EL FÚTBOL Y YO
El piloto que se coronó cuatro veces campeón del mundo de rally y que en Minas disfrutaba los relatos de los partidos de Heber Pinto elige a Fernando Morena como el más grande de todos.
Gustavo Trelles, múltiple campeón del mundo de Rally, se abrazó a Peñarol desde chico. Idolatra a Fernando Morena, recuerda muy bien la gesta deportiva de 1966 y descubre que pudo entregarle al club de sus amores un título del mundo, pero el contador José Pedro Damiani no creyó que eso fuera posible de alcanzar.
-¿Cómo comienza la pasión carbonera?
-Mi padre era de Peñarol y en la familia la mayoría era peñarolense. Además, yo viví la gesta deportiva de 1966 contra el Real Madrid.
-En aquellos años, ¿salir de Minas para ir al Centenario era una especie de odisea?
-No estaba ni cerca de ir, era muy difícil. El amor por Peñarol se fue cultivando con las transmisiones radiales.
-¿A quién escuchabas?
-A Heber Pinto, lo escuchaba en todos los partidos. Era una época divina, no había televisión y nos amontonábamos todos alrededor de la radio para escuchar los partidos y también lo hacíamos con un montón de amigos de un cuadro de allá de Minas. Nos juntábamos los peñarolenses para escuchar los relatos. La única manera de estar al tanto del cuadro, cuando jugaba Peñarol o Nacional, era pegarse a la radio. Nadie se lo perdía y era el evento del fin de semana. Así nace, incluso, la idolatría por el 'Nando' Morena.
-¿Un grande?
-El más grande. Es el ídolo más grande que tengo.
-¿Algún otro se le acerca?
-No pierdas de vista que yo estuve como 16 o 17 años en Europa y me perdí mucha cosa por estar centrado en lo mío. Además, allá no se recibía mucha información y entonces como soy futbolero le prestaba atención a lo que sucedía en Europa. A Real Madrid, Barcelona. Entonces, cuando me preguntan por un jugador símbolo de Peñarol no puedo elegir a otro que al Nando Morena. Para mí su figura es la más grande de Peñarol, aunque tengo claro que Peñarol ha tenido muchísimo grandes, pero Morena es el más grande de todos.
-¿En 1966 se fortaleció la pasión por el amarillo y negro?
-Te voy a contar algo increíble que me tocó vivir. Recuerdo que en aquel momento, después de salir campeones del mundo, mi padre que tenía mucha amistad con gente de Pan de Azúcar por una fábrica y una camioneta que tenía y vienen a mi casa el Pardo Abbadie y Mazurkiewicz. Yo tenía 13 o 14 años y ahí ya quedé encendido, aunque en realidad nunca dudé del cuadrito, siempre peñarolense, pero lo que nunca tuve ese fanatismo que veo que reina hoy en Peñarol.
-Estar al lado de dos monstruos de aquellos tiempos, ¿fue una de esas cosas que perduran para toda la vida?
-Y sí, ni te imaginás lo que significó en aquel momento encontrarme con ellos. Cuando mi padre dijo que el fin de semana venían Abbadie y Mazurkiewicz en casa lo agarramos para la joda. Y cayeron, estuvieron comiendo con nosotros en casa y bueno los cuentos fueron ultra disfrutables. Después de aquello no había cambio de ningún tipo... (risas).
-¿Te sacaste fotos?
-Seguramente sí, pero no conservo ninguna. Ahora estamos haciendo la película de mi historia deportiva y hay muchas cosas que me gustaría haber conservado o tener, entre ellas las fotos con esos dos monstruos, que entre otras cosas me inspiraron para decir que se puede salir campeón del mundo saliendo de Uruguay.
Heber Pinto tenía muchísimas frases, la que recuerdo mucho es la que decía "voló como un caravell" .
-De aquellas narraciones de Heber Pinto, ¿te acordás de alguna frase en particular?
-"Voló como un caravelle". Heber tenía muchísimas frases, pero ahora que me preguntas a boca de jarro me acuerdo de esa porque usaba como referencia el avión del momento que era el caravelle. Sus relatos eran muy lindos, disfrutables.
-Estando en el exterior, teniendo pocas posibilidades de enterarte de las noticias de Uruguay, ¿te preocupabas por recibir datos de Peñarol?
-Sí, pero por ahí estar informado era nada más que enterarte si ganó o perdió. O, tal vez, de anunciarte que jugaba al otro día. No era fácil y tampoco ya estaba tan pendiente porque prestaba mucha atención a lo mío.
-¿Hoy le prestás atención al fútbol europeo?
-Sí. Viví mucho lo del Real Madrid - Barcelona, el Barcelona de Messi, Guardiola y aunque nunca dejo de ser carbonero, también presto atención a lo que pasa allá en Europa.
-¿Te diste el gusto de ir a ver al Barcelona al Camp Nou?
-Fui a ver al Real Madrid al Bernabéu y al Barcelona al Camp Nou. Mi primera etapa en Europa viví en Madrid y lo seguí unos cuantos partidos, después cuando llegó Guardiola, Messi, me hice hincha del Barcelona y también lo vi unas cuantas veces. Al Madrid lo seguía también por mi gran amigo Carlos Sainz que supo competir por la presidencia del club.
"Yo soy honesto, disfruto ver a Peñarol, quiero que gane, pero no soy fanático"
-¿Carlos Sainz te quiso hacer hincha del Real Madrid?
-No, ni me regaló una camiseta del Madrid (risas).
-Ahora que estás otra vez afincado en el país, ¿seguís toda la campaña de Peñarol por TV?
-No armo mi agenda diaria en base a los partidos de Peñarol, pero sí miro partidos. No soy como algunos amigos míos que integran la barra con la que nos juntamos a jugar a la paleta que son capaces de organizar cualquier cosa dependiendo de la hora de un partido. Yo soy honesto, disfruto ver a Peñarol, quiero que gane, pero no soy fanático.
"Seguro que este año es una misión ineludible estar en el Campeón del Siglo"
-¿Te gustaría ir al Campeón del Siglo?
-Sí. Tengo amigos que tienen palco y me han invitado varias veces. Hoy te digo que voy a ir porque no lo conozco por dentro y me gustaría estar en el estadio. Seguro que este año es una misión ineludible estar en el Campeón del Siglo.
-¿Comprarías una butaca en el estadio?
-Sí, sin dudas. Cuando salieron a la venta yo no estaba en el país y ahora creo que un lugar tengo que tener.
-¿Irías con camiseta o sin camiseta?
-Bueno, me parece que voy sin camiseta porque no me quedan bien ya (risas). Aunque no sé...
-¿Te comprarías una o te gustaría que te regalen una que diga Gustavo Trelles?
-Eso me gustaría. Te voy a contar una infidencia. Yo iba a correr el campeonato del mundo y no tenía muy clara la financiación para competir en las carreras. Por aquellos tiempos algunos autos en Europa estaban esponsorizados por algunos cuadros de fútbol y se me ocurrió ir a ver al contador José Pedro Damiani. Le digo: 'contador, yo soy de Peñarol de toda la vida. Esto está empezando en Europa. ¿Podría cerrarle que mi auto estuviera pintado de Peñarol porque voy a correr el campeonato del mundo?' Y no lo logré convencer porque al igual que todo el mundo me dijo: 'vos estás loco'. Claro nadie quería creer que se podía ganar. No lo logré convencer pero siempre el apoyo del contador. Después empezamos el campeonato sin apoyo y luego se fueron arrimando las marcas que todo el mundo conoce. Pero la primera propuesta y hasta el modelito de cómo iba a quedar el auto pintado se la hice al contador Damiani. Podíamos haber sido campeones del mundo con Peñarol en automovilismo, también (risas).
-¡Qué oportunidad se perdió el contador!
-Le mostré un modelo pintado, me miraba como diciendo 'este está más loco'. Después se dio, porque salimos campeones del mundo y cuando me encontré de nuevo con Damiani en una fiesta nos reíamos. Me dijo, con su humor campechano: 'Quién iba a pensar que usted iba a ganar algo en Europa'. Juan Pedro se tiene que acordar de todo esto, porque él andaba cerca cuando hablamos de esto.
-¿Fue el mejor presidente de Peñarol?
-Fue un crack. Marcó una época muy importante en Peñarol.
-¿En tu casa tenés algún distintivo de Peñarol?
-No tengo guardada ninguna camiseta, aunque en varios momentos tuve camisetas del club, pero las fui regalando. Mi sobrina se llevó alguna que otra. No me entran las camisetas ahora. En la infancia y en la adolescencia siempre tuve camisetas de Peñarol, no faltaban nunca.
-Cuando ganaste alguna carrera o algún título mundial, ¿lo festejaste como si fuese un grito de gol por Peñarol?
-Mirá, el primer campeonato del mundo lo gané en la última carrera del año y en el último tramo de carrera del año. O sea, lo ganamos faltando pocos kilómetros y recuerdo que los periodistas de ese momento que estaban ahí, el Gordo Alfaro, Mario Uberti, me dijeron: 'lo ganaste a lo Peñarol, de atrás'. Fue una linda época y Peñarol estuvo presente. Como casi siempre, porque al recorrer países del mundo, como es hoy por Luis (Suárez) o (Edinson) Cavani y toda esa gente, a Uruguay se lo conocía por el fútbol. Cuando yo recién llegué a Europa, en Madrid, todos me preguntaban si era de Peñarol.
-¿El deporte todo contribuyó a que se conozca más a Uruguay?
-El deporte es algo que traspasa las fronteras de otra manera. Si parcialmente usáramos a los deportistas de Uruguay para los contactos que se pudieran precisar hay una puerta de entrada que se abre. En el caso mío, por ejemplo, el presidente de la FIA, Mohammed ben Sulayem, corría conmigo en la misma categoría, nos sentábamos en las mismas mesas. Es muy amigo de Luis Moya, el copiloto de Carlos Sainz. Y hoy por hoy está de presidente. El anterior, Jean Totd, corrí con él en América del Sur y en Europa. Los deportistas pueden traspasar los fronteras mucho más fáciles que la diplomacia.
La picardía de Eduardo Ache
-¿Tenés un sueño pendiente con Peñarol?
-Te voy a contar otra. En el año que gano el campeonato del mundo, el presidente de Nacional era Eduardo Ache, que era también presidente de Ancap, y me dice: 'Te quiero en el estadio en el domingo. El Uruguay te tiene que hacer un saludo importante porque ganaste el campeonato del mundo'. Bueno, yo entré a la cancha y ese día jugaba Nacional. Fue una jugada maestra de Eduardo porque quedé como que era de Nacional. Llegué de Europa y el estadio estaba lleno y jugaba Nacional no me acuerdo con quien. Me hicieron un homenaje en medio del estadio Centenario. Fue un homenaje muy lindo, pero no estaba mi cuadro en la cancha. De todas formas fue un homenaje a un automovilista campeón, pero Eduardito fue un gran presidente de Nacional y fue pícaro.