Entre la luna de miel del retiro y la primavera de sus últimos años de carrera profesional. Así son los días del argentino Gonzalo Bergessio hoy, que tiene un pie adentro de las canchas y los gimnasios -porque le apasiona entrenar- y otro afuera del fútbol por una mera cuestión biológica.
Nostálgico, tiene la incertidumbre de seguir, aunque su esposa lo cincha para que estire un año más.
Su huella en Nacional, donde se convirtió en el máximo goleador del siglo XXI del club (91), y el cariño por Uruguay lo hacen mirar hacia el futuro con cautela, pero también de brazos abiertos para asumir en un algún cargo.
Aunque esa posibilidad todavía no le ha llegado, dice estar dispuesto a aceptarla, pese a que todavía se siente “jugador”.
Tiene buena relación con parte de la dirigencia y se proyecta como entrenador o director deportivo.
- Tenés 39 años, rescindiste contrato con Tristán Suárez y sos jugador libre. ¿Te vas a retirar? ¿Tus hijos quieren que sigas jugando?
-A ellos les encanta ir a verme, que yo juegue, y más ahora que son grandecitos y entienden todo. Dani (por Daniela Recupero, su esposa) a veces me dice que le dé un añito más, pero el cansancio también se siente. Ya no era lo mismo que cuando éramos jóvenes. Disfruto de las cosas cuando estoy de vacaciones, como en este período. De las amistades, la familia, pasar lindos momentos fuera del fútbol, que también es importante. ¿Continuar o no? Depende de las circunstancias, de dónde, de cómo. Todavía no lo decidí, pero puede ser que deje de jugar o continúe un año más.
- ¿Tuviste que cambiar mucho el entrenamiento a medida que te hiciste más grande?
-A veces con la edad necesitás estar un poco más ágil. Es difícil mantenerse en un peso como cuando tenías 20 años y es fundamental cómo se siente uno. Creo que cambié poco el entrenamiento porque siempre me gustó entrenar mucho. A veces terminaba demasiado cansado y me decían “entrená menos”, pero no puedo. Es parte de mi esencia.
- ¿Cómo es pasar de estar en el primer mundo, en Italia, al poco tiempo jugar en Belvedere, en el Tróccoli?
-A mí me tocó venir de abajo, de una familia humilde, en la que, si bien no nos faltaba nunca la comida, la tuvimos que luchar. Yo sé lo que es estar en un equipo del ascenso, pelear con los compañeros que viven del día a día. Gracias a Dios, pude hacer una carrera, estar bien en todos los aspectos, pero no es que por haber jugado afuera ahora soy diferente.
- Pero se necesita de cierto ego para competir, ¿o no? Aunque está el límite fino entre ese ego y encandilarse con las luces...
-Está bueno tener un autoestima alto porque eso te hace competir mejor, pero siempre hay que tener los pies sobre la tierra. Si tenés humildad, trabajás y estás a la par de tus compañeros, como debe ser, no debería haber ningún problema.
- ¿Es difícil desde lo mental el fútbol uruguayo?
-Sí, porque sino todos los jugadores extranjeros tendrían que romperla toda y a muchos se les complica. Tiene sus dificultades: tenés que estar fuerte, tenés que acostumbrarte a las costumbres del país. Hay un montón de cosas que tienen que cuadrar con vos. Pero no deja de ser un buen fútbol.
- ¿Te fuiste a tiempo de Nacional o te quedó la espina de no haber seguido más años?
-Creo que estaba para seguir. Porque siempre subí la cantidad de goles a medida que pasaban los años y cada vez tenía más edad. Fue una pena no poder seguir. Capaz que un añito o dos más podía seguir estirando la racha de goles porque me sentía bien, pero todo tiene un final.
- A los grandes a veces les cuesta retirarse a tiempo. Muchos de ídolos pasan a ser odiados. Recuerdo que en tu último semestre no hiciste tanto goles. ¿No era un buen momento para irse?
-No creo que pasara por un tema de semestre. Me parece que si se evaluaba el año, podía haber continuado tranquilamente. Si te ponés a pensar, en el último año fue en el que hice más goles de los cuatro que estuve. Entonces, no creo que haya sido tan malo. Capaz que sí, en los últimos meses erré algún penal o algún gol, pero en la estadística fue el año con más goles. Después, hay otros aspectos que se evalúan, como la edad, que los dirigentes lo habrán hecho y está perfecto. No les cerraba que yo siguiera y no seguí. Nadie dice nada. Me parece que me pude ir haciendo las cosas bien y eso fue importante. También pudo haber pasado por no conseguir el campeonato. Si lo conseguíamos, tal vez las cosas cambiaban.
- ¿Cómo definirías tu forma de liderar al plantel de Nacional? ¿Eras un líder positivo o más individualista?
-Eso se lo tendríamos que preguntar a los compañeros con los que estuve. Hablar de cómo era uno mismo no tiene mucho sentido. Siempre traté de ponerme en el lugar del otro y de defender a mis compañeros. Si nos teníamos que decir cosas o si me calentaba, se los decía. Hay un montón de cosas que pasan y quedan ahí adentro. Pero eso es una pregunta más para los compañeros que tuve que para mí.
- ¿Por qué a Nacional le ha costado tanto competir y pelear un título internacional durante tanto tiempo?
-Es difícil porque hay equipos brasileños y argentinos que tienen 10 o cinco veces más presupuesto. Creo que hay que tomar los modelos a seguir de Defensa y Justicia o Independiente del Valle, que gana muy seguido la Copa Sudamericana. Son equipos medianos, pero que compiten con planteles similares al que tiene Nacional y lo hacen de buena manera. Es el camino que habría que copiar. Ojalá que se mantenga una base con jugadores de nivel internacional para poder competir.
- La interrogante se abre cuando te aparecen jugadores desequilibrantes, como por ejemplo Brian Ocampo. ¿Hay que venderlo para sacar rédito inmediato o apostar a mantenerlo para ver cómo te va?
-Los equipos que hablábamos recién también venden. El tema es que no le podés cortar la carrera a un chico como Ocampo, que demostró que puede jugar en Europa. Es natural que lo lo vengan a buscar porque es diferente. Es normal que se vayan uno o dos por año. Pero capaz que una base buena, con jugadores experimentados, que estén asentados en Nacional, la podés mantener. Es importante tener jugadores que quieran estar y sientan la camiseta.
- ¿Te gustaría ser director deportivo o técnico?
-Sí, me gustaría estar cerca del fútbol porque es mi vida. Sea como director deportivo o técnico. Me gustan cualquiera de los dos. Son trabajos diferentes, pero creo que puedo prepararme bien para lo que sea.
- En Nacional, por ejemplo...
-Puede ser. Siempre digo que si me necesitan voy a estar. Hoy por hoy, me siento jugador de fútbol, pero si me necesitan en otro rol, en el momento que sea, estoy para dar una mano.
- Teniendo en cuenta tu buena relación con algunos dirigentes, ¿te han tentado? ¿Es una posibilidad?
-Hablamos de tanto en tanto, pero no de un ofrecimiento de trabajo hasta ahora.
- ¿Por qué el club está como está hoy?
-Cuando las cosas no van bien, es porque se cometieron errores. Es normal. Capaz que fue en el armado del plantel o en decisiones que se tomaron al empezar el año. Nacional tiene obligación, por lo que es el club, de terminar lo más alto posible. Es difícil terminar peleando algo porque ya quedaron lejos, pero hay que replantearse qué se hizo mal y corregirlo para el año que viene.
- ¿El Chino Recoba te gusta como entrenador?
-Claro que me gusta. Con toda la experiencia que tiene de Europa, con todo lo que fue y representa para Nacional, claro que me gusta. Hay que darle tiempo para que trabaje, esté tranquilo y pueda armar su plantel el año que viene. No todo es sobre los partidos que pasaron o vendrán; creo que hay que darle la oportunidad que se merece porque el Chino es un ídolo del club. Hay que cuidarlo y darle el tiempo que necesita para la adaptación y demostrar que puede.
- A principio de año se rumoreó que estabas cerca de firmar en Liverpool. También se habló de una posible llegada a Racing. ¿Qué pasó?
-Tuve conversaciones, hablé. Pero preferí quedarme en el país (por Argentina) porque ya estábamos acá con los nenes. Fue un tema familiar también.
- Cuando se confirmó la llegada de Leo Coelho a Peñarol hiciste una publicación en Instagram con la camiseta de Nacional...
-Sí, la más linda...
- ¿Por qué? ¿Fue un mensaje porque no veías bien lo que hizo?
-Cada uno tiene su poder de decisión. Si él creía que lo mejor era irse a Peñarol porque le servía económicamente y le gustaba, allá él. Cada uno tiene su manera de pensar. Esto es un laburo también y él, que es de afuera, tal vez pensó que era lo mejor. Igual que el Cabecita (Sebastián) Rodríguez. La gente a veces tiene que entender que esto es un trabajo para todos. Yo, por ejemplo, no lo haría, pero otro por ahí sí. Me ha tocado la posibilidad de jugar en el Palermo de Italia después de haber estado en Catania cuatro años y medio y dije que no. Era un montón de plata, pero yo pensaba que estaba traicionando al club que me dio trabajo durante tanto tiempo. Capaz que le erro, pero mi manera de pensar siempre fue la misma.