Redacción El País
La delegación de Peñarol ya está en Rio de Janeiro a la espera del partido del próximo jueves (19:00 horas) en el mítico Estadio Maracaná frente al Flamengo de Brasil, por la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores de América. Los aurinegros se alojarán en el Windsor Barra Hotel y entrenará en el predio del Botafogo, y allí los visitará alguien muy especial en la historia del club: el brasileño Jair Gonçalves, campeón de América y el mundo con la camiseta amarilla y negra en el año 1982.

El exfutbolista brasileño tiene actualmente 71 años de edad y es recordado por ser una de las figuras de aquella Libertadores —la cuarta del palamrés mirasol—, anotándole un golazo de tiro libre precisamente al Flamengo en el propio Maracaná, que valió el triunfo 1-0 en la segunda fase de grupos de aquel torneo, que evidentemente tenía un formato distinto al actual y supuso el pase a la final del torneo, que posteriormente le ganarían a Cobreloa de Chile.

"Es una satisfacción inmensa hablar con la torcida de Peñarol, los carboneros, antes de un partido impresionante, tenemos la oportunidad de jugar nuevamente con Flamengo y espero que Peñarol salga victorioso", dijo Jair en dialogo con Quiero Fútbol (Sport 890).

Sobre aquella Libertadores que ganó con Peñarol, comentó: "Es un equipo que jamás voy a olvidar, no acreditaban mucho por estos muchachos, el Flamengo lógicamente era una selección, pero nosotros teníamos la garra impresionante, los uruguayos tienen una garra que en ninguna parte del mundo hay. La verdad, teníamos 1% para ganar el partido en el Maracaná, pero teníamos fuerza. Nos abrazamos y dijimos: 'vamos a Rio de Janeiro y vamos a ganar', y fue eso que pasó. Teníamos 1% y fue ese el gol de falta".

Foto: Archivo El País.

"Teníamos a (Mario) Saralegui y (Miguel) Bossio que marcaban mucho, no dejaban entrar a Flamengo, y una defensa bien parada con (Victor) Diogo, (Juan Vicente) Morales, (Nelson "Tano") Gutiérrez y el Indio (Walter Olivera). Y el arquero (Gustavo Fernández) que atajó bárbaro esa noche", recordó.

En esa línea, sostuvo: "Nosotros tuvimos la suerte y la voluntad que había que tener para ganar. Me acuerdo que Saralegui no podía jugar porque tenía una lesión en el pie pero asimismo fue, (Ernesto) Vargas tenía la rodilla mal y fue igual. Entraron Walkir Silva y Venancio Ramos".

Y recordó entre risas: "Fue ahí que yo conocí el silencio en Maracaná. Impresionante, había miles de personas (cerca de 91.000) y cuando hice el gol tuve la oportunidad de mirar alrededor mio. Escuchar obviamente a nuestra torcida que había, pero aquel silencio del Maracaná, eso da placer, es un recuerdo que nunca voy a olvidar".

"En aquel año era muy difícil. De cuatro equipos salía uno solo. Le ganamos a River Plate, São Paulo, Gremio... Era dificilísimo", comentó.

En aquella Libertadores, Peñarol fue el único en clasificar de su grupo sobre São Paulo, Gremio y Defensor Sporting, y luego clasificó a la final tras ganar el triangular sobre River Plate y Flamengo.

"Éramos un equipo fuerte, firme, con la filosofía de trabajo de Hugo (Bangulo), hay que confiar, un hombre que sabía lo que hablar antes de un partido dificilísimo. Él sabía como hablarnos si el lunes estaba medio malo decía: 'Bueno, hoy no vamos a entrenar, hoy vamos a hablar'. Y empezaba a hablar de la familia, de esto y aquello, y cuando miraba nosotros ya estábamos corriendo y peleando. Era un grupo afín de ganar, ganamos a Flamengo y después a Cobreloa. Yo acreditaba que si ganábamos a Flamengo sería más fácil, pero nos llevamos una sorpresa porque Cobreloa empató en Montevideo. Cataldi consiguió traer el partido de vuelta, que era en Calama (norte de Chile), a Santiago, y eso nos favoreció bastante porque allá en Calama era altitud y desierto. En Santiago fue sificilísimo también, pero 'el matador de América' (Fernando Morena) estaba ahí y al final del partido los mató. Ganamos 1-0 y gracias a Dios salimos campeones", rememoró.

Sobre aquel gol de tiro libre reflexionó sobre su entrenamiento: "Para tener esa tranquilidad para patear, yo pateaba 200 balones durante el día porque en el juego hay una y usted tiene que marcar".

Foto: Archivo/El País

"Cuando yo vine para Peñarol, yo estaba yendo para Atlético de Madrid, pero (Washington) Cataldi me convenció, no sé cómo, para venir a jugar en Peñarol. Habló de que iba a ser figura y que sería mu útil. Y simplemente ganamos todo lo que jugamos: Campeonato Uruguayo, Copa de Oro, Copa Libertadores y Copa Intercontinental. Cataldi tenía una visión muy grande del fútbol, era un presidente muy especial, y yo con mi experiencia y con mis compañeros, porque nadie gana solo, mis compañeros fueron fundamentales para que nosotros saliéramos campeones".

Además dijo que sigue a Peñarol y elogió a Diego Aguirre, al que definió como un "gran entrenador": "Yo participo sí, miro a Peñarol en la televisión, vengo acompañando. Peñarol ha ido evolucionando gracias a un gran entrenador, que conoce la camiseta y se tornó un gran estratega. Tiene sus maneras de trabajar y tiene un grupo de jugadores bueno. Es un partido difícil, sí, pero no imposible de ganar".

Asimismo, confesó que fue invitado para acompañar al plantel de jugadores durante la estadía en Rio de Janeiro y durante el partido contra Flamengo en Maracaná: "Yo mismo estoy yendo a Rio de Janeiro, estoy yendo para sumar a los jugadores de Peñarol y espero llevar la magia, la suerte, la fuerza y la energía de todos los jugadores de Peñarol del '82 en ese partido. Miércoles y jueves estoy ahí. Va a ser para mí un honor participar en este partido, me siento honrado de ir a Rio de Janeiro y pasar con los jugadores".

"Estoy en Porto Alegre. Que pasó: esta semana me invitaron, yo digo que sí, pero cuando fui a mirar no había avión para ir ni para volver, entonces estoy yendo en ómnibus. Es lejos, sí, pero por Peñarol no hay problema. Imaginen la satisfacción que yo siento para hacer tantos kilómetros, estoy muy contento de ser invitado y estar ahí en Maracaná nuevamente".

Porto Alegre está a más de 1.500 kilómetros de distancia de Rio de Janeiro y a unas 20 horas de viaje en auto, casi un día en transporte público, según Google Maps.