Se cansaba rápido y eso se acrecentó al dejar el fútbol. “Iba al baño y no podía hacer nada”, contó Jorge Contreras (53) a Ovación. Una de sus hijas lo llevó a la emergencia de Médica Uruguaya, lo atendió un cirujano y el diagnóstico fue “fisura en el colon”. Al otro día la situación no mejoró y regresó al sanatorio para hacerse más estudios. Los resultados arrojaron que tenía un tumor cancerígeno colorrectal. “Se me vino el mundo abajo”, enfatizó con mucho dolor el Loco.
El 2016 fue difícil para Contreras: se retiró en Racing y no de buena manera. “Nos salvamos en la última fecha del descenso. Estaba la expectativa de renovar por seis meses para retirarme a fin de año con la gente”, recordó agregando que esa temporada fue desde agosto de 2015 a julio de 2016.
El Loco se angustió mucho y, según él, eso ayudó a que brotara la enfermedad. “No podía dormir y ahí es cuando dije: ‘Algo raro me está pasando’”, puntualizó.
Tiene varios tatuajes, aunque hay uno que es especial y está dedicado a su “hincha número uno”: Baltasar Contreras, su padre. “Papá, amor eterno”, es la frase que tiene inmortalizada en el antebrazo izquierdo. “Siempre me iba a ver”, rememoró.
Al poco tiempo que le detectaron ese tumor cancerígeno, Contreras recibió otra mala noticia: su padre sufrió una grave enfermedad.
“A dos meses de haber empezado la quimioterapia, perdí a mi papá y ahí pensé en tirar la toalla”, comentó.
La importancia que tuvo su padre
Baltasar no solo se sentaba en la tribuna para alentarlo en cualquiera de los seis equipos en los que atajó, también tuvo un cruce con un contratista para defender a su hijo.
En el 2000, Contreras cerró su primer y único pase al exterior al firmar en Guaraní de Paraguay. Esa chance le llegó por un contratista. “Me mintió: me dijo que Paraguay era el trampolín para ir a México”, señaló.
“Fui uno de los mejores arqueros junto a Justo Villar y en vez de hacer ese trampolín volví a Juventud de Las Piedras a remarla de atrás”, profundizó el Loco.
Estuvo un tiempo sin cobrar en Paraguay y Baltasar se metió en el medio. “Estaba en el hotel de Asunción, iba a comer algo y me decían que no podía porque el club no había pagado”, rememoró.
Baltasar llamó al contratista porque le “quería arrancar la cabeza”. “El representante me decía: ‘Hablá con tu papá porque está muy nervioso’”, sostuvo. “Escuchame, me dejaste acá y hace dos meses que no agarro un peso”, le dijo Contreras tras accionar de su padre.
Una vida a pulmón
En 1992 debutó en el primer equipo de Cerro. Jugó al fútbol profesionalmente durante 24 años y nunca consiguió una diferencia económica. “Pongo la cabeza en la almohada y duermo tranquilo”, destacó.
“Entrenaba a muerte, tuve códigos delante de un vestuario —que es lo más importante y que últimamente se perdió— e hice una carrera larga, pero no alcancé una diferencia económica”, dijo.
A pulmón el Loco llegó a varias de sus metas. Una de ellas: comprarse una casa. “Fui juntando puchito por puchito”, soslayó.
En 1996 atajaba en Uruguay Montevideo y en ese año el club se desafilió de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). “Trabajé en la construcción y cuando cobraba, cambiaba algunos pesos a dólares”, detalló. Además, jugaba en el Vida Nueva de San Bautista, Canelones. No se intimidó por tener que meter ocho horas de trabajo, ya que de niño se acostumbró a remarla.
Vivió con sus padres en la Tribuna Brasil del Estadio Luis Tróccoli y también lo hizo con su pareja y su hija, Adriana. Esto a raíz de que su padre fue utilero de Cerro.
“Primero viví con mis padres en el Parque Cauceglia, donde estaba la cancha de las inferiores de Cerro. Teníamos un carro y un caballo con el que salíamos a vender leche, coca cola, empanadas y torta fritas”, manifestó.
En esas salidas, Contreras “requecheaba” en la basura para comer la “milanesa a la llanta”. “Es cuando le pegábamos a la milanesa contra la rueda del carro para sacarle la yerba que traía y así poder comerla”, relató.
Asimismo, añadió: “Dos por tres me daba una escapada para ir puerta a puerta a pedir en La Teja y cuidaba coches en el Parque Paladino. Había que remarla”.
A Contreras le “fascinaba hacer esas cosas”. “No estábamos muertos de hambre porque mi viejo trabajaba en el puerto, pero éramos seis hermanos y era todo a pulmón”, contó.
La vez que enfrentó al gordo Ronaldo y a Roberto Carlos
En 2010 Racing vivió un momento histórico: jugó por primera vez la Copa Libertadores. Inició en la Fase 1 donde dejó por el camino a Junior de Barranquilla para acceder al Grupo 1 en el que compartió con el Corinthians de Ronaldo y Roberto Carlos.
El 24 de febrero de 2010 la Escuelita cayó 2-1 frente al elenco paulista en el Estadio Pacaembú con un doblete de Elías. El arquero de Racing fue Jorge Contreras, quien se infló el pecho al decir que el “mejor delantero de la historia” (Ronaldo) no le pudo hacer un gol: “Le tapé tres pelotas a Ronaldo, y en una me vino a felicitar”, contó. “Tengo todos los CD y el otro día le escribí al analista de video de Racing para que me hiciera un compilado”, agregó.
Recordó la foto que tiene eludiendo al exdelantero del Inter de Milán y el cambio de la camiseta con Roberto Carlos. “En el entretiempo me arrimé a Roberto Carlos y le pedí la camiseta, me dijo que me la daba en el final del partido”, contó.
“Terminó el partido y se paró enfrente mío y me dijo: ‘Dame tu camiseta’. La tenía cortada porque le recorté las mangas por los 40 grados que había esa noche en Brasil”, dijo y definió a Roberto Carlos y a Ronaldo como “leyendas que no perdieron la humildad”.
El 2018, un año importante en la vida de Jorge Contreras
Tras la quimioterapia, Contreras debió operarse para extirpar el tumor y finalmente todo fue un éxito. “Me tengo que cuidar con las comidas y no tengo que ser tan ansioso, pero lo más importante: sigo vivo y disfrutando de mis hijos y mis nietos”, dijo con alegría.
Mencionó a varias personas del mundo del fútbol que lo apoyaron. Entre ellos alabó a la empresa Tenfield. “El Tano (Nelson) Gutiérrez —Director— me quería llevar al exterior para hacerme todo tipo de estudios. No quise ir porque si me pasaba algo quería que fuera acá en mi país con mi familia”, dijo.
“Luego Tenfield me terminó dando trabajo de comentarista deportivo, fue algo nuevo para mí, e inclusive hasta el día de hoy me sigue dando una mano”, remarcó.
Colgó los guantes y pasó a formar parte de Racing. Ahora es el entrenador de arqueros del club y es feliz por hacer lo que ama: “Estar cerca de una cancha de fútbol”.
Jorge Contreras es un eterno agradecido. Ama su vida, su carrera y el poder seguir disfrutando de la familia y, por supuesto, del fútbol.
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