SEMIFINALES

Si antes del Mundial de Qatar 2022, alguien hubiese tenido que apostar, la predicción de que Franciallegaría a semifinales de la Copa del Mundo no habría levantado ninguna polémica: la última campeona del mundo, con figuras como Kylian Mbappé, Olivier Giroud, Karim Benzema (aunque quedó fuera por lesión), Antoine Griezmann y tantos otros, se perfilaba. Y la predicción se cumplió: Francia pasó de fase primera en su grupo y avanzó, dejando por el camino otras selecciones candidatas como Polonia y, su último rival, Inglaterra.

Los galos deleitan con buen fútbol y grandes individualidades. Son un equipo ordenado y eficiente, que tuvo contundencia y supo imponerse a sus rivales. A diferencia de muchos de los participantes de esta Copa del Mundo, los bleus no empataron ni forzaron alargues ante sus rivales y los únicos puntos que resignaron fue en la tercera y última fecha de la fase de grupos ante Túnez.

Antes del partido, en rueda de prensa, su seleccionador Didier Deschamps habló sobre la chance histórica que el equipo tiene de lograr el bicampeonato y de las expectativas: “Todavía no lo hemos hecho, pero llegar a semifinales es ya algo importante. Para esto no hay secretos, es una amalgama de cosas. La primera e imprescindible es la calidad de los jugadores, pero no es suficiente con eso. Hacen falta otros ingredientes, como la fuerza colectiva, la mentalidad, la capacidad de reaccionar ante las dificultades y hacer que, cuando el partido está en el filo de la navaja caiga de nuestro lado”, señaló.

La historia es completamente diferente para sus rivales de semifinales, a quienes enfrentaron en el pasado solamente por partidos amistosos. La presencia de Marruecos-que es el primer equipo africano en quedar entre los cuatro mejores de la Copa del Mundo- no es más que una sorpresa que está dejando su huella en Qatar.

Quienes pasean por las calles del país de Medio Oriente aseguran que los marroquíes viven el fútbol con mucha pasión y que su clasificación despertó una efervescencia que contagia. Son los únicos que han hecho “lío”, que entran a los estadios empujando y que llevan la fiesta más allá de las reglas, en un Mundial muy controlado.

En la cancha son un equipo con líneas ordenadas, a las que es difícil superar. Así quedó demostrado en octavos de final, cuando eliminaron a la España de Luis Enrique luego de que no pudieran hacerle un gol ni en los 90’, ni el tiempo suplementario y se impusieran en los penales. En el partido de cuartos de final, le arruinaron el sueño mundialista a Cristiano Ronaldo, quien se despidió de los Mundiales sin poder alzar la Copa del Mundo.

Ayer, durante una rueda de prensa, el entrenador de Marruecos Ralid Wegragi, bromeó con el hecho de que no son favoritos: “Al principio de la competición nos daban un 0,01 % de opciones de ganar. Ahora supongo que nos darán más. Vamos a tirar por tierra esas estadísticas”, señaló.

Y agregó: “Yo busco un cambio de mentalidad profundo. Si nos contentamos con la semifinal no habremos roto esa frontera. Estamos aquí para ganar el Mundial. Puede parecer una locura, pero es lo que buscamos”.

El partido resulta difícil de leer en la previa, Francia tendrá que sacar a relucir todo su arsenal y no tendrá una parada sencilla, porque Marruecos sabe lo que quiere.