ESPAÑA
El Pistolero fue despedido por el entrenador el año pasado a través de una llamada telefónica y luego del gol, el uruguayo fue el que fingió llamarlo.
En agosto del año pasado, sonó el teléfono de Luis Suárez, quien se preparaba para iniciar la pretemporada con Barcelona. Del otro lado de la línea estaba Ronald Koeman. La conexión duró menos de dos minutos y allí el técnico recientemente nombrado en el conjunto culé le dijo que no lo tendría en cuenta, por lo que le sugería buscarse equipo.
Rumores de que se iría a Juventus, el famoso examen de italiano trucho, la posibilidad de volver a Inglaterra, hasta que el Cholo Simeone se comunicó con Suárez y le dijo que lo quería en el Atlético. Y hacia allí fue el Pistolero. Se mudó de Barcelona a Madrid y hace una semana se cumplió un año de su debut con doblete ante Girona, pero nunca olvidó.
No pudo jugar el partido de la ronda de ida ante Barcelona por estar con COVID, pero sí el de vuelta y allí se reencontró con su amigo Messi, además de enfrentar a Koeman por primera vez. El gol se le atragantó, pero fue paciente. Celebró el título obtenido con una fuerte influencia suya por los goles en la definición del torneo, pero esperaba pacientemente su revancha, que llegó este sábado.
Atlético venció 2-0 a Barcelona y Suárez puso una asistencia y un gol, el que festejó de forma muy particular. Primero que nada, no lo gritó y pidió perdón, pero luego tuvo un gesto muy especial: el de fingir una llamada mirando el palco en el cual se encontraba Koeman, quien estaba suspendido. ¿Qué le habrá dicho imaginariamente? Lo concreto es que las cámaras lo captaron y la imagen se hizo viral en redes sociales.
Ahora el que parece que está por recibir para que le digan que se está buscando equipo es el técnico neerlandés.