Hace un año que Barcelona vive la "Messinostalgia"

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Lionel Messi.
Lionel Messi.
Foto: AFP.

FÚTBOL INTERNACIONAL

La partida del argentino al PSG golpeó duramente al club catalán, que no pudo recuperarse todavía

Dicen que el tiempo todo lo cura, pero la herida de la salida de Leo Messi del club de su vida, Barcelona, sigue sangrando casi tanto como el día de su adiós, ese inolvidable por aciago 5 de agosto de 2021, cuando una de las historias más bonitas del mundo del fútbol se despedazó.

La afición azulgrana se aferra a la esperanza de ver otra vez al argentino vestido con la camiseta del Barcelona. “Tenemos una deuda moral con Messi“, dijo el presidente Joan Laporta el lunes. Los rumores sobre un posible regreso para acabar su carrera deportiva en el Camp Nou se alimentan, pero la realidad no es tan optimista. De momento.

Messi sigue omnipresente en las mentes de los seguidores 'culés'. En cada derrota del equipo; en cada cara triste del argentino con su nuevo club, el PSG; en cada calle de Barcelona en la que un niño sigue llevando con orgullo la camiseta azulgrana de Messi con el 10 en la espalda; en cada “y si algún día” en una conversación en un bar del barrio de Les Corts.

“A pesar de haberse llegado a un acuerdo entre el FC Barcelona y Leo Messi y con la clara intención de ambas partes de firmar un nuevo contrato en el día de hoy, no se podrá formalizar debido a obstáculos económicos y estructurales (normativa de LaLiga española). Ante esta situación, Lionel Messi no continuará ligado al FC Barcelona. Las dos partes lamentan profundamente que finalmente no se puedan cumplir los deseos tanto del jugador como del club. El Barça quiere agradecer de todo corazón la aportación del jugador al engrandecimiento de la institución y le desea lo mejor en su vida personal y profesional”.

Con este comunicado el club confirmó una información que nadie quería creer en el Camp Nou. Messi, que había viajado a la capital catalana para firmar su renovación, se marchaba sin poder despedirse de su afición, a la que tan solo le quedaría aferrarse a lágrimas en la rueda de prensa de su adiós, como si estas escondieran el abrazo que no se habían podido dar.

Seguramente nunca se podrá explicar al 100% la verdad de lo que sucedió, pero es evidente que la desastrosa situación económica que atravesaba el club azulgrana gravitó en el fracaso de las negociaciones.

Después de aquello llegó el desierto, que quién sabe si hubiese sido tan árido con Messi formando aún parte del Barcelona. El equipo encadenó un ridículo tras otro y quedó eliminado de la fase de grupos de la Champions. La afición se resignó y acudió menos al Camp Nou, ya sin nadie capaz de hacerla levantar del asiento, como un muelle, una y otra vez.

Mientras tanto, en París a Messi las cosas le fueron un poco mejor deportivamente, aunque tampoco demasiado. Arrasó en la Ligue 1, una obligación, pero en la Champions sufrió una debacle ante Real Madrid.

Ya ha pasado un año del adiós, 365 días, 8.760 horas, y Messi aún no ha recibido ningún homenaje en el Camp Nou ante su afición. El presidente Laporta es consciente de ello y le quiere poner remedio. Barcelona le espera. También el barrio de Castelldefels, donde aún tiene casa y donde se escapa para ver el sol cuando tiene dos días libres.
 

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