Es el mejor fichaje del mercado de pases”. La frase le pertenece al presidente de Nacional, Alejandro Balbi, y lo que antecede no es más que una apreciación suya sobre lo que, alguna vez proyectaba, sería Gonzalo Carneiro ni bien tuviera minutos vistiendo de blanco.
Nueve partidos después, se podría decir que su percepción recoge elementos suficientes al menos para ser considerada. Porque pese a sufrir una lesión prematura, que lo hizo perderse la serie de Copa Libertadores contra Boca Juniors y quedar descartado por más de dos meses, el delantero hoy es una de las principales amenazas del ataque tricolor, dando por descontado que Juan Ignacio Ramírez, un enamorado del gol, es quien lidera la carrera goleadora en el Campeonato Uruguayo (18).
Aunque solo le faltó convertir, el número 20 se ganó a los hinchas por su empuje y entrega en la tarde del clásico del pasado 11 de noviembre contra Peñarol. En ese 2-2 tuvo un partido redondo y otro aparte -que ganó- frente al zaguero Leonardo Coelho.
El público le retribuyó su actitud con una lluvia de aplausos que bajaron desde la tribuna y se replicaron el domingo, cuando Nacional venció 3-1 a Wanderers. Pero hubo otro patrón común: su asistencia de cabeza para el Colo Ramírez, que hizo dos goles idénticos.
Por momentos mostrándose algo tosco, pero ágil en el pique corto y fuerte en el juego aéreo, Carneiro recuperó su mejor forma con la llegada de Álvaro Recoba, que, ducho en el manejo, lo llevó progresivamente en los entrenamientos y lo mandó a la cancha menos de media hora en su debut como DT.
A la fecha siguiente, por Copa AUF Uruguay, lo puso a prueba contra La Luz, aunque todas las miradas recayeron sobre Ramírez, que fue figura con un doblete. Así y todo, el técnico quedó conforme porque por primera vez, después de un año y 20 días, su jugador pudo completar 90 minutos adentro de una cancha.
El periplo
La incertidumbre por el paradero final que tendría Carneiro fue duradera, pero tuvo un final feliz para los dirigentes tricolores en julio. En esa puja entre los presidentes Ignacio Ruglio y Balbi la moneda finalmente cayó para el lado de este último, que se vio favorecido por la recomendación del representante Pablo Bentancur, quien en su momento le dijo al jugador que “la tranquilidad” estaba de ese lado.
Pese a ser una apuesta riesgosa, porque venía de dos meses sin hacer fútbol, Nacional salió a la carga por el futbolista desde el primer momento y no bajó la guardia pese al interés de otros clubes y a que aún se especulaba con una posible llegada de Edinson Cavani, que resultaba “imposible” desde lo económico, dijeron a Ovación fuentes tricolores.
Fue entonces que, con el corpulento delantero (1.92 metros) abrochado, el club inició un segundo semestre que tuvo más tropezones que pasos en limpio.
Sin embargo, las impresiones sobre Carneiro, que ha sido figura en tres de los seis partidos que dirigió Recoba en el Clausura, son todas positivas, dijo el dirigente Gustavo Amoza: “Fue el jugador que fuimos a buscar. La lesión hizo que no se pudiera contar con él desde el minuto cero, pero acá siempre que jugó, destacó. Bien rodeado va a hacer la diferencia el año que viene”.