Gonzalo Petit: el grito en la calle que lo marcó, su relación con Lasarte y combinar el fútbol con el liceo

En entrevista con Ovación, el juvenil de 18 años recordó su gol clásico ante Peñarol: "No lo quiero olvidar, pero también sé que tengo que seguir y aspirar a más momentos como ese”.

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Gonzalo Petit celebra el título del Torneo Intermedio conseguido con Nacional.
Gonzalo Petit, jugador de Nacional.
Foto: Ignacio Sánchez/Archivo El País.

El primer cara a cara de Gonzalo Petit con el cuerpo técnico de Nacional fue hace cinco meses, unos días después de que se presentaran con el resto del plantel (por estar abocado a la selección uruguaya Sub 20) y ese par de minutos dio para sembrar un trato paternal que hasta hoy el chiquilín valora.

Una conversación casi tan amistosa como espontánea, que empezó con un simple apretón de manos, dio pie para terminar con una referencia a Enzo Francescoli y a la famosa definición del “9 y medio”.

—Martín, encantado. (...) .
—¿Todo bien?
—Bien. ¿Cómo te venís sintiendo? ¿Hace cuánto subiste?
—Bien, muy bien. Subí a Primera a principio de año.
—¿Cómo fue tu recorrido?
—Hice todas las formativas de 9 y en el último año de Sub 17 jugué como mediapunta, atrás del 9.
—A vos te veo como un 9 y medio. Algo parecido a lo que hacía Francescoli en su época.

El concepto salió de la boca de Martín Lasarte y quedó dando vueltas en su cabeza. Más temprano que tarde, mandó a calentar a Petit, que entró por Gonzalo Carneiro en Jardines del Hipódromo y transformó en realidad esa fantasía, con bautismo goleador incluido.

Al poco tiempo, cayó otro nada más y nada menos que en un clásico frente a Peñarol. La historia es conocida, pero lo que pocos cuentan son las emociones que siguen guardadas en el baúl de los recuerdos habiendo pasado meses de aquel milagro: “Cada tanto me acuerdo. Siempre voy a llevar conmigo el recuerdo del clásico y probablemente la mayoría me conoció después de ese gol. No lo quiero olvidar, pero también sé que tengo que seguir y aspirar a más momentos como ese”.

Peñarol vs Nacional
El gol de Petit ante Peñarol.
Estefania Leal/Archivo El Pais

Como él bien sabe, marcó un antes y un después en su carrera e hizo que las calles no olvidaran su nombre. Pero, para ahondar en más detalles de lo que significó, el propio Petit lo grafica con una anécdota bien pintoresca: “No me olvido más. Volviendo de la práctica, me bajé en 8 de Octubre para caminar hasta mi casa y uno me gritó re fuerte desde el bondi: ‘Petit, los clavaste’. Yo me reí y le levanté el dedo. Me causó gracia”.

Pasado el tiempo, el valor de aquel grito -que valió para el 1-1 de Nacional y posterior consagración por penales en la final del Intermedio- enredó a Lasarte en una encrucijada mediática de la que le costó salir. Las inquietudes de la prensa por no darle minutos en partidos posteriores lo obligaban a responder. Una y otra vez, con preguntas que eran recurrentes. Y un día su paciencia se agotó: “A Petit lo puse yo y ahora resulta que tengo que dar explicaciones”.

Peñarol vs Nacional
Gonzalo Petit campeón del Intermedio.
Ignacio Sanchez/Archivo El Pais

Aunque, obviamente, la nebulosa mediática llegó a los oídos del chico, jamás afectó su forma de trabajar o de relacionarse con el entrenador: “Entre nosotros no cambió el vínculo; me siguió dando para adelante”, sostiene. Esa afirmación se condice con la definición que da Diego Gonzo, el director de la residencia de juveniles de Nacional, cuando recuerda su pasaje: “Si fuesen todos como el Gonza, mi puesto acá no tendría sentido”.

Sobre ese pibe de Carmelo, que llegó con 13 años a Montevideo y en su primer día de liceo posó para la foto con Thiago Helguera, tiene mucho más para decir, porque recién dejó el hogar a mitad de año para irse a vivir con su hermano a un apartamento: “Me pedía seguido para ir a quedarse a la casa de Thiago (Helguera). Esas eran sus salidas. Gonza no es un tipo muy anecdótico porque es tranquilazo, manso y nunca dio problema para nada. Estando en el plantel principal, mientras vivió con nosotros, no era de los que llegaba el fin de semana y te pedían para salir. Sus salidas eran a lo de Thiago a jugar al play”.

Justamente Helguera, además de un “bro” o un “hermano”, fue un faro que se iluminó y lo terminó motivando a pesar de haber despuntado primero. “Lo usé como una motivación. Nos dejó un mensaje muy bueno a todos nuestros compañeros, incluso a los más chicos, de que se puede. De pensar, en el buen sentido: ‘Si él pudo, ¿por qué yo no?’. Nunca fue envidia sino que nos dio un mensaje que había que tomarlo como motivación”.

Thiago Helguera y Gonzalo Petit.
Thiago Helguera y Gonzalo Petit.

A esta altura del año, Petit hace malabares para seguirle el hilo a los estudios a pesar de quedarse más tiempo en los entrenamientos (se agarró la costumbre de quedarse practicando para mejorar la definición con Diego Herazo, un compañero de puesto en el ataque).

Está cursando las últimas materias de Sexto de Medicina en el liceo por Zoom y tiene decidido terminarlo. Así, también, se lo exigen sus padres.

El domingo votará por primera vez, en breve sacará la libreta de manejo y para el 2025 le pide a Papá Noel muchos más goles.

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