TECNOLOGÍA
Esta práctica se diferencia del resto de los videojuegos en línea porque el consumidor es dueño de sus activos, que son únicos, y que puede traducir en ganancias económicas.
El fútbol nació, para algunos, en 1863 en tierras inglesas. Para otros, como los guaraníes, unos 200 años antes de esa fecha. El verdadero punto de origen no está claro, pero lo cierto es que hace mucho tiempo que esta disciplina se encuentra presente entre los seres humanos y que continúa desarrollándose con la tecnología. Hoy, en 2022, aún continúan apareciendo nuevos formatos de juego y realidades virtuales. Tanto que se ha vuelto normal descargarse el FIFA todos los años. Hasta que el metaverso y los NFT llegaron para proponer alternativas.
La Liga NFT es una de ellas, impulsada por Ephere Football, una empresa uruguaya, propone un mundo virtual que gira en torno a gerenciar un propio equipo de fútbol, lo que incluye descubrir futbolistas promesas, contratarlos y entrenarlos, para luego establecer la alineación y la estrategia en el partido, así como administrar la infraestructura del club.
Diferencial con respecto a los juegos que ya existen
La conjunción del metaverso —realidad virtual que nuclea conexiones a dispositivos y hace sentir a una persona que está dentro de él— con los activos no fungibles, conocidos como NFT —por sus siglas en inglés non-fungible token— lo cual significa que es un bien irrepetible, maximiza las posibilidades de ganar partidos, competencias y completar desafíos, mientras se gana dinero (criptomonedas) durante la participación.
El diferencial con los videojuegos de fútbol tradicionales está en la capacidad de poder ser dueño de los elementos esenciales del juego e intercambiarlos libremente gracias a la tecnología blockchain, la cual permite llevar a cabo transacciones digitales sin intermediarios, de forma rápida, segura y descentralizada.
¿Cómo se juega?
Dentro del juego hay una cantidad de futbolistas limitada y cada uno es un NFT (activo irremplazable). A su vez, cada usuario es dueño de sus jugadores, estadios y contratos, por lo que puede venderlos o transferirlos.
Los futbolistas, que no son ilimitados y contarán con un tope de 200 millones, tienen atributos mentales y físicos que se entrenan, a la vez que cosechan experiencia tras los partidos. Pero como en la realidad no virtual, también se cansan, se lesionan y envejecen.
¿Cómo se asegura de que son únicos? Al igual que las criptomonedas, los NFT se almacenan en una blockchain (esta información es pública) para que no se generen copias.
A la hora de crear el perfil de cada avatar, se puede seleccionar los atributos precargados (6.000 millones de combinaciones) o crearlos de manera manual e incluso crearse a uno mismo.
Dentro de Ephere Football se encentran los juegos Play and Earn, que cuentan con una economía propia asociada a las criptomonedas, en los que se recompensa a los usuarios con activos digitales por jugar o pasar tiempo dentro del ecosistema. Estos activos digitales pueden comerciarse, lo que permite a los jugadores ganar dinero (criptomonedas y/o jugadores, estadios) mientras juegan torneos o temporadas.
Las criptomonedas se pueden volcar en mercados secundarios, cambiarlas por otras o convertirlas en dólares o pesos y transferirlos a una cuenta bancaria. Esto se hace a través de servicios llamados crypto-to-fiat que aún no está disponible en Ephere, pero están en camino.
¿Cómo surge?
Ephere Football se define a sí misma como un ecosistema de juegos de fútbol en el metaverso donde las personas pueden ganar activos digitales sobre los cuales tienen derechos de propiedad y con los que pueden comerciar libremente.
Está encabezada por Agustín Rodríguez, fundador y CEO, Felipe Collazo, co-fundador y art director, y Héctor Ituarte, co-fundador y business developer, quienes se unieron persiguiendo una misma pasión por los juegos de estrategia, los sistemas económicos y el fútbol.
“Creo firmemente que todos los juegos deberían permitir a las personas ser dueñas de los activos que generan invirtiendo su tiempo, esfuerzo, y hasta dinero. El derecho de propiedad es la base fundamental para la libertad económica y política de los individuos, y todos deberíamos gozar de ella, en todos los ámbitos de nuestra vida”, explicó Rodríguez.