TRICOLORES
La actuación consagratoria del juvenil de 19 años en el arco tricolor es un bálsamo para la dirigencia, que no deberá salir al mercado a buscar suplente para Sergio Rochet.
Durante las últimas dos semanas la preocupación de los hinchas de Nacional fue quién atajaría en la final del Intermedio. Hubo otros temas en el medio, pero desde lo deportivo la principal interrogante era qué pasaría contra Wanderers ante la ausencia de Sergio Rochet, gran figura tricolor.
Jorge Giordano optó por Guillermo Centurión, el botija de 19 años que se había hecho famoso por haber anotado un gran gol clásico en 2015 jugando en Séptima y que hacía tiempo entrenaba con el plantel principal. Y vaya si respondió, al punto de ser el héroe en la definición por penales al contener dos.
Su gran aparición no es más que un eslabón en la larga cadena que tiene ya Nacional de muy buenos arqueros. Es, sin embargo, el primero desde 2010 que aparece en el equipo principal surgido desde las formativas.
Cuando en 2019 se lesionó Luis Mejía y entró Rochet, había dudas porque no se sabía el nivel del arquero que provenía de Países Bajos. Sin embargo, rápidamente dejó en claro que sería un gran relevo.
Antes había ocurrido con el panameño, cuando Esteban Conde venía siendo figura y Mejía debió entrar en su lugar. Previamente el arco lo había ocupado Gustavo Munúa y anteriormente Leonardo Burián, que fue justamente el último que atajó viniendo desde juveniles, porque es cierto que Munúa se formó en Nacional, pero entre 2014 y 2015 atajó proveniente de España, donde había estado muchos años.
Ahora Centurión no solo confirma que Nacional tiene futuro, sino también presente, por cuanto no tendrá que salir a buscar un suplente para Rochet luego de la salida de Mejía.