Redacción El País
Wanderers y Miramar Misiones fueron protagonistas de un partido de ida y vuelta en el Parque Viera, que sembró preocupación en propios y extraños por una acción que dejó muy dolorido a uno de los futbolistas y lo obligó a retirarse de la cancha.
A los 40 minutos del primer tiempo, un tiro de esquina terminó en un susto grande: Pablo Lima, mediocampista bohemio, conectó un cabezazo en el área rival, pero en el salto chocó fuerte con Denis Olivera, de Miramar. Ambos quedaron tirados en el césped, pero el desenlace fue muy distinto para cada uno. Mientras Olivera pudo seguir en cancha tras reponerse, Lima se llevó la peor parte y tuvo que salir con una hemorragia en la cabeza que encendió las alarmas.
El juego -que terminó con victoria visitante por 2-1- estuvo parado casi cinco minutos mientras los médicos atendían a los jugadores. Lima, visiblemente afectado, fue retirado en camilla por Guzmán Pereira y Leandro Zazpe, compañeros que no dudaron en ayudarlo.
El golpe fue tan duro que Juan Manuel Martínez, DT de Wanderers, metió mano rápido: Francisco “Pancho” Cerro ingresó en su lugar para recomponer al equipo. Del otro lado, Olivera se levantó, sacudió la cabeza y siguió en el partido como si nada.

El incidente dejó al descubierto un problema de desorganización que había demorado el partido. Minutos antes del inicio, los jugadores tuvieron que esperar más de la cuenta para empezar porque la ambulancia, que es obligatoria en cada cancha, llegó tarde al Viera. Venía del Tróccoli, donde Cerro y Danubio habían empatado 1-1 un rato antes, y el retraso obligó a todos a quedarse mirando el reloj.
El choque de cabezas que derivó en la salida de Lima había nacido de un córner bien ejecutado, que encontró al volante conectando muy bien por los aires. La pelota no terminó en la red, gracias a la buena intervención del golero Lucas Giossa, pero el impacto con su rival sí dejó marca.