El Inter Miami tiene encima todos los ojos del mundo fútbol. El equipo estadounidense, que entre sus propietarios tiene al inglés David Beckham, sacudió el mercado de pases con la contratación del mejor jugador del planeta: Lionel Messi.

El crack argentino, de 36 años, firmó por dos temporadas y ya entrena con su nuevo equipo que también dirige ahora su compatriota Gerardo Martino.

El 10 rosarino se reencontró en Inter Miami con Sergio Busquets, uno de sus mejores socios en la época dorada de Barcelona, y se espera que en las próximas horas se anuncie también la llegada de Jordi Alba, también excompañero de Messi en el equipo blaugrana.

Los intentos por rodear al mejor futbolista, para muchos de todos los tiempos, no terminan ahí. Principalmente teniendo en cuenta que el equipo está último en la conferencia este y lleva seis partidos sin ganar.

Por eso, el conjunto estadounidense insiste y no baja los brazos por darle un gustito más al argentino y llevarle a su amigo Luis Suárez para sumar al ataque.

Foto: AFP.

Eso sí, la operación para que Suárez llegue a Inter Miami no es nada sencilla. El Pistolero tiene contrato con Gremio hasta fines de 2024 y el tricolor gaúcho no piensa desprenderse de su goleador por menos de US$ 70 millones.

Deportivamente el uruguayo ya demostró que es indispensable en la cancha al margen de lo que genera fuera del campo con el incremento de socios, venta de entradas, nuevos sponsors, etc.

Desde su llegada a Gremio, Suárez ganó dos títulos (Recopa Gaúcha y Campeonato Gaúcho) y arrastra números formidables: 16 goles y 10 asistencias en 31 partidos. Además está tercero en el Brasileirao y en semifinales de Copa de Brasil, un torneo que reparte el jugoso premio de US$ 20 millones al campeón.

Gremio enfrentará a Flamengo en esa instancia y la llave está a la vuelta de la esquina. Será local en la ida en el Arena do Gremio el 26 de julio, mientras que la vuelta se jugará el 16 de agosto en el Maracaná.

Otro ítem que complica la llegada de Suárez es que desde 2007 en la Major League Soccer (MLS) los clubes pueden incorporar hasta tres jugadores franquicia, es decir que puedan estar por fuera del límite salarial permitido. Con Messi, Busquets, sumados al venezolano Josef Martínez, los cupos quedarían llenos. Suárez tendría que llegar en las mismas condiciones que Jordi Alba.

Días atrás Suárez le hizo saber a los directivos del Gremio sus ganas de viajar a Barcelona para visitar a su médico de confianza por los dolores que sufre en su rodilla. Por el momento, el club no le dio el visto bueno para que vaya a España sin fecha de retorno e intentan administrarle las cargas entre los dos torneos.

Foto: AFP

Según pudo saber Ovación con fuentes allegadas al futbolista, Luis Suárez había llegado a un acuerdo con Gremio para rescindir el contrato. Sin embargo, el club le ponía como condición de que no podía fichar con otro equipo por el resto del año entendiendo que los dolores que manifestaba en su rodilla no eran ciertos.

El Pistolero le ofreció devolverle a Gremio el dinero de este semestre, y sumarle una rescisión de contrato, lo que llegaría a una suma total de casi US$ 10 millones. Desde el ámbito del jugador comentaron que es algo inentendible, ya que además de retribuirle económicamente a la institución, Gremio pretende que el atacante no juegue en ningún otro lado. Suárez entiende que se le está faltando el respeto por esta situación y según pudo confirmar Ovación, el presidente de Gremio, Alberto Guerra, ni siquiera le responde los últimos mensajes que el jugador le envió.

Suárez quedó dolido por esta postura del equipo norteño debido a que tres médicos del club confirman que el jugador dice la verdad respecto a su condición sanitaria. Hace dos meses que Suárez le está advirtiendo al club de sus dolencias en la rodilla derecha, que la intensa carga de partidos de Brasil le está costando y que quiere bajar el nivel respecto a la exigencia, algo que lograría yendo a la MLS, al Inter Miami. El club entiende que Suárez esté con dolores pero le prohibiría jugar hasta el 2024 en caso de salir pagando el monto antes señalado.

En el mes de mayo el jugador avisó a Gremio de su situación sanitaria. Suárez le dijo a los dirigentes que iba a realizar un sacrificio, soportando los dolores lo más que pudiera, para que el tricolor gaúcho tenga tiempo de incorporar a otro delantero. Sin embargo el club aún no incorporó en ese sector de la cancha y por eso el Pistolero necesita con urgencia bajar las impresionantes cargas de partidos que está teniendo.

El salteño siente internamente que no le puede rendir a Gremio en base al salario que percibe, a lo que el fanático espera de él y por esa razón pretende llegar al acuerdo cuanto antes. Gremio sigue insistiendo que Suárez juegue siempre, algo que no es viable, según la opinión de los propios médicos de la institución. El Pistolero está muy afectado por el trato que está recibiendo por parte del club.

Foto: @LuisSuarez9.

El presidente de Inter Miami, Jorge Mas, fue consultado sobre la eventual llegada de Suárez. En diálogo con la señal argentina TyC Sports, respondió: “Es jugador de Gremio. En lo personal considero que es un crack y un histórico. Se conoce su relación con Jordi, Leo y Busi, pero es jugador de Gremio y respeto eso”.

Casi 20 días atrás el presidente de Gremio, Alberto Guerra, llamó a una conferencia de prensa de urgencia y aclaró que esperarían “el momento adecuado” para que Suárez pudiera parar y consultar a su médico. Además descartó cualquier posibilidad de salida. “Sigue entrenando con normalidad, pero tiene un fuerte dolor en la rodilla y, en cierto modo, subestimó el calendario del fútbol brasileño. La logística es muy fuerte y termina siendo muy golpeado”, indicó.

“Solo estamos esperando el momento adecuado para hacerlo, no ahora en este momento decisivo del Brasileirao y de la Copa de Brasil”, sostuvo.

La semana pasada el entrenador de Gremio, Renato Portaluppi, también opinó al respecto: “De nada sirve hablar de Suárez todo el partido. Juega, pero mañana puede tener dolor, puede estar sin dolor. Es una incógnita. Sigo hablando con él, ajustándome a diario”.

“De nada me sirve hablar si juega el próximo partido. Puedo decir aquí que va a jugar, pero luego llega el miércoles y puede decir que tiene dolor. Así que no tiene sentido que yo hable, porque no tengo la respuesta y él tampoco. Dependerá de su dolor”, puntualizó.

Es un tire y afloje. Suárez depende de la buena voluntad de Gremio para ir a Miami. Y no está fácil.