"La solución está abajo, siempre”, escribía a fines de 2022, en su cuenta de X (antes Twitter), el zaguero Joaquín Sosa, en un momento en el que Nacional estaba en busca de defensas centrales y existía cierta dicotomía de hasta dónde poner el peso para que Leo Coelho se quedara en el club.
“A veces pasa esa contradicción futbolera de que los que te piden que refuerces el equipo son los mismos que después te piden que le des una chance a los juveniles”, coincidía hace menos de un mes en una audición radial el presidente Alejandro Balbi al exponer su visión.
Y ayer, inevitablemente, una de las menciones de Martín Lasarte fue una referencia a la edad de Gonzalo Petit, el héroe tricolor del empate y autor del tercer penal en la tanda: “No recuerdo mucho que un chico de 17 años se acerque corriendo al banquillo a decirme ‘Martín, estoy preparado, ¿me das el tercero?’ Me quedé riendo y me dijo ‘pero mirá que vine corriendo, eh. Hice el esfuerzo de venir’. Entrenamos penales ayer (por el sábado) y él había tirado muy bien. Es un niño todavía. Sin embargo, tuvo esa endurance y ese temple para tirar el mismo penal que había tirado ayer. No lo quiero apurar, pero estamos en presencia de ese proyecto a futuro que ojalá que seamos capaces de conducirlo”.
Petit, ese mismo chico oriundo de Carmelo que hasta hace dos semanas vivía en la residencia de juveniles del club y disfrutaba de los partidos de PlayStation en la casa de Thiago Helguera, fue un ejemplo para todos los chicos que compartieron con él, le dijo a Ovación Diego Gonzo, el director del hogar: “Un crack el Gonza. Re disciplinado, excelente estudiante, respetuoso, humilde e hincha a muerte. ¡Completo! Si todos fueran como él, mi puesto no tendría razón de ser”.
Más halagos le dejó su entrenador, que en otro tramo de la conferencia reconoció que lo había mandado a la cancha en una situación “límite”: “En todos los partidos que entró metió un gol, más allá de alguno anulado. Le dije dos o tres pautas muy básicas para jugar de espaldas y alguna otra cosa. Venía trabajando bien y en este sentido (de la presión) es frío, que desde ese punto de vista es muy bueno”.
La tarde, además de un condimento especial para el pibe, también dejó una caja de sorpresas para el técnico de Nacional, que apenas salió por el túnel de vestuarios fue acaparado por Diego Aguirre, a quien curiosamente dirigió en Rentistas, el último club de su carrera profesional como jugador. Luego de un saludo afectuoso, estuvo bromeando sobre esa última etapa en declaraciones a la prensa: “En el año 99 lo dirigí... pobre Diego, capaz que dejó de jugar porque lo dirigí yo. (...) Compartimos ese año en Rentistas, que veníamos de una campaña extraordinaria. Siempre nos quedó eso de haber competido y dirigido en contra. Es un gran tipo y un gran entrenador, y realza nuestro triunfo que estuviera Diego en el otro banquillo”.
Pese a la algarabía de la victoria, antes de despedirse para festejar junto a sus jugadores, Lasarte recordó: “El campeonato está bueno; no voy a negar que no, pero nuestros objetivos son otros. Lo digo con todo respeto”.
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