Gastón Tealdi cerró su ciclo como vicepresidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y regresó al Consejo Directivo de Peñarol en medio de la polémica por los arbitrajes, pero quiere aportar su granito de arena en el club de sus amores en base a su estilo y filosofía de vida.

En entrevista con Ovación, el dirigente contó cómo fue su pasaje por la AUF, qué cosas quedaron por hacer, cuáles fueron los momentos más críticos y cómo se gestó la llegada de Marcelo Bielsa a la selección de Uruguay.

Además, Tealdi dio su punto de vista acerca del conflicto que se generó entre la Asociación Uruguaya de Fútbol y Peñarol que lo tuvo como rehén, dijo cuánto vale hoy el fútbol uruguayo y remarcó la unión que debe reinar en la institución mirasol en pleno año electoral.

Foto: Darwin Borrelli.

— ¿Cómo fue tu pasaje por la vicepresidencia de la Asociación Uruguaya de Fútbol?
— Se hicieron muchas cosas. Fue un Ejecutivo muy proactivo que trabajó en varias aristas muy importantes, desde lo deportivo y estructural con las selecciones, la contratación de un coordinador como Jorge Giordano que trabaja desde la mayor a las juveniles haciendo una tarea excepcional y eso, en parte, se vio con la consagración de Uruguay en el Mundial Sub 20. Es un proceso que viene dando frutos y que también tuvo la contratación de Marcelo Bielsa. Este Ejecutivo también logró clasificar al Mundial y fue un hecho importante y positivo que nos tocó vivir. Después también resalto la consolidación patrimonial de la AUF, que está sólida porque sino no se habrían logrado muchas de esas cosas. En lo financiero la AUF potenció las infraestructuras a través de fondos de Conmebol y FIFA, y de la Ley de apuestas deportivas, algo importante para mejorar la infraestructura de los clubes. Otro punto importante fue la implementación del VAR y más allá de los errores que siempre va a tener porque es una herramienta utilizada por seres humanos, es indispensable para la transparencia. Además, rescato que se creó dentro del Ejecutivo un clima de confianza en el que se trabajó con espíritu e interés institucional, algo que siempre es importante cuidar. Este Ejecutivo generó valores y es algo para construir y dejar un legado a futuro.

— ¿Le quedó algo en el tintero al Ejecutivo anterior?
— Sí. Uno de los objetivos que nos trazamos fue cerrar esa brecha que existe en el fútbol uruguayo y es un deber que tiene el nuevo Ejecutivo. Tiene que gobernar para todo el sistema del fútbol porque hoy el fútbol son los clubes, jugadores, el femenino, OFI, fútbol sala. Hay actores que hay que conjugar para tratar de construir lo que no se pudo cimentar en nuestra gestión y esa fue una deuda pendiente.

— ¿Tuvieron situaciones críticas en la gestión?
—Hubo varias. Una fue la pandemia de coronavirus, momento difícil en el que hubo que tomar decisiones fuertes. Había que sostener a la AUF desde el punto de vista financiero, institucional y patrimonial. También la situación con el arbitraje siempre está en la mesa. Nos tocó y nos toca de cerca. En 2019 fue con Nacional, en 2021 y ahora con Peñarol. Decidir la salida del maestro Tabárez fue otro de los momentos difíciles porque se trataba de una institución en Uruguay y el mundo. Todos los uruguayos nos sentimos orgullosos de ese proceso que lideró pero había una realidad que no nos estaba dando los resultados esperados y lamentablemente los dirigentes, al igual que los técnicos, estamos sometidos a los resultados. Fueron momentos complicados y noches sin dormir para tomar una decisión que con el diario del lunes nos salió bien para clasificar al Mundial, que era el objetivo. Se vio otra energía con Diego Alonso en las Eliminatorias con un proceso muy bueno, pero luego en la Copa del Mundo se dio lo que a mi entender fue un fracaso.

— Participaste activamente de la llegada de Marcelo Bielsa. ¿Cómo fue ese proceso?
— Surgió esa posibilidad a través de Ignacio Alonso, Jorge Giordano la trabajó muy bien y yo tuve el honor de ser parte de la negociación con el contrato. Al principio la reacción de todos fue que era una locura, sobre todo en lo económico, pero se dio esa casualidad de que él buscaba un proyecto de las características de la selección uruguaya. Entonces eso lo motivó porque entiende que Uruguay tiene jugadores que pueden adaptarse a su modelo de juego. Y a nosotros nos entusiasmó el grado de conocimiento que tiene del fútbol uruguayo, de la gente y lo detallista que es en cada tema que se trató antes y después de firmar contrato.

— ¿Cómo lo viste a la hora de recorrer las instalaciones con las que cuenta la AUF?
— Estuve con él en dos oportunidades en la negociación y pudimos ver y analizar características que lo distinguen. Está en todo, en cada detalle para destacar cosas a corregir que implican una erogación grande pero con el objetivo de estar arriba de esos aspectos para poder cumplir de la mejor manera posible su función.

Foto: Darwin Borrelli.

— ¿Pensás que fuiste rehén del conflicto entre Peñarol y AUF?
— Sí. Siendo vicepresidente de la AUF y estando al lado de Ignacio Alonso, podés tener alguna discrepancia o alguna discusión defendiendo a tu institución, pero hacia afuera era un Ejecutivo sólido y yo no puedo deslindarme de la gestión en AUF porque era una responsabilidad. Pero más allá del problema entre Peñarol y AUF, a mi entender el club incursionó en un conflicto en el que nunca había incursionado como el tema de la pelea por los derechos de televisación. Ese es el origen y el fondo de todo. El conflicto entre Casal y Domínguez, entre Casal y los jugadores. A partir de 2021 hubo una política de Peñarol mucho más profunda en ese sentido y las elecciones de la AUF fueron una demostración de eso. Si bien Peñarol siempre tuvo una buena relación con Tenfield y yo siempre digo que hay que tener buena relación, ahora el involucramiento es mucho más cercano. La batalla está en ese ámbito y con eso todas las derivaciones que vienen después.

— ¿Qué postura tenés respecto a los derechos de televisión?
— Lo que yo pienso es que desde la AUF se debe trabajar haciendo lo mejor para el fútbol uruguayo, incluyendo el tema derechos de televisación para obtener los mejores recursos posibles. En eso trabajamos durante los últimos cuatro años y ahí defendí al club porque si se consiguen más recursos, habrá más ingresos para las instituciones ya que la AUF de eso no toca ni un peso, es todo para los clubes

— ¿Cuánto vale el fútbol uruguayo actualmente?
— Entre las auditorías que hicimos y las que se están haciendo la AUF llegó a la conclusión de que hoy el fútbol uruguayo vale entre 32 y 35 millones de dólares. Hoy se percibe alrededor de 16 millones. Hay balances y auditorías que indican que nuestro fútbol genera alrededor de 60 millones dólares. Hay una diferencia demasiado grande que de alguna manera tenemos que mejorarla para el beneficio de todos los clubes.

— Te tocó vivir una situación complicada como la de la bandera que decía “Tealdi traidor” en la hinchada de Peñarol. ¿Cómo fue ese momento?
— Esa bandera tiene mucho que ver con lo que te comentaba de los derechos de televisación porque no fue una bandera de expresión espontánea de los hinchas con tela y un aerosol. Estaba bien hecha y la empresa que tiene los derechos de televisión se encargó de ponerla varias veces en pantalla. Ese día no fui a la cancha porque se me hizo tarde. Estaba con mi esposa en casa y terminar de ver el partido con ella llorando al lado no fue algo agradable. Hay mucha política detrás de eso que ocurrió dos días después de las elecciones en AUF. Sé que estoy en esta batalla que entiendo tengo que dar pero apelando a la transparencia, honestidad y honorabilidad. Y en la medida que la familia entienda los riesgos que esto significa, si uno defiende lo que entiende que es lo mejor para el club que ama, la batalla no estará perdida y siempre valdrá la pena darla.

Foto: Darwin Borrelli.

— ¿Es un error que Peñarol no esté en el Ejecutivo de la AUF?
— Sí, sin duda. Es un error muy grande en el que Ignacio Alonso como Ignacio Ruglio son los responsables debido a las estrategias que han llevado a cabo. En los primeros meses de gestión de Ruglio le dije que daba un paso al costado y me pidió que no me fuera. Pero hoy el club está desamparado porque no forma parte de la toma de decisiones en la AUF. Fue un gran error y una consecuencia de haber utilizado una estrategia equivocada porque se quebró la confianza entre Peñarol y la AUF y acá lamentablemente las cosas se construyen con confianza. Es por eso que ahora, al volver al club, el Consejo Directivo de Peñarol me pidió que esté cerca de la AUF y de la Conmebol.

— ¿Cómo se hace para estar cerca de dos organismos que ya no integrás más?
— Más allá de las discrepancias que tenga Peñarol con AUF, Conmebol o FIFA, ellos saben que acá hay una persona de confianza que estuvo trabajando durante mucho tiempo. Hay una relación de confianza con esos organismos y eso no se perdió, por eso la idea es comenzar a tender puentes.

— ¿Tendiste algún puente entre Ruglio y Alonso?
— Sí. Fui promotor de varias reuniones entre ellos, pero la grieta que hay en el fútbol impide que eso se pueda dar de la mejor manera porque estamos en un momento en el que los arbitrajes a veces no ayudan a que esa relación se pueda recomponer. Pero es secundario. Acá lo medular es que estamos en un momento en el que se está reformulando un nuevo contrato de los derechos de televisación y si bien vence en 2025, la realidad es que hay una puja y la AUF entiende que hay que esperar para no malvender el activo más importante que tiene nuestro fútbol.

— ¿Por qué volviste al Consejo Directivo y cómo ves al club?
— Volví a Peñarol porque es mi pasión desde chico y porque los socios me votaron para que los represente. Más allá de algunas discrepancias que se puedan tener, agradezco el respeto de mis compañeros consejeros en la bienvenida y justamente en la última reunión Peñarol dio un mensaje de unión con ese comunicado, algo poco común en un año electoral y a seis meses de las elecciones. Nosotros tenemos que unir y no dividir, porque como decía Washington Cataldi: para un peñarolense no hay nada mejor que otro peñarolense. Y tenemos que trabajar muy unidos por la institución.