TORNEO CLAUSURA
Sede frecuente de los clásicos durante la era amateur, desde la instauración del profesionalismo se han enfrentado allí solamente dos veces. Sin embargo, de antes y ahora hay numerosas historias.
El 20 de mayo de 1917 Nacional obtuvo en el GPC su mayor goleada en un clásico por la Copa Uruguaya amateur. Fue un 4-0, con goles de José Brachi al minuto de juego, Rodolfo Marán a los 20, Abdón Porte a los 67 y Héctor Scarone a los 87. El arquero de Peñarol era Antonio Márquez Castro. Algunos meses más tarde y por la Copa de Honor, volvió a recibir cuatro goles en un clásico, por lo cual los hinchas albos empezaron a llamarlo “Márquez Cuatro”. Esas desafortunadas actuaciones promovieron la llegada a la titularidad del golero de la tercera división aurinegra, Roberto Chery, notorio poco después por su fallecimiento tras un partido defendiendo a Uruguay en la Copa América de Río de Janeiro.
Las relaciones entre ambos rivales estaban en un momento especialmente candente a fines de 1918. Nacional pidió la postergación del partido por la Copa de Honor el 1° de noviembre debido a que varios de sus futbolistas se habían contagiado de gripe. Peñarol no aceptó, argumentando que también tenía jugadores enfermos. El aurinegro obtuvo así los puntos por w.o. El 24 de noviembre de 1918 les tocó volver a jugar, pero por la Copa Uruguaya. El aurinegro ganaba con gol de Ángel Ferrero, suplente del lesionado José Piendibene. Faltando 15 minutos, el árbitro Marticorena anuló un tanto de Nacional y se produjeron incidentes. El tricolor presentó su protesta ante el tribunal, según la norma de la época que habilitaba revocar los fallos arbitrales si se demostraba el error. Dos semanas después, el tribunal dictaminó que el gol había sido bien anulado, pero ordenó disputar de nuevo el cuarto de hora final. Se jugó el 25 de diciembre, día de Navidad, a puertas cerradas, y no se alteró el resultado favorable a Peñarol.
El Cisma del fútbol uruguayo, por el cual los viejos rivales militaron en ligas separadas, impidió que hubiera clásicos durante más de tres años. El último había sido el 2 de noviembre de 1922 y lo ganó Nacional 3 a 1 por la Copa Peyrou. Volvieron a enfrentarse el 8 de noviembre de 1925 en el GPC, en un amistoso de “reconciliación” y en homenaje al presidente de la República José Serrato, cuyo laudo puso fin al Cisma. Esa tarde venció Peñarol por 1 a 0 con un gol de penal de Pascual Ruotta. Se ha sostenido que fue el primer clásico transmitido por radio, aunque las versiones difieren. En cambio, está claro que fue el último duelo de tricolores y aurinegros con la vieja regla del offside, que exigía tres rivales entre el atacante y la línea de gol en el momento de salir el pase.
El 11 de octubre de 1929 se trabajaba en las excavaciones para la construcción del Estadio Centenario cuando se disputó en el GPC el clásico por la primera rueda del Campeonato Uruguayo de 1929. Unos 33.000 espectadores asistieron al triunfo albo por 1 a 0, con gol del Manco Héctor Castro a los 67 minutos. Nacional formó con Mazali, Bucetta, Recoba, Andrade, Domínguez, Ferrou, Scarone, Castro, Petrone, Píriz y Saldombide. Por parte del Carbonero, alinearon Capuccini, Nogués, D’Agosto, Silva, Gestido, Boccardo, Holt, Paola, Sarni, Sacco y Campolo. Pese a que el “gran stadium” que sería sede central de la Copa del Mundo 1930 ya era algo más que un simple proyecto, seguramente nadie imaginó que a partir del partido siguiente –jugado el 28 de setiembre de 1930- y por más de nueve décadas sería el escenario prácticamente exclusivo del clásico.
El primer clásico de la era profesional en el GPC, el 4 de julio de 2021, tuvo todos los condimentos para avivar el fuego de las polémicas. Empezó con una placa que el presidente de Nacional, José Decournex, entregó a su colega de Peñarol Ignacio Ruglio, saludando al club por “la disputa del clásico número 38”. Los aurinegros se molestaron, pues consideraron que esa cifra dejaba afuera otros encuentros jugados por su equipo bajo el nombre CURCC. Además, el partido fue llamado enseguida “el clásico del avión”, pues el tricolor gestionó el regreso de sus futbolistas que estaban en la Copa América (de la cual Uruguay quedó eliminado 24 horas antes) en una aeronave privada desde Brasilia. Así viajaron Sergio Rochet, Camilo Cándido y Brian Ocampo, que llegaron a las cinco de la mañana del domingo. De tarde fueron titulares en el local, que se impuso 2-0 con goles justamente de Ocampo y Cándido. Peñarol también trajo en vuelo privado a Giovanni González y Facundo Torres, pero luego de pasar la noche en Brasil, por lo cual llegaron a Montevideo a las 13 horas. Fueron suplentes e ingresaron durante el juego.
Apenas 12 días después, el 16 de julio de 2021, se volvieron a enfrentar en el estadio tricolor por el encuentro de ida de la Copa Sudamericana. Ese hecho por sí solo ya representaba un acontecimiento, pues se trataba del primer clásico por un torneo internacional oficial en más de dos décadas. Los dirigentes de Peñarol llegaron con la placa y la intención de devolverla a sus pares anfitriones, pero no se produjo el encuentro, por lo cual dejaron el presente en el lugar donde lo habían recibido. Además, el equipo jugó con una camiseta especial con el diseño del CURCC, en recuerdo del partido disputado en ese mismo escenario el 15 de julio de 1900 (ambas fechas estaban impresas en la camiseta). En la cancha, Peñarol ganó 2-1, con goles de Agustín Canobbio y Valentín Rodríguez (el descuento fue de Gonzalo Bergessio) y comenzó a asegurar su pasaje a los cuartos de final del certamen continental.