ENTREVISTA

Lo admite, tuvo que moverse y hablar con su representante para tratar de encontrar un lugar ideal para vivir un nuevo nacimiento deportivo. Y fue Liverpoolel club que abrió las puertas. Gonzalo Carneiro quiere volver a ser, recuperar su nivel, demostrar que pudo haber errores, pero que son cosas del pasado. Hoy sueña con dejar una marca en el Negriazul, pero no se olvida de Defensor Sporting, club al que en algún momento le gustaría volver a defender.

-¿Cómo estás viviendo este regreso al fútbol uruguayo?
-Volver es algo que había buscado como una manera de retomar mi carrera y sabiendo que necesitaba tener minutos de juego. Con mi representante entendimos que el mejor camino para construir todo de nuevo era el de volver al país. Además, también me empujaba una situación familiar porque voy a ser papá dentro de poco tiempo y quería estar presente en el nacimiento.

-¿Qué significa hacerlo en Liverpool?
-Es motivante. Llegar a un equipo como Liverpool que sin problemas me abrió las puertas y me entregó la confianza que precisaba porque yo no venía con mucha actividad me motivó muchísimo. Me gusta muchísimo el estilo de juego del entrenador y la filosofía del club. En esta etapa de mi carrera era muy importante volver y hacerlo a un lugar en el que te respaldan mucho es ideal.

-Tuviste momentos muy dulces en el fútbol, pero también de los otros. ¿En esos instantes pensaste en alejarte del deporte? ¿Te derrumbaste?
-Para nosotros es normal estar constantemente pensando en el fútbol y hay situaciones de todo tipo, pero nunca me desmotivó en un grado tan grande de llegar a considerar que había que bajar los brazos. En realidad todo lo contrario, porque siempre fui una persona de trabajar, de buscarle la vuelta, pensar en positivo y entender que en algún momento las oportunidades iban a volver. En los peores momentos futbolísticos siempre quise trabajar más. No puedo negar que algunas veces me desmotivaba, pero recurría a la rebeldía para entrenar más. Quizás el venir a Uruguay es una de esas claves para seguir buscando posibilidades de avanzar.

-En los peores instantes, ¿te faltó suerte, te equivocaste en alguna cosa o te falló alguna persona?
-No. El primer año que fui a Brasil desde Defensor Sporting llegué lesionado, me recupero y me toca jugar al final del año como titular. El 2019 tal vez fue el peor año, el que desmantela todo con el tema del error del doping y ese año parado de suspensión fue algo complicado, pero yo me sentía dentro de todo bien. Obviamente que lo del doping me complicó, fue mucho tiempo sin poder volver y al final se hizo un poco más corto por el tema del Covid-19.

-¿Te costó arrancar?
-Y sí, volví a San Pablo, pero con mucho tiempo inactivo, en una Liga muy grande y sentí muchísimo la diferencia. Al principio en lo físico y luego también me costó porque el equipo estaba formado y el entrenador no me conocía por lo que no fue sencillo meterse. Después con la finalización del contrato me fui a Suiza y ahí me tocó vivir algo parecido porque entré a un equipo con el campeonato empezado y no podía jugar. Luego, sinceramente, empecé a buscar otras propuestas porque sentía que en Suiza no iba a poder enganchar porque el entrenador tenía una idea futbolística que no se ajustaba mucho a mis características y estuve otra mitad de año parado. Sin lugar en un equipo armado tenía que salir.

-¿Qué te dejó San Pablo?
-Muchísimo. Dentro de lo futbolístico viví muchas experiencias y lo hice en el club más grande que hay en Brasil. San Pablo tiene títulos, historia, una infraestructura muy grande y personas muy conocidas y reconocidas de una sencillez espectacular. En San Pablo estuve con figuras que ganaron mundiales con Brasil y que en lo personal disfruté haber conocido a esas personas. El club es magnífico, rodea a los jugadores, cuida a los jóvenes y rodea bien a los que llegan al club desde el extranjero. Aprendí muchísimo y quizás cosas que antes en Uruguay no le daba tanta importancia, como la alimentación y el trabajo invisible. Desde lo profesional me entregó mucho conocimiento, maduré muchísimo en lo personal con el error del antidopaje. Y tuve la suerte de compartir vestuario con compañeros que desde lo extrafutbolístico también me sumaron un montón. Me rodearon mucho y por eso tengo un gran cariño muy especial por San Pablo.

-Un montón de veces se habló de que ibas para Peñarol o que ibas para Nacional. ¿Por qué no se dio?
-La verdad, el punto exacto no lo sé. Sí sé que estuve cerca de Peñarol en el verano de 2019. Fue ahí cuando San Pablo decidió que yo iba a ser uno de los delanteros que iban a usar, Diego Lugano tampoco estaba convencido de que yo volviera tan rápido a Uruguay. El interés estaba, pero no prosperó por lo que te digo. Luego surgió el interés de Nacional. Cuando me fui a Suiza, (Pablo) Bentancur me dijo que podía ir a Nacional, había hablado con Diego Polenta y más o menos estaba latente la posibilidad de regresar. Quizás como yo venía mucho tiempo inactivo no se terminó de realizar.

-¿Te daba lo mismo ir para un lado o para el otro?
-Los jugadores somos profesionales y nos dedicamos al fútbol el 100%. Jugar en Nacional o en Peñarol, los dos cuadros grandes de nuestro país, y de los más grandes de América, para mí sería un orgullo. Lo haría en cualquiera de los dos.

-¿Cómo apareció Liverpool?
-Más que nada yo hablé con Bentancur y no sé si fue Liverpool el que preguntó primero o fue Pablo el que tiró las líneas. A mí me dijo que apostara a Liverpool, me sugirió que su idea de juego me iba a servir, que volver al país me iba a ayudar hasta en lo personal, para estar cerca del nacimiento de mi hija. Al tiempo me llama Jorge (Bava) y me comentó muchas cosas del club, de su trabajo, de los chicos que estaban en el equipo, de la forma en la que se maneja la institución, me habló de su estilo de juego, del cuerpo técnico. Vi mucho interés y me convenció todo en general.

-¿La ofensiva de Liverpool mete miedo?
-Cuando hablé con Jorge me comentó cómo venían armando el equipo, me habló de Thiago (Vecino) y Pablo (González), además de los jugadores que ya estaban. A Pablo lo conocía desde las juveniles de Defensor Sporting, a Thiago no pero sabía de su potencial. Por suerte pudimos acoplar rápido en lo futbolístico y estos dos partidos de campeonato los empezamos con el pie derecho, pero sabiendo que el año es largo.

-Thiago Vecino me dijo que el equipo apostaba al Campeonato Uruguayo para quedar en la historia de Liverpool. ¿Hay equipo para alcanzar el título?
-Siempre apuesto a ganar todo lo que está por delante, soy muy competitivo, y opino igual que Thiago. Hay equipo como para llegar hasta el final, para competir. Desde el principio nuestro objetivo es ser campeones uruguayos y creo que hay un equipo joven y con hambre de gloria. Sería muy bueno dejar algo en la historia del club.

-¿El partido con Nacional es clave?
-Importantísimo. Va a ser un partido muy bueno. Vamos a ir por el triunfo, obviamente teniendo mucho respeto a Nacional, pero confiado en las cosas que trabajamos nosotros en la semana, en los jugadores que tenemos y asumiendo con optimismo el desafío.

-¿El goleador del Uruguayo será Vecino o Carneiro?
-Noooo, ojalá sea uno de los dos. Lo importante va a ser consagrarnos con un título grupal.

Dos temas

El cuidado de Lugano y un regreso a los violetas

 -¿Cómo te llevaste con Diego Lugano?
-La verdad que Diego fue una de las personas que apostó por mí y de las que siempre estuvo al pie del cañón para mi familia. Hasta el día de hoy conversamos, él hace muy poco cuando llegué a Liverpool me escribió que estaba muy contento de que volviera a retomar mi carrera. Él tiene mucha confianza en mi juego y le estoy sumamente agradecido porque siempre me trató bárbaro. Lo mejor de todo es que cuidó a mi familia y eso no se olvida.

-¿Alguna vez se podría dar un regreso a Defensor Sporting?
-No se ha dado, ojalá que se pueda dar el retorno al club, porque es una institución que me dio muchísimo, con la que pude ser campeón. Creo que no ha habido interés o al menos no me ha llegado a mí tal vez sí a mi empresario. Creo que en algún momento se dará.