Agradecido, así está Franco Pérez (21). Agradecido con su madre, esa a la que “no le faltó cancha por recorrer y es la gran responsable de esto”. Agradecido, también, con el deporte porque “si no hubiera sido por el fútbol no creo que hubiera conocido Estados Unidos”.
Es que ahí, en Norteamérica, más precisamente en Orlando, está Franco Pérez. Aquel puntero habilidoso y rápido que la rompió en la temporada más importante de Rentistas en su historia, se está jugando la chance de estar en el plantel principal del equipo que hoy cuenta con Mauricio Pereyra, Facundo Torres y César Araújo.
“El interés surgió en octubre de 2022, me llamó Flavio Perchman, mi representante, y me dijo que había un chance para ir a Orlando o al Inter Miami. Tuve una reunión por Zoom con el técnico del equipo B, del equipo principal y el gerente deportivo y me vine”, le cuenta Franco Pérez a Ovación.
Su vínculo con el equipo norteamericano es en calidad de préstamo hasta fin de año con opción a compra, y si Orlando City la ejecuta, será jugador del plantel principal y en eso trabaja, a pesar de que no todo fue perfecto.
“Arranqué muy bien en lo personal y ganamos los tres primeros partidos y ahí en una charla con el DT previo a un entrenamiento me dijo que me veía muy bien y en ese entrenamiento me desgarré el 80% del músculo y quedé afuera como 10 partidos”, recuerda quien se recuperó por completo, volvió a jugar y sigue luchando por ganarse ese lugar en el plantel principal.
Su adaptación no solo se hizo más sencilla por tener contacto con Torres y con Pereyra y por contar con un diálogo más fluido con Araújo, al que ya conocía de un proceso Sub 20, sino porque tiene como compañero a Gonzalo Agustoni, estadounidense con raíces uruguayas y también a Cristofer Acuña quien llegó desde Montevideo City Torque.
Respecto al idioma admite: “En el club, muy bien porque somos varios sudamericanos y en la calle le meto pero lo que más me cuesta es cuando me hablan porque hablan rapidísimo. En el club me hablan más despacio y si me equivoco me corrigen. Hay un profesor, pero es bravo porque solo habla inglés”.
Viajó solo a Estados Unidos y a pesar de que confiesa que le fue muy complicado mantener la cabeza ocupada cuando estuvo lesionado, manifiesta que “cuando sos consciente que estas cosas pueden pasar en la carrera, lo vas asimilando”.
En lo deportivo, Pérez asegura que su intención está en ganarse un lugar a fin de año: “Sin duda que es lo que quiero y lo que me ilusiona, pero no enfoco mucho la cabeza en eso porque es a fin de año y primero está lograr los objetivos que tengo con el equipo B y a fin de año pasaremos raya”.
En el día a día se sorprende a menudo: “Es todo primer mundo e impresionante en Estados Unidos. Mismo desde el club, vos fijate que llegás y te esperan con dos pares de championes, zapatillas para correr, chancletas y todo con tu nombre”.
Estar en Orlando también lo tiene alerta a una de las noticias más importantes de los últimos días en la MLS: el arribo de Lionel Messi. Para su equipo, el Inter Miami es el rival de la ciudad en el Clásico del Sol y ya se palpita: “Era una locura antes de que llegara y al ser el clásico de Orlando mucho más. Hay carteles por todos lados, la gente con su camiseta, pero Orlando va a querer ganarle siempre por más que esté Messi. Cuando se crucen en la cancha serán rivales como cualquier otro”.
Para que pueda vivir lo que hoy está viviendo, fueron muy importantes sus raíces y en ellas está Rentistas, club al que llegó desde preséptima y en el que hizo toda la escalera de juveniles para lograr el premio máximo: ser campeón en Primera División.
Lo logró en el Apertura 2020, lo que le permitió también disputar nada menos que las finales del Uruguayo de ese año en las que cayó con Nacional: “Fue algo difícil de creer. Cuando hablo de ese plantel, de lo primero que me acuerdo fue la clase de referentes que teníamos los más chicos y después del gol con Liverpool en la semifinal donde lo llevamos a penales y ganamos. Hasta el día de hoy veo esas cosas y me da mucha alegría”.
Franco Pérez, aquel que nació en Suárez, que jugó en La Vía y en Lomas de Toledo, es el mismo que hoy en Orlando siente la misma pasión por el fútbol y se lo agradece.