le hizo dos goles al Barça en la histórica goleada por 8 a 2. Ahora regresó a Barcelona, pero se lesionó un menisco y se estima que será baja durante tres meses.
BALE, EN EL BANCO
Real Madrid, que ya no sabía qué hacer con Gareth Bale (Zinedine Zidane no lo quería en su plantel) lo cedió en préstamo al Tottenham. Allí cobra 670.000 euros semanales, de los cuales el equipo madrileño le paga la mitad, por un contrato que vence en 2022. En el club londinense fue titular en un solo partido de la actual Premier. En Real tuvo tres o cuatro actuaciones magistrales y muchas tardes deficitarias a lo largo de siete temporadas. Ni siquiera aprendió a hablar en español.