CHAMPIONS LEAGUE
Las razones de la caída del equipo multimillonario y lo que se viene en el futuro
Es difícil saber qué ocurre en las oficinas de los grandes clubes cuando se cierran las puertas. Y más cuando ese club pertenece a un emirato, donde el hermetismo es ley no escrita, a miles de kilómetros de distancia.
Las primeras versiones circulantes luego de la eliminación del PSG de la Champions a manos del Real Madrid es que rodarán cabezas. Algún medio incluso utiliza una imagen bastante tétrica: el emir de Catar, Tamim Bin Hamad Al Thani, blandiendo un sable.
Las supuestas víctimas pueden ser el técnico, Mauricio Pochettino, que no supo evitar la catástrofe del segundo tiempo en el estadio Santiago Bernabéu, y el director deportivo, Leonardo, responsable de adquirir jugadores que no estuvieron a la altura (y también, según se puede leer en la prensa parisina, de haber dejado ir a Edinson Cavani, ídolo de la hinchada por sus goles y por esa garra que otros no mostraron).
Y en las últimas horas sumaron a esa lista a Neymar, cuyo mayor compromiso con las fiestas que por el conjunto parecen haber descubierto ahora. El presidente Nasser Al-Khelaifi, quien no deja de ser un empleado del emir, tuvo que viajar a Doha para dar explicaciones personalmente sobre lo que el diario británico The Guardian definió como “uno de los más extraordinarios derrumbes de la historia”.
Lo peor es que no fue la primera vez. Todos se acuerdan cuando en 2017 venció 4-0 a Barcelona en París, pero cayó 6-1 en la revancha del Camp Nou, cuando una frenética acelerada del equipo catalán lo borró de la cancha, tal como ocurrió este miércoles en Madrid (dato al pasar: aquella vez Messi y Neymar estuvieron del otro lado). “La misma quiebra, la misma pesadilla, la misma licuefacción, el mismo naufragio absoluto en cuanto se levantó la tormenta y el grande, el inmenso Karim Benzema se levantó: ya no es un accidente, es una cultura”, escribió el periodista de L’Equipe, Vincent Duluc.
Daniel Riolo, de RMC Sports, prefirió cargar contra Neymar. “Tiene que irse, ya no es futbolista, tiene que ir a la semana de la moda. ¡Es un idiota!”.
“Que este club pierda sus medios cuando un pequeño grano de arena se apodera de la máquina probablemente revele mucho más que un simple golpe del destino, y convocar la gloriosa incertidumbre del deporte no será suficiente. Sin embargo, es difícil encontrar razones inteligentes para una quiebra colectiva recurrente que no necesariamente concierne a los mismos jugadores y los mismos entrenadores”, comentó Jean-Luc Ferré en el diario La Croix.
Hasta el extenista Yannick Noah, que se confiesa hincha del PSG, se quejó con amargura: “Estoy cansado de este equipo que pierde todo el tiempo”.
Se han intentado buscar explicaciones tácticas o técnicas sobre lo ocurrido en el Bernabéu. Por supuesto, tal vez si el arquero Donnarumma soltaba la pelota antes no hubiera llegado el primer gol de Benzema, que trajo el segundo y después el tercero. Por un plantel que vale mil millones de euros no puede derrumbarse por una única jugada, ese pequeño grano de arena.
Desde hace tiempo se advertía que el PSG tiene tres jugadores que participan muy poco en la recuperación de la pelota (Messi, Neymar y Mbappé), y que eso podía pasarle factura cuando se enfrentara a equipos que manejan muy bien la pelota. Manchester City y Liverpool mueven la bola con maestría, pero todos sus hombres quieren comerse al rival cuando sale de su área. Es difícil imaginar a esos tres jugadores (extraordinarios por cierto) lanzando la presión intensísima que hicieron Benzema y Vinicius sobre Donnarumma en ese primer gol. Sin embargo, hay cuestiones más profundas.
El fútbol está cambiando a pasos acelerados y el dinero gravita cada vez más. Pero no lo es todo. Una inversión de casi 1.400 millones de dólaresen diez años no cumple el sueño de grandeza europea de los cataríes. Hay un elemento importante que no se puede comprar en ningún mercado. Real Madrid, también con un sólido respaldo financiero, desde hace muchos años viene depositando en otra cuenta, la de la mística, la fuerza espiritual que agrega un plus a la acción los grandes jugadores.
Sucede que en este nivel de competencia de la Champions casi todos los equipos están llenos de cracks y de dinero, por lo cual se necesita algo más para ser el mejor. Un reciente dicho afirma: “billetera mata galán”. En fútbol, está visto que “mística mata billetera”.
Tampoco PSG lo ignoraba del todo. Por eso fueron a buscar a Sergio Ramos, que se cansó de levantar copas en Real Madrid. Pero el zaguero ha vivido lesionado esta temporada y poco pudo aportar. El club parisino estará colmado de astros, pero no terminaron nunca de alinearse.
La caída puede acelerar el adiós de Mbappé
En Francia se afirma que lo único interesante para el PSG de lo que resta de esta temporada es la novela de Kylian Mbappé. Fuera de la Champions y con la Ligue1 casi asegurada, lo único que se preguntarán sus hinchas es si el delantero seguirá en el club o se irá al Real Madrid.
Y la respuesta parece ser una sola: Mbappé tiene la intención de irse a Madrid porque es una promesa más creíble de títulos internacionales que su actual equipo. En junio, cuando venza su contrato, el jugador tendrá la libertad de elegir su nuevo patrón. El PSG le realizó ofertas descomunales. La última, a comienzos de este mes, fue de 30 millones de euros brutos por temporada. No hubo respuesta del interesado todavía.
Real Madrid le propondría un salario menor, pero con el atractivo de un equipo competitivo a su alrededor. Estos días, los diarios deportivos madrileños abundaron en comentar mínimos gestos de Mbappé, como su presunta admiración por las obras en el estadio Santiago Bernabéu. Después, esos periódicos comentaron que lo ocurrido en el partido Madrid-PSG terminará de convencerlo para firmar por los merengues.