LOS MATAGIGANTES

Entre la pandemia y los problemas de organización, el proyecto de la Copa Uruguay sigue durmiendo en algún escritorio de la Asociación Uruguaya de Fútbol. Mientras tanto, las noticias desde España cuentan de los batacazos registrados este mes de enero en la Copa del Rey. Primero, elCornellá eliminó a Atlético de Madrid. Después, el Alcoyano dejó por el camino a Real Madrid. Dos equipos de Segunda “B”, como si desde la vieja “C” criolla hubieran vencido a Nacional y Peñarol.

Quienes proyectan un fútbol reducido a las grandes potencias en superligas ultraprofesionales se olvidan de la magia de las copas nacionales, que permiten que formaciones modestas se enfrenten, generalmente en sus pequeños estadios, a adversarios colmados de blasones. Y cuando les ganan, algo que no resulta tan utópico como volvió a demostrar la actual Copa del Rey, nos recuerdan que el fútbol es casi el único deporte donde el pez chico se puede comer al grande, donde hay lugar para los resultados “imposibles” y se puede competir pese a la desigualdad en el arranque. Es el riesgo, pero también, la atracción de los partidos por eliminación directa.

El Cornellá ya quedó afuera, vencido con esfuerzo por el Barcelona esta semana. Pero se dio el gusto de vencer el pasado 6 de enero al actual puntero indiscutido de la Liga. Alcoyano, en tanto, venció el miércoles 20 al actual campeón español y ahora se medirá con el Athletic Bilbao, flamante dueño de la Supercopa de España. A veces, los clubes de Primera colocan suplentes en estos encuentros. No fue el caso en estas ocasiones, salvo la ausencia de Luis Suárez en los colchoneros.

Pese al impacto, tampoco se trató de resultados sin antecedentes. El Atlético ya había sido eliminado por un equipo de Segunda “B” el año pasado, la Cultural Leonesa. Y al Real le había ocurrido en 2009 ante el Alcorcón y un año antes contra el Real Unión de Irún. En estos dos últimos casos, fue en encuentros de ida y vuelta, un mérito extra de los matagigantes.

CORNELLÁ Y SU CANTERA

La Unió Esportiva Cornellá es un club de fútbol de la localidad catalana de Cornellá de Llobregat, con unos 90.000 habitantes. Entre el césped artificial y las escasas tribunas de su Nou Estadi Municipal, parecía una cancha de fútbol cinco. En ese escenario naufragó el Atlético mientras Barcelona ganó 2-0 solo en el alargue.

Sin embargo, el Cornellá tiene un bien ganado prestigio como formador de jugadores en Cataluña. Cuenta con más de mil jóvenes en sus formativas, aunque por la pandemia no todos están en competencia. Les ha tocado jugar finales juveniles e infantiles regionales justamente ante Barcelona, un referente mundial en formación. Por ejemplo, una de las estrellas del Blaugrana, Jordi Alba, estuvo en los juveniles del Cornellá.

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Además, el club mantiene un acuerdo con el Birmingham de Inglaterra, que le cedió algunos futbolistas. En cambio, rechazó la propuesta de un fondo de inversión de origen árabe, pues le exigía cambiar la filosofía de trabajo, que busca mejorar a cada jugador antes que pensar en el negocio.”Nuestro proyecto consiste en generar riqueza a través del talento. Eso, sin duda, es más laborioso que tener detrás un fondo catarí, por ejemplo, pero también es mucho más gratificante. Cuando hablamos de fútbol base, siempre digo que su éxito es nuestro éxito. Para un club que trabaja tanto la cantera, eso va por delante incluso con respecto a la parte económica”, declaró el director deportivo, Andrés Manzano.

El equipo principal, por su parte, estuvo muy cerca del ascenso a Segunda las últimas tres temporadas, pero quedó afuera siempre en los playoffs.

Pese a la alegría por la gran campaña en esta Copa, los dirigentes lamentan que hayan tenido que jugar sin público. En 2014 les tocó medirse con Real Madrid y fijaron el encuentro en otro estadio de la ciudad. Asistieron 30.000 personas y recaudaron 400.000 euros. La pérdida de ingresos por jugar a puertas cerradas contra el Atlético y el Barça fue estimada en 600.000 euros, más de la mitad de su presupuesto.

“Para nosotros es un día especial”, dijo el técnico Guillermo Romo, la noche de la victoria sobre Atlético. “Estoy muy feliz por la afición y por lo que significa para el club y por nosotros, somos profesionales humildes y una victoria así da sentido a tu trabajo”.

ALCOYANO Y SU MORAL

Uno de las frases con historia del fútbol español es “Tienes más moral que el Alcoyano”. Al parecer surgió cuando en un partido que perdía por siete goles le protestaron al árbitro por pitar el final sin dar tiempo a descuentos pensando en una remontada. Los más veteranos recordaron esa frase cuando este equipo de Alcoy, una ciudad de la Comunidad Valenciana con 60.000 habitantes, eliminó al Real Madrid.

Además, la victoria fue épica: estaban perdiendo, lo empataron faltando 10 minutos y lo ganaron en el alargue, cuando ya jugaban con 10 hombres. “Mi sueño era llegar al final vivos”, comentó el capitán Julián Cerdá Vicente.

Frente a una delantera integrada por Benzema, Hazard y Asensio, la figura fue José Juan Figueiras, el veterano arquero que llegó hace un año al club luego de ser suplente por mucho tiempo en el Elche. Precisamente, aceptó la oferta del Alcoyano para poder sentir la adrenalina de la competencia luego de tanto tiempo sin jugar.

El Club Deportivo Alcoyano, que hace 70 años no juega en Primera, tiene un presupuesto anual de 700.000 euros, superior al de muchos clubes uruguayos pero ínfimo en comparación con el del Real. Según la prensa española, el equipo mantiene su estilo aguerrido, en el que nunca da una pelota por perdida.

La ciudad de Alcoy fue particularmente castigada por el coronavirus, con 144 fallecidos. “Para nosotros esto lo supone todo porque aquí estamos ahora en una situación muy complicada por el coronavirus y por unas horas los alcoyanos y alcoyanas gracias a Dios se han podido olvidar de los problemas”, declaró el capitán.

Los del Athletic Bilbao, rival del Alcoyano en los cuartos de final, no se confían. Incluso porque en la Copa 2015-16 ya le arrancó un empate a uno en la ida y solo cayó 1-0 en San Mamés. “Estamos contentos por esta campaña, pero queremos seguir soñando”, dicen en Alcoy.